Vamos a ser un poco rebuscadillos, pero sin inventar nada en absoluto.
No va a hacer falta crear pruebas falsas, al estilo OKPantuflo, ni
photoshopear documentos o similares. Nada de eso. Se trata de embridar
un par de párrafos de las últimas noticias sobre el nuevo caso estrella
de la corrupción pepera, y poco más.
Así lo relata el juez en un auto al que
ha tenido acceso eldiario.es: “Pablo González (hermano de el
expresidente de la Comunidad de Madrid) habría realizado prácticas
corruptivas con las señaladas anteriormente en Venezuela. De sus propias
palabras se desprende que en Caracas se habrían puesto en contacto con
funcionarios del Gobierno, quien les habría dado las indicaciones de la
constructora a la que subcontratar, subcontratacíon que habría sido
llevada a cabo posteriormente con la indicación ‘cargar un 10% más
porque habrá que pagar a tal’ de tal manera que podría haber pagado la
cantidad acordada al funcionario correspondiente minimizando las
posibilidades de detección de tal corruptela”.
O sea, que la trama pepera, de la que todavía no está demostrado que se libre nadie, recibía mordidas desde Venezuela.
Al hombre que lo fue todo en los
Gobiernos de Madrid desde hace más de una década Eloy Velasco lo acusa
de sacar un millón de euros de la Agencia de Informática de la Comunidad
de Madrid, una empresa pública que ha llegado a manejar presupuestos
superiores a los 200 millones de euros anuales, “para sanear” las
cuentas del Partido Popular. Sucedió, según fuentes de la investigación,
a finales de 2011 cuando González llegó a la secretaría general del PP
madrileño en sustitución de su enemigo interno, Francisco Granados.
Se
habían celebrado las elecciones municipales y autonómicas y el partido
no disponía de dinero en la caja. La hipótesis que figura en el sumario
es que González utilizó a las empresas públicas más pujantes de
la Administración para desviar fondos hacia el partido y pidió a sus
responsables inflar contratos para lograr ese dinero.
Empresas públicas pujantes como Mercasa,
con las que el hermano de Ignacio hacía ‘negocios’ en Venezuela, y
desde cuyo patrimonio, según el juez, se desviaban fondos para financiar
al PP.
Evidentemente no hay ninguna
financiación consciente del Gobierno de Venezuela al PP, pero sí parece
cierto que con el dinero de Venezuela, funcionarios venezolanos
corruptos mediante (no se aclara si partidarios de Capriles o Maduro, o
de nadie), se ha financiado el partido de Mariano Rajoy y compañía.
Esto ya es mucho más que todo lo que se
ha inventado durante estos tres últimos años de propaganda insufrible
sobre la falsa financiación a otros partidos. Pero esta verdad
rocambolesca no llenará noticiarios, tertulias ni conversaciones de bar.
Esperemos que al menos sirva para que
nos dejen en paz de una puñetera vez con las no-noticias de ese país al
que, aunque le deseo toda la fortuna del mundo, no quiero tener hasta en
la sopa. Y menos para saturarnos con exclusivas de teatro, al mismo
tiempo que, por ejemplo de Portugal, nuestro país vecino, por no apuntar
más lejos, no se dice ni una palabra.
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