La Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social en el Estado Español propone combinar políticas de protección social y de prevención para erradicar la pobreza porque, según ha recordado Susías, “detrás de estos números hay personas y familias que lo están pasando realmente mal”.
Un
total de 12,9 millones de personas, un 27,9 por ciento de la población,
vive en riesgo de pobreza y exclusión social, según el VII informe ‘El
Estado de la Pobreza. Seguimiento del indicador de pobreza y exclusión
social en España 2008-2016′ de la Red Europea de Lucha contra la Pobreza
y la Exclusión Social en el Estado Español (EAPN-ES), presentado este
lunes 16 de octubre en el Congreso de los Diputados, ante la celebración
este martes del Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza.
Según
la tasa AROPE, indicador europeo que mide el riesgo de pobreza y
exclusión social, el número de personas que viven en esta situación en
España se ha reducido solo 0,7 puntos porcentuales desde 20015, por lo
que España aún está lejos de cumplir con la Estrategia Europa 2020,
lanzada en 2009, por la que el Gobierno español se comprometió a reducir
entre 1,4 y 1,5 millones el número de personas en riesgo de pobreza y
exclusión social antes de finalizar 2019.
Para
alcanzar esta meta, se requeriría, en primer lugar, volver a los
valores anteriores a la crisis, es decir, reducir en dos millones el
número de ciudadanos en esta situación y, en segundo lugar, una
reducción adicional de 800.000 personas (un total de 2,8 millones).
Quiénes están en esta situación
Para
estar en riesgo de pobreza y exclusión social, hay que sufrir uno de
los tres factores que tiene en cuenta la tasa AROPE: pobreza, baja
intensidad en el empleo o carencia material severa.
Las
personas que cumplen con el primero de estos tres indicadores, la
pobreza, son aquellos que viven en un hogar con una renta por debajo de
684 euros al mes por unidad de consumo (unos 1.700 euros al mes para una
familia integrada por dos adultos y tres niños).
Aquellos
que sufren una carencia material severa son los que no pueden disfrutar
de una semana de vacaciones o no pueden pagar los recibos de luz, gas o
agua, o no tienen televisión en color, lavadora o teléfono. Finalmente,
la baja intensidad en el empleo se refiere a aquellos ciudadanos que
han trabajado por debajo del 20 por ciento de tu capacidad.
Un millón de
personas, un 2,1 por ciento de la población, sufre los tres factores
que integran el AROPE.
Por otro lado,
el estudio también pone de manifiesto que más de 2,9 millones de
personas en España, el 6,4 por ciento de la población, vive en situación
de pobreza severa, es decir, en hogares cuyo total de ingresos por
unidad de consumo es inferior a 342 euros al mes.
Trabajadores pobres
La
tasa de trabajadores pobres, que no superan el umbral de pobreza a
pesar de tener un empleo, se sitúa en el 14,1 por ciento en 2016. Según
ha indicado el presidente de la EAPN-ES, Carlos Susías, tener un puesto
de trabajo ya no garantiza no estar en riesgo de pobreza y exclusión ya
que los empleos son “inestables y de poca calidad” y “la línea entre el
empleo y la inclusión social se quiebra”.
“Existe un nuevo pobre que
hace cola en el supermercado, no es solo el que pide en la calle”, ha
advertido el autor del informe, Juan Carlos Llano, quien ha explicado
que la recuperación es asimétrica, no todos los grupos sociales crecen
igual.
Susías
también ha manifestado su “preocupación” por lo poco que notan las
personas pobres la recuperación económica. “Las personas en situación de
pobreza fueron las primeras en notar el impacto de la crisis cuando aún
no se reconocía que ésta existía y son las últimas en notar la supuesta
recuperación”, ha precisado.
La
Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social en el
Estado Español propone combinar políticas de protección social y de
prevención para erradicar la pobreza porque, según ha recordado Susías,
“detrás de estos números hay personas y familias que lo están pasando
realmente mal”.
Tener hijos aumenta el riesgo de pobreza
Además,
de los datos se desprende que las personas que viven en hogares con
niños tienen más riesgo de pobreza y exclusión social. “Tener hijos es
arriesgarse a ser pobres”, ha avisado el autor del estudio, Juan Carlos
Llano, que también ha advertido de que “existe un nuevo pobre que hace
cola en el supermercado”.
En
concreto, el informe revela que más de la mitad de los hogares
monoparentales (53,3 por ciento) con uno o más hijos, y en su mayoría
encabezados por mujeres, se encuentran en riesgo de pobreza y exclusión
social, una cifra que desciende hasta el 28,5 por ciento en el caso de
hogares con dos adultos y niños a cargo.
Los jóvenes, los más perjudicados
Por
edad, evidencia que las personas adultas jóvenes, de entre 16 y 29
años, tienen la tasa AROPE más alta (37,6 por ciento), seguidas por los
niños, con un 31,7 por ciento. Para los mayores, es la más baja, con un
14,4 por ciento, aunque 4,7 millones de mayores reciben pensiones bajo
el umbral de la pobreza (menos de 684 euros mensuales).
En
cuanto al sexo, el documento pone de relieve que se ha equiparado el
nivel de pobreza entre hombres y mujeres, pero no porque ellas hayan
mejorado su situación sino porque los primeros han empeorado.
Atendiendo
a la nacionalidad, la tasa de riesgo de pobreza y exclusión descendió
del 63,9 al 60,1 por ciento entre 2015 y 2016 en el caso de los
extranjeros, y de un 25,5 a un 24,7 por ciento entre los españoles.
Por
comunidades autónomas, aquellas con más población en riesgo de pobreza y
exclusión social se encuentran en la mitad sur del mapa, siendo las que
tienen mayor tasa AROPE: Canarias (44,6 por ciento), la ciudad autónoma
de Ceuta (41,9 por ciento) y Andalucía (41,7 por ciento).
Mientras, las
que tienen menor riesgo de pobreza y exclusión son las de la mitad
norte y especialmente: Navarra, con una tasa AROPE del 13 por ciento, el
País Vasco, con un 17,6 por ciento, y La Rioja, con un 17,4 por ciento.
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