Conflictos mundiales * Blog La cordura emprende la batalla


lunes, 19 de octubre de 2020

EL LAZO ROSA


 

 

 

EL LAZO ROSA

 

Un señor de alrededor de 50 años entró discretamente a un café y se sentó en una mesa desocupada. Antes de pedir su consumición, no pudo dejar de notar a un grupo de hombres más jóvenes sentados en una mesa cercana. Se estaban riendo.

 

 Y le resultó obvio que se estaban riendo y burlando de él. No tardó demasiado en recordar que llevaba puesto un pequeño lazo rosa colocado sobre la solapa de su chaqueta y que este era el motivo de las risas. Al principio los ignoró, pero las risas comenzaban a irritarlo.

 

Miró a uno de ellos, señaló su lazo y le preguntó: ¿Esto te causa gracia?

 

Con eso, los hombres se miraron entre sí, desconcertados y aun tratando de contener la risa, uno de ellos le contestó: No lo tome a mal, sólo comentábamos lo lindo que le queda el lazo rosa pegado a su chaqueta azul.

 

Con un gesto amistoso, el señor invitó al bromista a sentarse a su mesa.

 

Incómodo como estaba, el joven aceptó, sin saber bien para qué. Con voz muy calmada, el señor le explicó: Llevo puesto este lazo rosa para alertar a todos sobre los riesgos del cáncer de mama. Lo llevo puesto en honor a mi madre.

 

-Señor, perdone usted, preguntó el joven. ¿Su madre murió de cáncer de mama?

 

-No, no está muerta. Felizmente está viva y muy bien de salud. Pero fueron sus pechos los que me alimentaron cuando era un bebe. Y en sus senos fue donde descansó mi cabeza cuando estaba atemorizado o triste, cuando era un niño pequeño. Estoy muy agradecido por los senos de mi madre por la salud de la que goza hoy.

 

-Hum, -contestó el joven, ¡claro!

 

-También llevo puesto este lazo rosa en honor a mi esposa, -siguió diciendo el señor.
-¿Ella también esta bien?, -preguntó el muchacho.

 

-Oh, si. Ella está perfecta. Y con sus senos alimentó y nutrió a nuestra hermosa hija hace 23 años, le respondió el señor. Estoy muy agradecido por los pechos de mi esposa y por su salud.

 

-Entiendo. Así que supongo que también lo lleva puesto en honor a su hija. –preguntó el joven.

 

-No, ya no puedo llevarlo puesto en honor a mi hija, para eso es tarde. –prosiguió el señor. Ella falleció de cáncer de mama hace un mes. Creyó que era demasiado joven para tener cáncer de pecho. Así que, cuando casualmente se notó un bulto, lo ignoró. Pensó que como no le causaba dolor, no había nada de qué preocuparse.

 

Ahora abatido y avergonzado, el joven le dijo, Oh señor, cuánto lo siento...

 

-Por eso, en memoria de mi hija, también llevo puesto este pequeño lazo rosa, porque me permite otorgarle a otros una oportunidad que yo ya no tengo. Así que ahora, anda y conversa esto con tu esposa y tu hija, tu madre y tu hermana, así como también con tus amigos. Y toma...

 

El señor metió su mano en el bolsillo y sacó otro pequeño lazo rosa y se lo entregó al joven. El muchacho miró el lazo que le era entregado y levantando su cabeza le pregunto al señor:

 

-¿Me ayuda a ponérmelo?

 

Para todas las mujeres que están leyendo este mensaje: Visiten regularmente a sus médicos, aprendan a revisarse solas y háganse una mamografía. Para los hombres que están leyéndolo: No descuiden a las mujeres que aman y recuérdenles con frecuencia que deben cuidarse.

 

El mes de octubre fue el mes mundial de prevención del cáncer de mama. Creo que vale la pena hacer circular este mensaje entre sus amigos y seres queridos. La muerte está tan segura de vencernos, que nos da toda una vida de ventaja.

  

 


 

 Autor anónimo

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