Que en un restaurante se pague una cuenta de 500 euros por una comida
para dos no significa que los cocineros o los camareros estén bien
pagados. Más bien pasa lo contrario: cuánto más caro, más laureado y más
famoso es el restaurante, peores son las condiciones.
Así lo denuncia
un artículo publicado por El Confidencial en el que se descubren cuáles
son las pésimas condiciones laborales de los becarios de los tres
estrellas Michelin en nuestro país.
Según se revela en la pieza, El Bulli, el restaurante de Martín
Berasategui, el de Arzak, DiverXO, el Celler de Can Roca… los mejores
restaurantes de nuestro país tienen algo más en común que su fama:
ninguno de ellos trata muy bien a sus aprendices.
Un hombre llamado Toni (nombre ficticio), que ha pasado por algunas de
las cocinas más reputadas de España, explica que “En las cocinas de los
estrellas Michelin se sufre mucho y hay mucha explotación. Sabes que te
tratarán mal, que quizá sufrirás ansiedad, depresión…”. Para él, la
situación se resume en una demoledora frase: “Te tratan como a una
rata”.
La misma fuente asegura que en El Bulli, el mítico local en el que
Ferrán Adrià reinventó la cocina y en el que la lista de espera duraba
meses, solo tuvo una nómina de 600 euros al mes. Y eso que trabajaba 16
horas al día. En 2011, último año que estuvo abierto El Bulli, el menú
degustación costaba 250 euros sin bebidas.
Tras despedirse de esta mala experiencia -él asegura que perdió 12 kilos
de peso por el estrés- decidió dar el salto a Madrid y ser becario de
David Muñoz, el creador de DiverXO y famoso por el programa El Xef, que
ha emitido Cuatro durante este último mes.
En la capital de España no le fue mucho mejor. Toni asegura que Muñoz le
ofreció un contrato de 200 euros por cinco horas a la semana de
colaboración. Pero la realidad es que trabajaba de 9 de la mañana a 2 de
la madrugada. El becario apenas tenía contacto con el chef, ya que este
solo se dirigía a los cargos intermedios y estos eran especialmente
groseros y explotadores con los empleados más precarios. “Para hacer
méritos y demostrar que pueden ascender, te putean al máximo”, explica.
Pero no solo Toni ha vivido esta experiencia. Otros como Pedro refrendan
la mismas historias, pero en otros establecimientos. Según denuncia, en
la cocina del Bravo 24 (situado en el hotel W de Barcelona), los turnos
eran monstruosos: de 6 de la mañana a 21, por un sueldo de 900 euros.
Esas eran las condiciones de los 16 cocineros. Pedro lo pasó tan mal
-adelgazó 11 kilos en meses- que decidió dejar la alta cocina y trabajar
en un restaurante tradicional.
Si los clientes pagan un dineral por la comida, ¿por qué las condiciones
son tan malas para los trabajadores? Iván Torrent, que trabajó en el
Celler de Can Roca, asegura que en los restaurantes de tres estrellas
trabajan 60 cocineros, y para que 40 de ellos cobren bien, sería
necesario empezar a cobrar el doble los menús. Es decir, en vez de 250
euros, que fuera una experiencia de 500 euros.
Pero todo este infierno al final tiene recompensa. Otros ex-becarios
entrevistados en el artículo reconocen que pasar por un restaurante de
renombre les ha servido para conseguir buenos trabajos en el futuro. Y
eso que algunos reconocen haber recibido gran cantidad de insultos,
haber comido en tan solo 15 minutos y de pie, o haber tenido que vivir
hacinados en pisos con otros compañeros. Una realidad muy alejada del
glamour que aparece en El Xef o en Masterchef.
Para muchos de ellos, la edad clave para aguantar son los 30 años: “La
edad límite para estar en una cocina Michelin es 30 años. Allí nunca vas
a ganar dinero. Hay que aprender y luego llevar tu cocina a tu manera”,
asegura uno de los entrevistados.
es.noticias.yahoo.com
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