Sara Mateos, experta en igualdad y prevención de violaciones, deja
claro: “siempre puedes parar y decir que no, aunque ya hayas empezado”
Es una de las autoras de la campaña ‘Sin un sí, es no’ del Instituto de la Mujer de Castilla-La Mancha para prevenir la violación en cita
Es una de las autoras de la campaña ‘Sin un sí, es no’ del Instituto de la Mujer de Castilla-La Mancha para prevenir la violación en cita
‘Date rape’ es la expresión anglosajona de la que
procede la denominada en España como ‘violación en cita’. Viene a
matizar el concepto de la violación como un ataque violento o asalto
callejero y a alertar sobre otro tipo de agresión sexual: la que realiza
alguien a quien conoce la víctima o con quien incluso ha quedado o
mantenido una relación sexual consentida anteriormente. La idea básica
se centra en que cualquier chica puede negar su consentimiento sexual
“en cualquier momento” y los chicos no deben creerse “con derecho a
tener sexo” aunque haya habido un flirteo previo. Adiós al estigma de la
‘calientapollas’. Y adiós a considerar que una mujer debe hacer lo que
se espera de ella en el ámbito sexual.
Con este planteamiento está trabajando el Instituto de la Mujer de Castilla-La Mancha en la campaña ‘Sin un sí, es no’,
en la que se incluye un manual de recomendaciones dirigido a chicas y
chicos. En sus contenidos ha participado Sara Mateos, experta y
activista en materia de igualdad, con amplia experiencia en divulgación,
formación y desarrollo de estudios y proyectos. Explica que la
violación en cita ha sido identificada tras hablar durante mucho tiempo
con víctimas y adolescentes, y haber comprobado que en la mayoría de los
casos no lo consideran una agresión y por tanto, no se denuncia.
“Piensan que como han quedado con ese chico, o han
estado tonteando, se sienten obligadas al sexo.
Se preguntan ¿y ahora
cómo voy a decir que no? Eso es lo que hace que se sientan culpables de
haberlo provocado”, detalla. La campaña quiere eliminar ese sentimiento y
repite ese mensaje: “la víctima nunca es culpable, siempre puedes parar
y decir que no aunque ya hayas empezado”.
¿Por qué
es difícil de identificar como agresión sexual? Porque no hay violencia,
pero sí chantaje emocional, incitación por haber bebido, acoso
psicológico. Y este es el motivo por el que también se dirigen a los
chicos. Es la primera campaña en España que lo hace. “Siempre se pone el
foco en ellas, que también es necesario para identificar situaciones,
pero ahora es fundamental trabajar con ellos”, apunta Mateos. Porque se
ha dado un paso adelante: ya no se trata solamente de explicar que “no
es no”, sino también que “sin un sí, también es no”.
O lo que es lo
mismo, si no hay consentimiento, es una agresión. No se quiere
“estigmatizar” a los jóvenes y por eso el lenguaje de las guías y
manuales busca ser “asequible”, cordial, empático, “sin que sientan que
por ser chicos, son violadores”. De ahí algunas recomendaciones como “no
seas pesado”, “no te ofusques”, o “no te sientas con derecho a tener
sexo”.
La experiencia de la que procede esta campaña
es sociológica. Sara Mateos organiza talleres de prevención de la
violencia y explica que también han participado en estos contenidos
profesionales que tratan a mujeres violadas y que han identificado estos
casos. “Su sentimiento de culpa y de vergüenza es muy común, de ahí
viene también la falta de denuncia”. Por ejemplo, en sus talleres con
chicas y chicos, explica que lo que más llama la atención es la
repetición de estereotipos sobre la mujer como que “los celos son amor” o
que “la posesión y el control no se identifican como algo malo”.
“Puedes estar ligando y haciendo lo que quieras, pero cuando dices que no es que no”
“Identifican el acto físico de la violencia, pero no tanto el
psicológico, el que dice que la mujer debe acostarse con el hombre si lo
incita”. Surge por tanto la necesidad de “desmontar el estigma de la
calientapollas”. “Puedes estar ligando y haciendo lo que quieras, pero
cuando dices que no es que no”, resalta.
Y ahora que
ya se habla de la violación en cita, ¿cuáles son los pasos siguientes?
Mateos considera absolutamente necesario la cuestión educacional.
“Debemos trabajar más en institutos y colegios, porque las edades de
inicio de relaciones sexuales son cada vez más tempranas. Hay que
insistir en la prevención, hablar con las chicas y chicos, trabajar en
nuevas masculinidades”.
Otro caso distinto son las
leyes: “habría que empezar a cumplir la propia Ley de Igualdad o la de
Violencia de Género, que todavía tienen partes sin implementar”. Además,
también sería fundamental una regulación específica de los
comportamientos que están fuera de la violencia física, y que tienen que
ver más con el aspecto psicológico.
“Sucede igual que con la violencia
de género, que no es solamente el golpe, es el trauma psicológico.
En la
violación en cita también sucede que se suele dar dentro del entorno de
la víctima, y que la gente cercana muchas veces trata de anular su
testimonio, con eso del 'tú te lo has buscado'. “Hay que favorecer que
estas situaciones se denuncien y se actúe contra ellas”, concluye.
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