Marisa Soleto: “Las mujeres somos el campo de experimentación de hasta dónde se puede llegar a precarizar”

Marisa Soleto Ávila es la directora de la Fundación Mujeres desde 2001, una organización no gubernamental sin ánimo de lucro que trabaja en proyectos dirigidos al desarrollo de la igualdad real y efectiva entre mujeres y hombres desde diferentes ámbitos de intervención. 

A propósito de su participación en las IV Jornadas Clara Campoamor “Voluntad común y Agenda feminista”, de la Escuela de Pensamiento Feminista Clara Campoamor de Fuenlabrada, Tribuna Feminista la entrevista.


A lo largo de su intervención en la mesa redonda “El (mal) empleo de las mujeres y sus consecuencias”, ha hecho hincapié en la situación actual de las mujeres en el mercado laboral.


TF: ¿Cómo influyen las políticas neoliberales en el mercado labora de las mujeres?


MS: La posición laboral de las mujeres en el modelo social que se construye a partir del sistema capitalista (y sus derivadas), y en la evolución que estamos viendo en el neoliberalismo, no ha progresado. Si vemos que se consolidan los derechos de las mujeres, en el mercado laboral esto no ha pasado.


 A nivel cuantitativo se han podido dar avances, pero a nivel cualitativo real, lo que tenemos es un mercado laboral con dificultades de acceso, reparto de poder, discriminación en las condiciones laborales… no ha variado sustancialmente el tipo de consideración que tenemos como trabajadoras.


Es más: ninguna mujer está a salvo de ser considerada una trabajadora de segundo nivel.

“En estos momentos de crisis da la sensación de que las mujeres somos el campo de experimentación de hasta dónde se puede llegar en esa precarización”

Estamos incluso viendo procesos de precarización en los momentos de crisis en los que da la sensación de que las mujeres somos el campo de experimentación de hasta dónde se puede llegar en esa precarización.


TF:¿Y hasta dónde se puede llegar?


MS: Es necesario contextualizarlo… no nos podemos olvidar que el modelo social y el modelo laboral son el binomio de lo que es la organización de la vida.


Cuando en estos momentos de crisis económica, donde escuchamos voces de cómo puede saltar por los aires esa capacidad redistributiva de la riqueza que tiene el empleo, y está encima de todas y todos los trabajadores del mundo esa espada de Damocles de sentir que se acabó, ya no hay empleo para todos, ¿hasta qué punto algunos modelos que tienen que ver con el papel de las mujeres o cierto tipo de oportunidades, que se presentan como presuntos modelos de empoderamiento de las mujeres, no tienen que ver con esa consideración de cuál es esa posición que nos corresponde?

“El neoliberalismo está buscando nuevos modelos de complementariedad que, bajo un hipotético empoderamiento de algunas características femeninas, pretende expulsarnos, de nuevo, del mercado laboral”.

En ese sentido, ofertas que tienen que ver con que las mujeres podemos ser “donantes de la gestación” o cómo la prostitución puede ser considerada como un empleo que además puede llegar a empoderarnos como mujeres o, por otro lado, esa mística de la maternidad que nos vuelve a colocar a las mujeres en un papel de protagonistas, exclusivo y excluyente de los cuidados son, en definitiva, derivadas de ese complemento de modelo.
 

  Ya no va a haber empleo para todos, por lo tanto, no lo habrá para todas, y desde el neoliberalismo, que ideó un modelo que en realidad funciona, la división sexual del trabajo, donde los hombres aportan el dinero y las mujeres los cuidados y así se mantienen las familias, de alguna manera está buscando nuevos modelos de complementariedad que, bajo un hipotético empoderamiento de algunas características femeninas, pretende expulsarnos, de nuevo, del mercado laboral.


TF: Hace dos años escribiste un artículo en el que ponías de relieve que la situación de las mujeres en el mercado labora, el acceso a puestos de toma de decisiones, etc. sigue estando en cifras de discriminación, ¿hasta cuándo?
MS: Realmente no lo sé. Desde hace 25 años las mujeres somos mayoría en la Universidad pero no se ha traducido en una equivalencia, por ejemplo, de participación de las mujeres en la dirección de las empresas; las mujeres, a pesar de tener mayor y mejor cualificación, no hemos sabido traducirlo en mejoras.


 A estas alturas podemos y debemos concluir que las discriminaciones están en otras cuestiones, no somos nosotras.

“A estas alturas podemos y debemos concluir que las discriminaciones están en otras cuestiones, no somos nosotras”.

Un ejemplo cualitativo y que me gusta mucho y sirve para ejemplarizar la posición social de las mujeres en general es el del equipo de chicas que ha ganado la liga (en una liga mixta pero donde sólo llegan chicos); el resultado no es el éxito, sino que ya nadie quiere jugar con ellas al fútbol.


 Es un poco parecido a lo que está pasando: la discriminación se adapta, una prueba de que el patriarcado va readaptándose a las situaciones para conservar ese modelo, en el que las mujeres ocupamos papeles subsidiarios en el mercado laboral… no tiene que ver con nosotras, sino con la conservación de un modelo específico, y hacer saltar ese modelo, lo que hemos entendido siempre desde el Feminismo de la Igualdad, pasa por crear un mejor modelo para todas y todos.


TF: Y para terminar, en estos días se conmemora el Día del Libro, ¿qué libro crees que es importante para descubrir el feminismo como una forma de vida?


MS: Hay muchos; partiendo de la base de que todas nos hemos hecho feministas leyendo, los clásicos no podemos olvidarlos.


Pero si hay que escoger uno, en estos momentos que estamos viviendo, escogería “Neoliberalismo sexual: el mito de la libre elección”, de Ana de Miguel, porque contextualiza mucho y es muy revelador de cómo los argumentos de la supuesta libertad están ocultando nuevas formas de esclavitud hacia las mujeres.


http://www.tribunafeminista.org/2017/04/marisa-soleto-las-mujeres-somos-el-campo-de-experimentacion-de-hasta-donde-se-puede-llegar-a-precarizar/