Vosotros también sois responsables
Necesitaba re-componer a través de
hechos concretos en qué consiste una de las verdaderas adversidades que
lleva incorporada en su mochila la desvencijada España. Pero para ello,
era preciso argumentar in situ, con los protagonistas reales de la
historia.
He seguido desde hace tiempo el ilustre
transitar de algunos cargos, militantes y simpatizantes del PSOE, que
ajenos a una innumerable avalancha de decisiones políticas de difícil
calado socialista, se han incorporado sin problema alguno al balcón de
un nuevo y desalentador neoliberalismo.
Reformas, componendas, leyes,
delincuencias, engaños, dentelladas, deserciones, poder, amistades,
arrogancias y otras catástrofes varias, a ellos… no les afectaban. No
eran conscientes de que sentían especial atracción por un grupo de
expoliadores de la democracia. Son tantas las andanzas que reflejan esa
actitud, que van a necesitar las editoriales una enciclopedia sin par
para dar cabida a semejante desatino.
Pero ellos eran felices, en sus refugios
de cristal opaco, protagonizando uno de los acontecimientos más
detestables y vergonzosos desde la muerte de Franco. Miles de ciudadanos
con carrera, con pluma y con altivez, han permitido con su silencio,
con su negligencia y, lo que es peor, con su respaldo, que un único
partido impidiera cualquier giro político hacia la izquierda, y
encomendara de ese modo el futuro de todo un país a los devotos
parroquianos del capital y las armas.
Es del todo irresponsable haber
participado o justificado sus políticas, y una violación en toda regla
haberles erigido en comandantes de la alianza por la temeridad. Y mis
palabras no responden al análisis de la mal llamada última crisis que
nos acecha. Son consecuencia, sin más, de observar la propia evolución
que desde 1974 no hace sino constatar, ratificar, y evidenciar, que un
partido llamado obrero asestó un golpe durísimo a dicho colectivo, y
facilitó a los comensales de los salones imperiales enriquecerse aún más
a costa de una continuada traición disparatada.
¿Qué sucedería si del mismo modo que
ellos arremeten clamando por la exigencia del perdón en otras
circunstancias, hiciéramos lo propio demandando más de una explicación?
Deberíamos obligarles a exponer en público sus desfases intelectuales,
su quimérica representación de puertas afuera, mientras se agrietaban
los campos y los rostros de sus paisanos, y las ciudades eran consumidas
con fruición.
Deberíamos interpelarles, hasta ruborizar su existencia
colmada de éxitos en muchos casos, y de glamour social respaldada por la
cultura de la transición.
Necesitaba, como ya he mencionado al
inicio del texto, delimitar sin miedo dónde reside parte de tanta
desdicha y fatalidad. En un amplio colectivo de callados hombres de
negocios, en despachos y sindicatos, en maestros y funcionarios, en
carnets y subvenciones lacayas por doquier.
Callados, pero a los que
escuchábamos a través de sus periódicos y sus canciones de falsa
bandera, alabando el “gran cambio” que aparentemente se producía, del
franquismo hacia una estructura más fraccionada del poder. Pero con las
mismas familias omnipresentes, de generaciones interminables de ricos
comiéndose a los pobres, desde su “socialismo voraz”, aniquilando la
dignidad de una vida sencilla y huérfana de preocupación.
Y pensé que era bueno nombrar, amonestar
al infractor, al pandillero tatuado de patrimonio y nada suburbial. A
ese gran grupo de héroes de postín, que muy al final agacharán la cabeza
porque algo… está llegando a su fin.
“Hoy es un día triste”, han escrito muchos. La aristocracia del PSOE se ha excedido en sus intenciones, y ha dejado con el culo al aire a su militancia y a toda la democracia.
Un día triste hoy…, porque hoy, se han
dado cuenta de que “El País” no es de izquierdas, sino un pliego que
regala cada jornada los eructos del poder. Si, y lo dejan caer quienes
han escrito en sus páginas, quienes han hablado en sus emisoras, sin
hacer juicio alguno sobre su protagonismo y su inestimable contribución a
la liquidación del derecho a la información.
Pero ellos no estaban allí (estaban de
parranda), para darse cuenta el día de la entrada en la OTAN del abismo
al que nos llevaban, no se percataron de la militarización, del negocio
de la venta de armas, de las injerencias en otros países, de las
monarquías rentables, de las reformas laborales, del patrocinio de las
empresas de trabajo temporales, de las alianzas con las grandes
oligarquías, de las guerras limpias y sucias, de la sumisión a la deuda,
de las reservas de los bancos, del despliegue de los medios vendidos,
del derroche millonario de algunos de sus dirigentes, de los negocios
con dictadores, de los episodios de estafa y desfalco, de la ley
antiterrorista, de la servidumbre a los poderes fácticos, del tren de
alta velocidad hacia el sempiterno engaño.
Esos días, no estaban. Y como
no estaban, no podían criticar lo que no veían.
Sus plumas y sus neuronas se paralizaron para tamaño menester.
Ausencia. Una pecaminosa e imperdonable
ausencia. Hasta hoy. Desde sus trincheras agrietadas salen a la luz
clamando justicia y un poco de democracia (aunque estaría bien
preguntarles qué entienden por ello). Hasta hablan de golpes efectuados
con sigilo. Porque al parecer, hasta ayer, no hubo ninguno y todo fue
limpio y divino!
¿Dónde está la lógica? Un
posicionamiento intelectual medianamente consecuente con lo acontecido
durante tanto tiempo debiera proseguir río abajo, y no a
contracorriente. Y río abajo es dejando que fluyan los obligados
sucesos.
El infortunio o la desaparición de un
gremio profanador de derechos e instigador de la violencia, de un grupo
de patricios, de amigos de la corruptela y la descomposición ética, de
depredadores del poder a costa de la privatización de servicios públicos
esenciales, y un largo etc…, imagino que tendría que ser a todas
sombras…, una gran noticia.
Pero el mundo no es así. El mundo está
habitado por personas a las que les importa un bledo la igualdad y la
justicia, y un claro ejemplo lo tenemos en infinidad de militantes y
simpatizantes de este partido, que a la postre, son corresponsables del
actual estado en que vive sumida España.
He elegido en una red social una persona
a la que leo de vez en cuando (me gusta hacerlo en espacios que poco
tienen que ver conmigo, para aprender a ver mejor este pequeño mundo), y
le he enviado unas pocas palabras después de leer lo suyo. Éste ha sido
el resultado:
dice…(1)
“HOY RAJOY HA GANADO SU BATALLA. Y CON EL, LA CORRUPCIÓN. Se acabó. Que este PSOE no cuente conmigo.”
(Quédense con la copla. En mayúsculas echando la pelota a Rajoy, e incapaz de culpar directamente a su propio partido)
Y yo le contesto…
“Lo increíble es que hayáis pensado
durante años que el PSOE anterior a esta debacle era un gran partido. Y
además, debéis de saber, que quienes les han apoyado durante tanto
tiempo, son también protagonistas de la deriva que ha llevado a España
hacia el liberalismo más ruin. Esto, no es un hecho casual, o una
excepción, es la Norma, en un partido oligarca y prepotente!”
Y me responden otros…
“Qué tendrá que ver el tocino con la velocidad”
Y decenas de personas apesadumbradas prosiguen…
“Siempre ganan los mismos: el capital”,
“Auténticos mafiosos”, “Tengo 45 años desde los 16 socialista hasta el
día de hoy que la nueva derecha disfrazada de socialistas no vuelva a
contar con mi voto . Siento que me han robado el partido. En una sola
palabra tristeza.”, “Qué bochornoso. No doy crédito.”, “Ha ganado el
PSOE del Ibex 35. Vergüenza de barones”, “Lo siento…
Mira qué hemos
discutido por aquí, pero entiendo tu desolación, porque yo ya sufrí mis
decepciones, pero lo de hoy es tremendo y no es justo para los
militantes. Esto es muy fuerte, me da miedo hacia dónde va a España.
Ánimo y a seguir luchando. Luchar, siempre.”
Y luego muchas, muchas justificaciones.
Para acabar con un destello lúdico-festivo. “¡Un día triste para la
gente de izquierdas!”
Pero… ¿Cómo va a ser triste para las
izquierdas que un partido retrógrado y antipopular (contrario al pueblo)
se parta en dos? Esto es un delirio.
Hay que contar esta pequeña historia. Y
tened cuidado; una amplia mayoría de los votantes del PSOE conforman
entre todos y a la chita callando una asociación contraindicada en los
prospectos de salud pública. Entre ellos, los victoriosos de anteayer,
porque esos ya no tienen ni nombre.
Y, por otro lado, los perdedores,
porque siguen pensando que hasta el 01 de octubre de 2016 su partido era
modélico, y hoy piensan que ha habido un golpe de timón que lo ha
patrocinado Rita la Cantaora.
Tenemos poco que hacer. Porque las
mayorías son las mayorías, y seguirán insistiendo con sus graves
decisiones, y nos gobernarán con su grotesca intrepidez, hechizada de
parvulario y coleguismo.
Y así reaccionan también cientos y miles
de escritores, profesores, artistas, abogados, y una amplia clase más
que media que, casualmente, hace veinte años no veía ni un elefante en
una cacharrería.
Miopes que forraron sus bolsillos con un seguro de
vida… Y hoy ven lo que hasta un topo divisó hace años, cuando Isidoro
alzó su puño y engendró el monstruo que sigue vivo.
Joséluis Vázquez Doménech
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