Conflictos mundiales * Blog La cordura emprende la batalla


jueves, 15 de diciembre de 2011

Urdangarin y el juego de la Oca

Juego en el verbo inerte de las horas pausadas. La incertidumbre y un seguro discurrir de la vida social hacia el desastre al que somos abocados por las ansias de poder y de ganancias, descienden hacia el abismo como esa gota de nieve derretida que se escurre por el cristal de mi medio de transporte en esta húmeda tarde por los parajes semidesérticos de un lugar árido y agreste de mi amada tierra.


Me gustaría que los problemas de este tiempo se diluyeran en esa especie de bruma que sale de la tierra mojada para convertirse en niebla y que los sueños del hombre viajaran libres acompañando los aleteos de esas aves migratorias que pasan por allá arriba, muy por encima de mi gorra. Pero los sueños, han sido atados a la codicia, a las marcas comerciales que forjan el pensamiento de las masas para que alguien engendre pesadillas en los niños hambrientos mientras tanto y rediseñe sus salones al tiempo que te hace a ti y a tus sueños más y más esclavos.
No hay lugar para los sueños de libertad mientras dure el dominio de las bestias hambrientas sobre las mentes del hombre, porque a la mente que sueñe ser libre, ellas la encadenarán a mares de impuestos, prohibiciones, normas, multas y todo encaminado a que los inapetentes tengan cada vez salones más lujosos y apariencias prefabricadas más caras.
La luna ya no es un casco de naranja, sino un diente de ajo para ahuyentar los malos espíritus de la noche incierta. Y ni el vuelo de la hermosa mariposa es libre porque está limitado en el tiempo por los pesticidas que los agricultores vierten al campo en una carrera loca por la productividad mal pagada y el envenenamiento masivo. Las aguas del arroyo ya no son de cristal sino un coctel tóxico de productos químicos, pero su majestad tiene en su bodega una fortuna en vinos producidos con el sudor del pueblo y regalados por el hambre de posición de los inmorales.
 
Desde la insignificancia de mi ser de hormiga, sumergido en la inmensidad de las montañas de esta tierra recia y noble, empiezo a intentar ver la forma en la que un entramado de hipocresías comerciales  llamado Instituto Nóos ha tejido una tela de araña funcionando de una forma que mi diminuta persona apenas alcanza a ver pero que intuyo imposible de pasar desapercibida ante toda una jefatura de estado. Instituto Nóos Consultoría Estratégica s.l. ¿Cuántos sueños de humildes pastores que no van a Belén hay acumulados en esas siglas? Una empresa de alto rango destinada a elaborar estudios de mercado y viabilidad para empresas y complejos empresariales,  propiedad de un señor emparentado con la jefatura del  estado  y que por dicho parentesco se le ha llamado duque, como premio por  satisfacer las necesidades emocionales de una de las hijas de un mandatario impuesto por la oscuridad de la noche sangrienta.
 
Al duque se le han proporcionado medios  y se ha valido del nombre de España y de su jefe de estado para abrir caminos, para dar prestigio a sus empresas y a su persona pero, ¿Qué nos ha dado él a cambio? Fraude y descrédito.
 
El rey se ha enfurecido y ha declarado sus actividades “no ejemplares”, no sabemos si por el golpe en la puerta o por el Vega Sicilia o por ambas cosas a la vez. Pero el hecho, majestad, es que si usted o la institución que representa se han anticipado a los jueces para calificar las actividades de su yerno de no ejemplares es porque usted estaba al tanto de dichas actividades. Porque, si no, no veo la urgente necesidad de adelantarse al proceso judicial dejando de lado la presunción de inocencia.
 
No sé  si su eminente majestad  se ha dado cuenta, pero el comunicado en el que usted o su casa comunican que su yerno es apartado de las actividades de la corona por conducta no ejemplar, en sí conlleva un juicio y una sentencia y,  dado el peso específico de la institución que usted representa, dicha sentencia pasa por encima del poder judicial y adquiere unas dimensiones colosales.
 
Pero es que, por si le faltaba azúcar al pastel,  el juicio que al margen del poder judicial realiza una institución tan importante como Jefatura del Estado, no solo tiene su sentencia, sino que además realiza una condena y una pena que es la de vetar al yerno del rey,  al que él mismo y no sabemos muy bien por qué ni para qué nombró duque, de todo acto oficial de la corona. ¿Tan injusta es la Casa Real que juzga sentencia y condena a uno de sus miembros sim pruebas y solo en base a la investigación en curso? No lo creo. Algo más ha de haber.
 
Si la Casa Real, tiene elementos suficientes y pruebas para juzgar al yerno, sentenciarlo y condenarlo,   significa que estaba muy al tanto de sus actividades poco ejemplares. Lo que es difícil de explicarse  es que teniendo conocimiento de todo ello, se consintiera o que no se denunciaran esos hechos presuntamente delictivos.  como todo ciudadano que presencie uno tiene la obligación de hacer.
 
Aquí lo que resulta más que evidente es que la Casa Real, rey y moralista reina incluidos, estaba al corriente de los hechos y que miraban para otro lado y solo cuando la justicia los ha descubierto,  se adopta una posición digna de cara a la opinión pública y para salvar los tiestos, pero que no cuela de ninguna manera posible más que para aquellos que se quieran dejar convencer, entre los que yo no me cuento.
 
Repito que si, como evidencia la actuación de la Casa Real tras hacerse públicos los hechos, estos eran conocidos, lo normal y lógico es que se hubieran puesto en manos de la fiscalía o, por lo menos, se les hubiera puesto freno. Al no hacerse ni una cosa ni la otra, lo que está muy claro es que todo esto viene ocurriendo desde hace tiempo como la cosa más normal del mundo y que por motivos que mi inteligencia limitada de hombre corriente no me permite adivinar, se ha consentido y se le ha dado la cobertura necesaria.
 
De nada vale ahora apartar al yerno como si fuera un apestado o decir que su proceder fue poco ejemplar pues, como he dicho antes, eso no hay quien se lo trague y lo único que se prueba es que se tenía un conocimiento previo de todo y que además es culpable. Porque de haber sabido que las actividades del duque eran limpias y se hubiera estado totalmente seguro de su inocencia, se habría montado en cólera pero en su defensa y las cabezas de los "implicados" en la investigación ya estarían rodando por el suelo.

Si con tanta urgencia se han puesto los paños calientes... Es porque hay fiebre alta y con infección.
 




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