Manifestaciones feministas
El Coro de mujeres feministas de Bilbao LA KORA interpreta durante el 8M 2020 “Zutik Emakumeak” ante miles de personas.
“Zutik Emakumeak” MUJERES en PIE
*
Las feministas tenemos una larga tradición de manifestaciones
divertidas y originales. Larga quiere decir desde 1977, cuando se pudo
empezar a manifestar públicamente lo que una reivindicaba.
También hemos
tomado el enganche de movimientos feministas de otros mundos, que están
aquí al lado: Latinoamérica, Francia, Alemania, Italia, incluso Estados
Unidos... Nosotras y muchos movimientos; sobre todo, los denominados
nuevos movimientos.
Hay que decir que desde el primer momento que salimos a la calle la
protesta era bastante descarada y radical. Y desde el principio las
canciones, la música y los disfraces, han estado en primera línea de la
acción.
Primero fueron cosas musicales, tirando a ñoñas, visto desde
ahora. Por ejemplo, lo de “La Mari Carmen no quiere coser, la Mari
Carmen no quiere bordar .... Mari Carmen, Mari Carmen, quién te ha visto
y quién te ve. Antes lo sabía todo. Ahora feminista es.”
Eso sí el mensaje, en general, era directo. Y muchas veces,
muchísimas, no era políticamente correcto. No se había acuñado ese
concepto en nuestras filas. Lo incorrecto, el no parecerse en nada al
modelo que nos querían imponer y que se estaba traspasando desde el
franquismo a la “Transición”, era nuestra preferencia e incluso la vara de medir.
Había cancioncillas más atrevidas. Tenían un inequívoco acento
andaluz, que a las vascas nos encantaba, por su versatilidad y la
posibilidad de encadenar rimas. Decían algo así. “¡Ole, Ole! ¡Arsa, Arsa!. Que hemos hecho un aborto en la casa, fuera de la ley, fuera de la ley, ¡A ver lo que pasa!...”
Incluso, aquí en Euskal Herria, tenemos un himno propio.
Es “Zutik emakumeak! (En
pie mujeres), cuya letra casi nadie conoce, menos en castellano, y cuyo
contenido no pasaría hoy una revisión de la censura de lo políticamente
correcto. Siempre la cantamos.
La evolución nos fue llevando a manifestaciones y cortejos más
nutridos de representaciones y canciones. Dentro de la misma
manifestación, ya se hacen representaciones de todo tipo. En ellas,
obviamente, no está exento el humor, la risa, la provocación,...
El vestido, de alguna forma, también fue incorporado a nuestros
rituales. El color morado, omnipresente en nuestros atuendos, nos
visibilizaba. La moda no normalizada se imponía. Si algún juez decía en
sus reaccionarias sentencias que las mujeres provocaban a los hombres
por usar minifalda.... allá que íbamos todas con unas minis de impresión
y tratando de exagerar el escote. ¿Nos insultaban llamándonos
“sufragistas trasnochadas”? Pues nos poníamos de negro y con velito
cubriendo la cara.
Sin duda lo que más nos ha divertido y nos ha dado cauce a la
imaginación, han sido las consignas, para corearlas y para los carteles.
Como a todo el mundo, por otro lado. La consigna sintetiza la
reivindicación y expresa el puntual momento de la misma. Y éstas sí que
no pasan el rasero de la corrección política.
Ni de las consignas que se
imponen desde el feminismo institucional: igualdad, paridad, víctimas
vulnerables y “la violencia es mala venga de donde venga”.
Algunos ejemplos, que atravesaron nuestras manifestaciones, y las siguen atravesando., son claros: “En
la duda, tú la viuda” “Vamos a quemar el Opus Dei (Conferencia
Episcopal)”, “Goma2, en cada escaño, por cada mujer, que muera
abortando.”, “Goma3, a cada juez, por cada mujer, a la que se abra un
sumario”.
En nuestras denuncias a menudo se han sacado las fotos de los
agresores, violadores, empresarios abusadores, acosadores... No
presuntos, sino como tales.
También hemos pintado locales donde se
producen agresiones. Hemos puesto cara y nombre a los agresores. Y hemos
visibilizado la violencia sexista, también en los locales.
Hay muchos más ejemplos, pero no se trata de hacer un consignario.
Muchas, muchísimas veces, estas actuaciones han sido polémicas. Y
criticadas. Hay que decir que también muchas veces estas críticas vienen
de los hombres, que dicen que quieren ser solidarios y participar. Pero
con otras formas y formalidades.
También en las filas del propio
feminismo hay debates y no todas tenemos la misma sensibilidad ni los
mismos gustos. Mucho es cuestión de pura estética. Obviamente estamos
contra la uniformización, ¡¡¡faltaría mas!!!
Queda claro e implícito en lo señalado, pero lo recalco, que lo
anterior lo hacemos feministas de grupos organizados. Muchas veces
nosotras solas en cortejos propios, o en acciones solo de mujeres. Esto
sí que duele a alguna gente, bueno, más bien a hombres, aunque también
hay chicas.
Otras veces llamamos a compartir nuestra alegrías y
organizamos múltiples actos mixtos. Pero entonces no aparecen muchos
hombres. Habrá que analizarlo también.
Ahora el discurso ha cambiado, todas hemos cambiado, las feministas
también, y vamos adaptando la denominada parafernalia a las nuevas
situaciones y reivindicaciones. No solo se pone en cuestión lo que
hacemos, sino que hay que andarse con mucho ojo, pues nos topamos con
las leyes mordazas y por menos de nada te sueltan un multazo o un
procesamiento.
Véase el reciente ejemplo del “coño insumiso”, que
procesionó en una mani en Sevilla, y a cuyas portadoras pretender
emplumar por lo penal.
Recurro a dos ejemplos. En una fiesta de mujeres exclusivamente, en
la que se quería dar colofón a varios días de jornadas y debates
feministas, saltó el debate “in situ”, pues muchos hombres, y algunas
mujeres, no lo veían claro. Bien, es un debate en el que no voy a
entrar. Pero en el calor del mismo, a unos jovencitos de sexo varón se
les ocurrió decir que nos iban a denunciar porque estábamos vulnerando
el artículo 14 de la Constitución.
Sí, ese que se refiere a la igualdad.
Y nos comparaban a las feministas con las sociedades de hombres que
prohíben entrar a las mujeres. O sea calificativo de “hembristas”. Síntesis macabra del principio de igualdad llevado a la futilidad. Chicos, ¡A repetir primero de feminismo!
El segundo ejemplo es más reciente, y nos hizo partirnos la caja. Fue
en una comparecencia en la Comisión de Sanidad del Parlamento de
Nafarroa. Quieren aprobar un Decreto sobre la atención a la salud sexual
y reproductiva y nos llamaron a la Comisión por el derecho al aborto
para conocer nuestra opinión sobre el mismo.
En la ronda de
intervenciones de los partidos políticos de la Cámara, después de la
intervención de nuestras colegas, el del PSN no tenía mucho que oponer y
quiso apostillar con dos pequeñas críticas, en sus propias palabras.
Señaló, con énfasis, que echaba de menos que en nuestra comparecencia no
se hubiese respetado la paridad, pues sólo había mujeres. Él pensaba
que esto del aborto era una cosa que también les afecta a los hombres.
O
sea, no había pillado lo de “nosotras parimos, nosotras decidimos”. Este a repetir desde primero de leer y juntar letras.
Y llegamos a nuestra última consigna favorita. “El miedo va a cambiar de bando”. No es nuestra ya sé, no quiero aparecer como oportunista. Pero para nosotras sí es oportuna y oportunísima, que es distinto.
Este año en Euskal Herria ha triunfado como preludio y como
componente de las fiestas populares o de los eventos festivos. En estos
casos va acompañada de vestimentas de negro –entramos también en
relación con las mujeres de negro y otros grupos de mujeres pacifistas
que con este color visibilizan la barbarie de las guerras-.
Las caras y
cabezas van cubiertas –nos acordamos de las mujeres zapatistas, que
querían visibilizarse ocultando el rostro- pues es un hacer colectivo
donde la cara no define. Somos solo mujeres, como personas que sufrimos
las agresiones sexistas, en primera persona, singular y plural, por
parte de los hombres.
Portamos unas antorchas encendidas que hacen
pasillo al cortejo inicial, como rindiendo honor al mismo y señalando el
círculo sagrado del colectivo de mujeres a las que nadie va a osar
tocar.
Puede tener más lecturas la parafernalia, y las tiene. Sin duda,
el resultado es un reforzamiento del colectivo, también de forma
individual. Es una aparición colectiva también amenazante: ni a mi ni a
ninguna otra, si tocan a una nos tocan a todas....
Estamos hartas de tantas agresiones. No nos dejan vivir, y además nos
matan. ¿Cuántas este año? ¿Cuántas este mes? ¿Por qué no hay reacción?
¿Cuántos días de luto por esta masacre con cuentagotas?
Sí, el miedo va a cambiar de bando. Lo que quiere decir que nosotras
ya no lo queremos. Lo vamos a enfrentar y lo vamos a expulsar de
nuestras filas. De hecho ya lo estamos haciendo.
Esperemos que a
vosotros hombres, que queréis hacer algo solidario, no os coja en medio.
Esto no es una amenaza, es un puente para que os situéis en el bando
adecuado.
Que es el bando de quien no produce miedo. Y de quien combate
la agresión directamente.
Quien insista en seguir agrediendo a las
mujeres, y se aferre a su situación de privilegio y poder patriarcal, ya
puede empezar a tener miedo: el miedo a nuestra revolución feminista
que terminará desbancándole de su estatus de cabrón agresor.
Begoña Zabala
No hay comentarios:
Publicar un comentario
GRACIAS POR TU OPINION-THANKS FOR YOUR OPINION