Saving Grace Animal Society de la ciudad de Una vez, Albert resultó ser una pareja extraña y conmovedora: un perro de ocho años, Spike, y el gato más común, Max. Y todo estaría bien, pero Spike estaba ciego.
Un perro ciego con su gato guía salió del refugio con él.
Y el gato, el más común y corriente, sin pedigrí, se ofreció como voluntario para ser guía de Spike. Terminaron en la Sociedad Animal Saving Grace después de que se los quitaron a su antiguo dueño, quien no estaba haciendo su trabajo de mantenerlos.
Y los vecinos llamaron la atención sobre esta pareja, quienes vieron que Spike y Max vivían en un recinto abierto, solo parcialmente cubierto con un techo. Y hacían mucho frío en invierno. De modo que solo dormían, acurrucados uno cerca del otro para mantenerse calientes. Incluso cuando los sacaron de allí, dejaron este lugar inhóspito hombro con hombro.
Los voluntarios ya notaron entonces que el perro y el gato están muy cerca, y que Max no deja al perro en absoluto, llevándolo por las rutas más seguras y ayudando para navegar en el espacio con la ayuda de signos no verbales desarrollados entre ellos durante mucho tiempo: ronroneo corto o largo, tocar con una capa o una pata, un “Miau” prolongado o un silbido.
Por lo tanto, cuando surgió la cuestión de la anexión, no había otra opinión sobre cómo no separar al invidente y su guía voluntario.
Una foto de esta pareja fue publicada en la web y casi de inmediato comenzaron a llegar propuestas de quienes deseaban ceder la custodia sobre ellos.
Según los resultados del concurso, se seleccionó al mejor candidato, y Spike y Max finalmente cambiaron su lugar de residencia, habiendo encontrado su Casa y su Hombre.
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