Las nuevas recetas económicas que el Gobierno anunció ayer vienen precocinadas de Bruselas. Y es que la Comisión Europea había sugerido en diversas ocasiones la idea de "reducir la carga fiscal sobre el trabajo (...) desplazándola hacia tasas medioambientales, sobre el consumo o sobre la propiedad" con el fin de incentivar la contratación de trabajadores. El ejecutivo comunitario ya había trasladado en 2009 la recomendación al equipo de Rodríguez Zapatero, aunque éste tumbó la medida porque "pondría en riesgo el futuro de las pensiones" y "no tuvo ningún efecto positivo cuando se intentó en los años 90".
Sin embargo, se da la circunstancia de que España presenta el coste laboral más bajo de los países principales de la Unión Europea, con solo 20,6 euros por hora, incluidas las cotizaciones sociales. A la vista de los datos, la relación entre coste laboral e índice de paro se resquebraja si se tiene en cuenta que Bélgica, con el doble de gasto por trabajador que España, ostenta un paro por debajo del 9%.
Desde entonces, el FMI y la OCDE se han sumado a la recomendación y han terminado por torcer el brazo al Gobierno, que se había hartado de repetir que no se tocaría el IVA. Tanto es así que la oposición no ha tardado ni un día en reprochar, mediante un vídeo, que Rajoy haya tomado una medida que tan duramente criticó a los socialistas.
Las medidas no serán de carácter inmediato, sino que entrarán en vigor en 2013. El motivo de posponerlo un año, en palabras del ministro De Guindos, responde a que "el problema de la elevación de impuestos indirectos en entornos depresivos acelera la caída de la economía". Así, el Estado recortará los ingresos que la Seguridad Social recibe por cada trabajador compensándolo con el incremento del IVA y otros impuestos indirectos, con los que se planea recaudar en torno a 8.000 millones de euros adicionales.
Después de doce años de superávit, la Seguridad Social se dejó por el camino 668 millones de euros el año pasado, un descenso relacionado directamente con el número menguante de cotizaciones. De este modo De Guindos, que trabaja con la idea de que España enderezará el rumbo en 2013, termina de dibujar el entorno favorable a la empresa que ya comenzó con la reforma laboral.
Sin embargo, se da la circunstancia de que España presenta el coste laboral más bajo de los países principales de la Unión Europea, con solo 20,6 euros por hora, incluidas las cotizaciones sociales. A la vista de los datos, la relación entre coste laboral e índice de paro se resquebraja si se tiene en cuenta que Bélgica, con el doble de gasto por trabajador que España, ostenta un paro por debajo del 9%. En una línea de razonamiento similar se expresa el experto José Ignacio Ruiz Conde, miembro de Los 100 economistas, quien declaró a Hispanidad que "la subida del IVA y la bajada de las cotizaciones sociales introduciría elementos discordantes en el sentido de que nuestro país tiene una tradición bismarckiana en materia de protección social, y no es como el Reino Unido, donde todos reciben una protección social que no va en función de lo que han cotizado: Los que pagasen más IVA y no trabajasen ni recibieran prestación se preguntarían por qué tienen que sufragar las pensiones de otros que sí han cotizado. Considerarían que es injusto”.
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