Los Borbones legalizaron más de cuatro millones de euros
pagando apenas 73.437 euros en impuestos. Se sitúan incluso por debajo
de la indignante media de una amnistía que ha recaudado apenas un 3% de
los más de cuarenta mil de millones de euros teóricamente aflorados
Las sucesivas reformas fiscales efectuadas en España con la excusa de la crisis y en nombre de la clase media han devuelto ocho veces más renta a las rentas más altas que a las más bajas
Las sucesivas reformas fiscales efectuadas en España con la excusa de la crisis y en nombre de la clase media han devuelto ocho veces más renta a las rentas más altas que a las más bajas
Gracias al caso Urdangarin descubrimos que no era
cierto eso que nos contaron durante décadas sobre cómo, en España, la
monarquía ya no vivía rodeada por aquella corte de los milagros que
saqueaba las arcas públicas en nombre del Rey. Hoy, gracias a los
papeles de la Castellana y de Panamá, podemos verificar que continúa
criando familia con cuentas en Suiza; como en los buenos tiempos de sus
abuelos y bisabuelos. En España reinar resulta cómodo pero es mal sitio
para tener el dinero.
Uno de los datos más
escandalosos de los Papeles de la Castellana se cifra en la cantidad
ridícula que los Borbones han debido satisfacer para regularizar sus
millones alpinos: menos de un 2%.
Legalizaron más de cuatro millones de
euros pagando apenas 73.437 euros en impuestos. Se sitúan incluso por
debajo de la indignante media de una amnistía que ha recaudado apenas un
3% de los más de cuarenta mil de millones de euros teóricamente
aflorados.
Nos escandalizamos porque queremos. Cifras y porcentajes
similares se repiten año tras año a lo largo de los ejercicios fiscales
regulares. No hace falta una amnistía para que sea fiesta en esa
paraíso fiscal llamado España. Las empresas del IBEX que debería cotizar
a un treinta en el impuesto de sociedades han acabado pagando menos de
un 10%.
La misma banca que no ha dejado de ganar dinero ni un solo año
desde que comenzó la crisis apenas cotiza a un 15% de media. De acuerdo
con datos de la propia Hacienda, los trabajadores por cuenta ajena y los
pensionistas declaran de media unos ingresos anuales de 19.500 euros.
Prácticamente el doble de cuanto declaran de media los llamados
profesionales liberales (8.000 euros).
Las sucesivas
reformas fiscales efectuadas en España con la excusa de la crisis y en
nombre de la clase media han devuelto ocho veces más renta a las rentas
más altas que a las más bajas. Cuando se suben los impuestos lo pagan
las rentas del trabajo y el consumo. Cuando se bajan, hacen fiesta las
rentas de capital y los propietarios de la riqueza.
Ya podemos hacerlo oficial. La amnistía fiscal de Cristóbal Montoro y
Mariano Rajoy constituye otro éxito incontestable y apabullante en el
derribo de nuestro raquítico sistema fiscal. A estas alturas ya no debe
quedar noble, medio noble, casi empresario o militante del Partido
Popular con cuentas en el extranjero o dinero negro que no lo haya
regularizado en condiciones aún mas ventajosas de las que ya se les
ofrecen como norma en un ejercicio normal.
Las evidencias no pueden
acumularse de manera más abrumadora: en España pagar impuestos es cosa
de pobres.
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