Puede parecer fácil ser tan contundente
con un dibujo, e incluso el mensaje también pudiera ser percibido como
algo simple y evidente; como una consecuencia inevitable de la
actualidad: como algo que iba a ser ilustrado más temprano que tarde por
cualquiera. Pero esa sensación, que no es más que una sensación,
siempre acude tras haber visto esa ilustración que después parece tan
sencilla.
Y no lo es. Es una genialidad,
precisamente por su sencillez. Un millón de palabras no pueden decir
tanto como una imagen de este tipo. Y en este caso concreto nada puede
abrir tanto los ojos sobre lo que está ocurriendo, incluso a los que por
las más peregrinas razones se niegan a abrirlos, como una pregunta y un
par de gestos caricaturizados.
Sobran los comentarios. Genial Manel Fontdevila.
(Viñeta publicada por eldiario.es)
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