Iglesias, Rivera y Sánchez arrastraron su indignidad hasta la base aérea de Torrejón

Entre los partidos/coaliciones (Podemos, Ciudadanos y PSOE, por este orden) a los que representan los señalados en el título alcanzan una mayoría absoluta de escaños en el Congreso (188) y otra de humillación autoinflingida a sí mismos y, por extensión, al pueblo español al que representan.


¿Se imaginan ustedes a otros tres políticos de la oposición de Dinamarca, Francia o Italia, por citar otros tantos ejemplos, que admitan ser recibidos durante un total de 10 minutos -a repartir a 3 minutos “per capita”– en una base aérea militar que, aunque formalmente española, está vinculada a operaciones aéreas combinadas de la OTAN en Europa, cuando sus partidos pretenden ser una alternativa de gobierno, por un jefe de Estado extranjero, por muy Emperador del mundo que sea? Yo no. Y conste que me esfuerzo.


Por muy limitado que esté hoy en el mundo globalizado del capitalismo, hay algo que sigue llamándose soberanía nacional. No estoy hablando desde una perspectiva patriótica o nacionalista (de eso no fumo) sino antiimperialista, eso que a muchos patriotas de hojalata españoles les suena rancio.


La soberanía nacional de un país reside en sus ciudadanos o, si lo prefieren, en ese término tan tergiversado llamado “el pueblo”. Y se refleja, atendiendo a la concepción dominante (en la que los tres políticos citados creen), en su parlamento, del que forman parte los que han sido elegidos.



El comportamiento de Sánchez, Iglesias y Rivera ha sido el de vasallos despreciables y claudicantes ante su César. Aguantar 3 minutos de concesivo desdén de su Emperador les ha parecido justificado para lograr la dudosa gloria de que la Casa Blanca les haya remitido una fotografía (como si fuese una estampita de la Virgen de Fátima con cada pastorcillo) de Obama hablando con cada uno de ellos de pie, sin el atenuante de aparecer al menos sentados (como sí hizo con Rajoy), dando menor impresión de urgencia, que luego se han encargado de remitir a la prensa.


 A uno le queda la sensación de pedigüeños que llaman a puerta ajena, por mucho que fuesen a una base “nacional” de la OTAN.


Lo que el Presidente USA pensó de ellos, tras haberlos recibido, lo resumió en una frase: “Sea cuál sea el Gobierno [entrante], España seguirá siendo un aliado sólido”. Y es que cuando tres “espadas de la política” se arrastran y humillan de tal manera, y de paso a la dignidad nacional a la que debieran representar, no hay necesidad de preguntarse porqué defienden los intereses del Imperio antes que la dignidad de su país: simplemente son tres esbirros al servicio de una superpotencia extranjera.


En el caso del representante de Podemos, su comportamiento suena retrospectivamente a coña marinera tras el mensaje chauvinista “Pueblo. Patria. Podemos” que exhibieron durante la última campaña electoral. Otro más directo que yo diría que el lema le parecía propio del personaje de El Jueves, Martínez el facha.


Si los tres dieron un ejemplo de cómo jamás debe comportarse un candidato a mandatario de un país, en Pablo Iglesias su ridículo fue de campanillas. Dejemos de lado su regalo a Obama del libro sobre la “Brigada Lincoln”. Podría haber sido peor y haberle entregado “Juego de Tronos”, por eso de que ahora la Casa Blanca cambiará de inquilinos, un videojuego de Pokemon o, ya puestos, “La cabaña del Tío Tom”.


Estoy seguro que la intención del regalo vino porque en dicha brigada había ciudadanos norteamericanos negros (Oliver Law), no porque estuviera compuesta por comunistas, socialistas, progresistas…Es lo que tiene ser un pelotillero con escaso sentido de la oportunidad. Alude en la dedicatoria a un brigadista afroamericano cuando Obama es el presidente durante cuyo mandato la policía norteamericana ha asesinado más ciudadanos negros. Ni como ironía resulta.


Lo mejor de todo es la contradicción, que él cree bien calculada y resuelta, entre la pose macarra con camisa abierta hasta el tercer botón y remangada como si fuera a fajarse a bofetadas y unas bambas chiruqueras, mientras posa con una mano apoyada en un bolsillo del pantalón frente el Presidente del mundo, y la realidad de haber ido a rendirle sumisión en una humillante cita que el secretario general de Podemos ha sido incapaz de declinar por ser en realidad una afrenta.


 No hay nada más patético que el rebelde de pegote que se queda en el conato y no lleva la imagen que se ha fabricado de sí mismo hasta la coherencia de sus últimas consecuencias.  Toda una evidencia de lo que es Podemos; algo que ni quiere ni puede.


Y ahora vayamos a lo que importa.


¿A qué ha venido Obama a España cuando su mandato declina?


El presidente de Estados Unidos venía de la cumbre de la OTAN en Varsovia, en el contexto de rearme y de resurrección de la guerra fría por parte de esta organización armada. La instalación de bases permanentes que se van aproximando a Rusia (Polonia) y en su propia frontera (Estonia, Lituania y Letonia) y el desarrollo del escudo antimisiles aprobada en la cumbre atlántica son parte del deseo de promover un cierre de filas en torno a los intereses USA que exigen un incremento del compromiso de sus socios en cuanto a gasto armamentista e implicación militar.



 Cabe recordar que el Premio Nobel de la Paz Obama ha sido uno de los presidentes más sangrientos y belicistas en cuanto a las aventuras del imperialismo y de sus aliados militares.


La crisis económica, con su tendencia a la caída de la tasa de ganancia del capital, está generando profundas contradicciones en el interior del capitalismo globalizado; tensiones y contradicciones que se expresan en las tendencias centrífugas en la UE -la base económica de las alianzas entre Europa y USA- y en las resistencias de un creciente número de países miembros de la OTAN a incrementar su gasto militar por efecto de la presión anticrisis de sus poblaciones.



 Esto último ha llevado al candidato del Partido Republicano a la Casa Blanca, Donald Trump, a pronosticar un posible fin de la organización armada. El Presidente de Chequia ha abogado por un referéndum sobre la permanencia de su país en la OTAN y en la UE. 


 Hay ya analistas que sugieren la posibilidad de una escisión de la OTAN.


Distintos medios han señalado que en la cumbre de la OTAN en Varsovia no se ha hablado sólo de asuntos de seguridad sino también de otros de tipo económico, como el efecto del Brexit sobre el futuro de la UE o la preocupación de EEUU por lo que para sus intereses puede significar la pérdida de un puntal clave de su alianza político-económica dentro de la Unión, Gran Bretaña.



El presidente de Polonia, Andrzej Duda, ha puesto en evidencia la relación UE-OTAN al tratar de despejar temores de los socios de ambas alianzas ante posibles riesgos de que el Brexit haya abierto una crisis, de distinta intensidad, para una y otra. El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg trató de conjurar en la mencionada reunión los riesgos que para la OTAN ha creado el Brexit británico: “Es hora de llevar esta cooperación a un nivel superior”, dijo al referirse a la relación de cooperación UE-OTAN, a través de lo que se ha dado en llamar el “pilar de seguridad europea” o Política Exterior y de Seguridad Común (PESC) de la Unión Europea.


 Pretender separar, dentro del capitalismo y del imperialismo, la parte económica y la militar es simplemente ignorar la naturaleza de un sistema que consta de distintas estructuras (económica, política, jurídica, ideológica, militar,…) pero donde todas ellas se articulan entre sí.


Tanto en su primer mandato como en el segundo, el máximo representante político de los intereses de EEUU, el señor Obama, ha concedido una importancia significativa a Europa en cuanto a la labor diplomática que él mismo ha ejercido, como puede verse en su agenda de visitas oficiales al exterior.



En abril de este año lo hizo interviniendo explícitamente durante su visita a Gran Bretaña a favor de la continuidad de este país en la UE, aliado fundamental en el vínculo de la UE con los intereses norteamericanos. En la cumbre de la OTAN de Varsovia ha incrementado su nivel de presión, pidiendo incluso una suavización de las condiciones de la relación de la UE con Gran Bretaña, cuando se produzca la salida de este país de la Unión, lo que supondría un trato privilegiado.



España no es el Reino Unido, ni en lo económico, ni en su proyección exterior y diplomática, ni en lo militar, pero es un elemento de gran importancia para los intereses USA por su proyección internacional en Latinoamérica (no olvidemos el papel jugado por España como quintacolumna internacional contra la jefatura del Estado venezolano) y en los países árabes y musulmanes (presencia de tropas españolas en Afganistán), particularmente algunos del Golfo Pérsico (pasada participación militar de España en la invasión de Irak) así como en el norte de África (apoyo a la estabilidad de la monarquía marroquí).


El propio Rey de España ha sido claro en la cuestión de los “intereses compartidos”, que son también de subordinación de un país al otro en cuanto al despliegue diplomático y militar español. EEUU y España “comparten principios, valores e intereses”, ha afirmado el monarca. Y añadió: “la firme voluntad y el pleno compromiso de mantener siempre la más estrecha colaboración con EEUU, un país amigo y decisivo en el mundo”.



Y Obama ha sido aún más claro sobre los motivos de su visita: “No podríamos pedir un mejor aliado que España”. “A todos nuestros amigos españoles: gracias por su amistad y gracias por su servicio”, destacando de forma especial, en Rota, la labor de los “marineros de la Armada española”. “La gente en todo el mundo tiene que poder vivir con seguridad y dignidad”.”Eso es lo que defiende Estados Unidos, lo que defiende España y lo que defiende la OTAN. Y vamos a seguir unidos para defender los retos de nuestros tiempos”.



Y es que es de bien nacidos ser agradecidos, después de que en 2015 EEUU y España firmaron una modificación del convenio de Defensa entre ambos países, convirtiendo la base militar USA de Morón en base permanente de fuerzas de intervención rápida norteamericanas para operaciones bélicas en África y el Mediterráneo, con una presencia permanente de 2.200 militares y 500 civiles estadounidenses, así como de 26 aeronaves. Y de pegote, convirtiendo la base Rota en base naval del escudo antimisiles de la OTAN.



Y a estas cosillas sin importancia es a las que han dicho sí tanto Rivera, como Sánchez e Iglesias, siguiendo la estela de Rajoy pero en situación menos digna y más desairada, en plan “venga pollos, que hay prisa”. España seguirá siendo, en la medida en que lo asume el cuarteto de palmeros, un país vasallo de intereses ajenos, un cómplice de las guerras imperiales de rapiña, de camareros para los marines de la OTAN, porque a Teresa Rodríguez, la “roja” de Podemos -¿cómo será el resto del partido?- le parece que las bases de Rota y Morón pueden crear empleos.



Mientras tanto, la España de charanga y pandereta seguirá dormitando en las playas, en las terrazas de verano, o enchufándose a la vena el “Sálvame” o la telecasquería política de “La Sexta Noche”.



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