Conflictos mundiales * Blog La cordura emprende la batalla


viernes, 13 de abril de 2012

José Manuel Soria, Cómo el Gran Duque de Lerma



Algunos viven todavía en la gloriosa época del imperio español, aquella en que nuestros tercios arrasaban el mundo y masacraban poblaciones indígenas americanas a miles mientras que el pueblo español se debatía entre el hambre y las epidemias que diezmaban a la población con tanta saña como la que empleaba la nobleza y las autoridades en sus represiones inquisidoras. Para ellos esa fue una época gloriosa para España. Para muchos otros, una vergüenza difícil de olvidar.
 
En este contexto creen vivir muchos españoles del entorno malayo en estos momentos, pero creo que ese tiempo queda tan alejado en el tiempo como las aspiraciones del neoliberalismo español, representado por esa fiebre viral que afecta a España, de hacerse realidad.
 
Pero entendiendo ese razonamiento iluso y demente podemos comprender las políticas y medidas que este gobierno innoble quiere imponer al pueblo, valiéndose de una mayoría tan irreal e irrisoria como las políticas que implanta o esa rabia motivada por el intento de Cristina Fernández de recuperar para el pueblo argentino una compañía que les pertenece en toda legitimidad y que fue vendida a los poderes económicos internacionales por el innoble Nemen, íntimo de Aznar.
 
En ese contexto debemos ver la visita de este títere de feria que nos han puesto de presidente del gobierno a Polonia, donde al parecer hay muchos empresarios cruzados españoles que han ido allí a crear trabajo en vez de crearlo aquí, como tantos patriotas del empresariado español, diseminados por el mundo en busca de no pagar impuestos y de mano de obra semiesclava.
La prensa malaya española se hace eco del “desafío” de Cristina Fernández a España pero, ¿Qué España? ¿La del pueblo en paro y desahuciado o la que paga el combustible más caro que cualquier otro país del mundo por culpa de los impuestos con que nuestro gobierno los grava…? Tal vez se refiere a la España de los españoles que pagan impuestos como ningún otro ciudadano del mundo para costear la opulenta vida de una clase política tan inservible como déspota que financia a empresarios para que ganen dinero suficiente para invertirlo en terceros países a los que exportan precariedad y despotismo laboral y de los que importan inmigración sumisa a bajo precio destinada a apagar las reivindicaciones de los trabajadores españoles.
 Debe ser esa España formada por esa minoría selecta la que se siente ofendida por las acciones de Cristina destinadas a recuperar su petrolera para el pueblo argentino, o su corte de guardaespaldas, represores y demás perros guardianes favorecidos por ésta con buenos sueldos y reducidos horarios laborales y muchos días de vacaciones, que agradecen estando atentos a la orden con la porra levantada y la bala de goma asesina cargando su escopeta.
 
Porque la España que yo vivo, la de las familias que hacen milagros para llegar en precario a fin de mes, la de los jóvenes que buscan trabajo y tras largos meses de desengaños  y decepciones optan por emigrar, como en la época más triste del régimen genocida del que emanan nuestros actuales dirigentes; la España de los españoles a los que las inmobiliarias le vendieron algo, financiado por los bancos, por diez veces su valor y que en el mejor de los casos tendrán que estar pagando todas sus vidas y dejarán en herencia parte de la deuda a sus hijos y nietos... Esa España, no creo que esté muy enfadada porque un país, el que sea, intente recuperar lo que ya les pertenece y un traidor vendió a extraños a cambio de una suculenta comisión.
 
En defensa de los intereses de esa España (España que no es la mía) que nos engaña, nos explota  y nos oprime, ha salido el ministro de Industria, José Manuel Soria, que se encontraba acompañando a su amado e inepto líder a la cumbre polaca, con unas declaraciones en las que nos viene a decir que quienes son hostiles a las empresas españolas lo son con España. ¿Qué empresas españolas, Señor Soria? Porque si se refiere a Repsol; española fue en tiempos. Ahora, ni sabemos de quién es. En cuanto a la España que usted se refiere… ya ha quedado muy claro la que es.
 
 Pero, cómo el mercado está tan favorable para, esa su, España, lo único que hace falta es que usted vaya cerrando los pocos que nos quedan con sus amenazas de consecuencias desastrosas. Consecuencias que yo si veo a corto plazo y son que gracias a declaraciones como las suyas, el mercado latinoamericano se empiece a convertir en algo “hostil” a nuestras (sus) exportaciones. Me parece que, puede que usted haya sido muy eficiente defendiendo a su febril parroquia, pero también ha sido muy poco inteligente desde un punto de vista práctico.
 
 
 
En el contexto visionario de esa España formada por unas cuantas élites grotescas y "ultrqa-jadas"  a la sombra de los grandes círculos capitalistas internacionales, puede que las declaraciones de Soria amenazando a Argentina por querer proteger lo que hay en su territorio y no dejarse robar, suenen bien. De hecho creo que, estando sostenido por quienes está sostenido, el ministro no podía actuar de otra forma. Pero creo que para las relaciones exteriores españolas y para la economía del país, a corto plazo vamos a empezar a ver las consecuencias negativas de las acciones desproporcionadas de todos estos visionarios al estilo de las decrépitas “armadas invencibles” que tenemos en el gobierno.
 
 

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