Eduardo Inda es un ejemplo del tipo de periodista tertuliano que emite
juicios morales pero al cual no se puede poner en entredicho
El caso Inda, un periodista y tertuliano a quien los jueces han condenado por no pagar la manutención de sus hijos, y el modo en que reaccionó al sacar el asunto el moderador de La Sexta Noche, Iñaki López, merecen una reflexión.
Como se recordará, tras la publicación de la sentencia por el diario Público el sábado 3 de diciembre, el tertuliano y director de Okdiario participó ese mismo día, como viene siendo habitual, en el programa televisivo La Sexta Noche.
A pesar de que la noticia de la sentencia fue el tema estrella de las redes sociales durante toda la jornada, los responsables periodísticos del programa, incluido el moderador, ni se plantearon sacar el asunto.
Una información es trending topic todo el día, a la noche tienes al protagonista en el plató y no se plantean tocar el tema. Curioso.
No sólo eso, cuando una de las tertulianas del programa, la diputada de Unidos Podemos Carolina Bescansa, a propósito de las declaraciones del alcalde de Alcorcón, saca la información, Iñaki López intenta pararla con el argumento de que se trata de un asunto personal que no procede abordar en la tertulia.
A pesar de que Bescansa argumenta su importancia y razona su trascendencia social por enmarcarlo en un asunto de gran sensibilidad como la violencia de género.
Eduardo Inda explica el motivo del embargo de su sueldo [COMPLETO]
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Supongamos por un momento que el
implicado fuese un político. ¿Alguien se imagina a los medios intentando
impedir el debate argumentando que es un asunto privado? Si un ministro
fuese condenado por no pagar la pensión de manutención de sus hijos y
su sueldo embargado, nadie entendería que es un asunto privado que no
debe debatirse.
Es más, el debate sería sobre si debía dimitir o no. Si
entendemos que eso es un asunto privado también podría asesinar a su cuñado o violar a una vecina y deberíamos ignorarlo porque forma parte de su vida privada.
Sin embargo, cuando se trata del
periodista se le intenta proteger. No olvidemos que se trata de
periodistas que no ejercen de periodistas. Hace mucho que los tertulianos no hacen labor de periodistas, ellos opinan al mismo nivel que el resto de los invitados.
Y, por tanto, deberían estar bajo el mismo criterio de medición. Un
periodista es un profesional que le pregunta a una figura que se
considera de interés público para que ésta opine sobre lo que el
periodista le requiera.
Julio Anguita lo precisó en uno de esos
debates. Tras opinar Anguita, un periodista da su opinión y añade “es
para que quede clara mi posición en este aspecto”. A lo que el político
comunista le responde: “Sí, pero lo importante es la mía, lo que importa
es la opinión del entrevistado”.
En un debate político, las personas
que discuten exponen sus críticas y las legitiman con el aval de su
propio ejemplo y trayectoria. Si organizamos debates en el que unos (los
políticos) deben dar explicaciones y recibir críticas (lo cual está muy
bien), y otros (tertulianos/periodistas) pueden opinar, argumentar,
rebatir y contrargumentar, pero no están obligados a dar explicaciones
de su propia trayectoria, no estamos jugando limpio.
Cada vez es más frecuente encontrar en
nuestras televisiones reyertas políticas en las que periodistas, a los
que no se les exige ninguna legitimidad ética ni honestidad, se permiten
dar lecciones morales a los políticos.
Como vemos,
hasta se pueden permitir no pagar la pensión de sus hijos y siguen dando
lecciones de ética. Y encima algunos medios bloquean, o intentan
bloquear, la discusión en torno a esa legitimidad. Quizás porque lo
siguiente que está sobre la mesa es el criterio profesional para incluir
en su nómina de tertulianos que dicen denunciar la corrupción política a
periodistas sentenciados por mentir y por no mantener a sus hijos.
La Constitución
española (artículo 120) obliga a los jueces a hacer públicas todas las
sentencias y ahora resulta que no está bien que los periodistas puedan
difundirlas si el afectado es un periodista tertuliano.
Hasta la
directora de Público tiene que dar explicaciones de por qué publicó la sentencia contra Eduardo Inda.
El periodismo se ha presentado como el
cuarto poder, es decir, el que iba a controlar a los otros tres
(ejecutivo, legislativo y judicial), el problema es que hemos creado un
monstruo que ni es periodismo ni existe órgano institucional ni
ciudadano al que tenga que dar explicaciones.
Un monstruo que, de todos
los poderes, curiosamente es el menos democrático y el que más depende
del dinero. Hasta se puede permitir mentir, no pagar la pensión de sus hijos y exigir que no se difunda porque forma parte de su ámbito privado.
https://iniciativadebate.org/2016/12/05/eduardo-inda-y-el-tratamiento-a-los-periodistas-tertulianos/
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