Las acciones, que acumulan unas pérdidas del 50% desde que dimitió Rato, recuperaban algo de terreno al mediodía perdiendo un 16%. El Ibex, en rojo, a punto de perder los 6.500 puntos.
Atracan una sucursal de Bankia en Madrid
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Tras tocar fondo, la caída se ha atenuado una hora después al 16,56%. Las acciones acumulan unas pérdidas del 50% desde que dimitió Rato. El Ibex-35 entra en números rojos, a punto de perder los 6.500 puntos
Una semana después del cambio en la dirección de Bankia y de su nacionalización parcial, su caída en picado en la Bolsa sigue sin encontrar su tope. En concreto sus acciones se hundían casi un 30% al filo del mediodía. Este derrumbe repercutía también en que el principal indicador bursátil, el Ibex-35, perdía pasado el mediodía en torno a un 1,5%.
Pasadas las 12:30 horas, el selectivo español se situaba en los 6.503 puntos y perdía concretamente un 1,64%. Así pues el descenso que acumula desde comienzos de año alcanzaba el 23,63%.
La buena acogida que ha tenido la emisión de bonos celebrada por el Tesoro Público no tenía su reflejo en la renta variable y, tras comenzar la sesión sin tendencia definida, el IBEX 35 se situaba entre los índice más bajistas de Europa sólo por detrás del MIB de Milán, que se dejaba el 1,43%.
Los inversores tampoco permanecían indiferentes a los datos del PIB español del primer trimestre, que confirma la entrada de España en recesión tras sumar dos trimestres consecutivos de contracción.
Sin embargo, el sector financiero español, encabezado por Bankia, no hacía más que navegar por los más bajos fondos. El Popular perdía el 6,51%, Bankinter el 4,23%, Caixabank el 3,25%, Sabadell el 2,91%, BBVA el 2,71% y Santander el 1,92%.
Los títulos de Bankia se situaban en mínimos, en 1,18 euros por acción, después de que los inversores hayan intercambiado más de 5,4 millones de títulos por más de 7 millones de euros. A mediodía, Bankia era la décima entidad más cotizada de la bolsa española detrás de los grandes valores. Incluso se encontraba por debajo de entidades financieras más pequeñas como el Banco Popular o el Sabadell.
Sin embargo, a las 13:30 horas esta caída se amortiguaba, hora a la que las acciones ya 'solo' perdían un 16,56%, lo que situaba el precio por acción en 1,38 euros.
Fuentes de Bankia consultadas por Público.es no ven un motivo concreto que justifique esta caída pero consideran que los movimientos en el mercado se deben en el aumento en la desconfianza que supuso la subida ayer de la prima de riesgo y apuntan al volumen de intercambio de acciones que se ha producido en la sesión de hoy.
Las mismas fuentes llaman a la tranquilidad de los clientes de Bankia porque la nacionalización de la semana pasada ha supuesto un refuerzo para la entidad.
Desde que debutó en la bolsa española en julio, a 3,75 euros por título, las acciones de Bankia han perdido ya el 68,5 % de su valor bursátil.
En las dos últimas semanas, en las que se ha anunciado la nacionalización del grupo y que Bankia es la entidad que más provisiones inmobiliarias tiene que hacer para cumplir con la nueva reforma financiera, los títulos del banco han perdido casi el 50%.
Ante la huida de inversores, Bankia ha aumentado su autocartera en 15,55 millones de acciones propias por valor de 33,25 millones de euros entre el 7 y el 10 de mayo, según publica hoy El País.
Pasadas las 12:30 horas, el selectivo español se situaba en los 6.503 puntos y perdía concretamente un 1,64%. Así pues el descenso que acumula desde comienzos de año alcanzaba el 23,63%.
La buena acogida que ha tenido la emisión de bonos celebrada por el Tesoro Público no tenía su reflejo en la renta variable y, tras comenzar la sesión sin tendencia definida, el IBEX 35 se situaba entre los índice más bajistas de Europa sólo por detrás del MIB de Milán, que se dejaba el 1,43%.
Los inversores tampoco permanecían indiferentes a los datos del PIB español del primer trimestre, que confirma la entrada de España en recesión tras sumar dos trimestres consecutivos de contracción.
Sin embargo, el sector financiero español, encabezado por Bankia, no hacía más que navegar por los más bajos fondos. El Popular perdía el 6,51%, Bankinter el 4,23%, Caixabank el 3,25%, Sabadell el 2,91%, BBVA el 2,71% y Santander el 1,92%.
Pérdidas de casi un 70% desde el debut bursátil
Pero particularmente, los títulos de la entidad presidida ahora por José Ignacio Goirigolzarri eran los que peor seguían pasándolo, en lo que supone su décima jornada en números rojos. En concreto, pasado el mediodía llegaban a desplomarse un 28,28%.Los títulos de Bankia se situaban en mínimos, en 1,18 euros por acción, después de que los inversores hayan intercambiado más de 5,4 millones de títulos por más de 7 millones de euros. A mediodía, Bankia era la décima entidad más cotizada de la bolsa española detrás de los grandes valores. Incluso se encontraba por debajo de entidades financieras más pequeñas como el Banco Popular o el Sabadell.
Sin embargo, a las 13:30 horas esta caída se amortiguaba, hora a la que las acciones ya 'solo' perdían un 16,56%, lo que situaba el precio por acción en 1,38 euros.
Fuentes de Bankia consultadas por Público.es no ven un motivo concreto que justifique esta caída pero consideran que los movimientos en el mercado se deben en el aumento en la desconfianza que supuso la subida ayer de la prima de riesgo y apuntan al volumen de intercambio de acciones que se ha producido en la sesión de hoy.
Las mismas fuentes llaman a la tranquilidad de los clientes de Bankia porque la nacionalización de la semana pasada ha supuesto un refuerzo para la entidad.
Desde que debutó en la bolsa española en julio, a 3,75 euros por título, las acciones de Bankia han perdido ya el 68,5 % de su valor bursátil.
En las dos últimas semanas, en las que se ha anunciado la nacionalización del grupo y que Bankia es la entidad que más provisiones inmobiliarias tiene que hacer para cumplir con la nueva reforma financiera, los títulos del banco han perdido casi el 50%.
Ante la huida de inversores, Bankia ha aumentado su autocartera en 15,55 millones de acciones propias por valor de 33,25 millones de euros entre el 7 y el 10 de mayo, según publica hoy El País.
Hace 10 años, Argentina sufrió la peor crisis económica de su historia. En 1999, el entonces presidente de Argentina, Fernando De la Rúa, heredó un déficit fiscal en la administración de más de 7000 millones de pesos, la deuda externa ahogaba al país y los escándalos de corrupción brotaban como hongos a lo largo del mapa. Para ponerle remedio, De la Rúa anunció un ajuste del gasto público de2.000 millones de dólares que incluía un recorte del 5% a las universidades públicas.
El 3 de diciembre de 2001 De la Rúa tomó una decisión histórica: prohibió la libre circulación del crédito bancario y limitó a 250 pesos semanales las extracciones bancarias. Tan solo unos meses antes el Congreso argentino había garantizado la libre disponibilidad de los depósitos bancarios por medio de la Ley de Intangibilidad de los Depósitos.
Esta medida, lejos de solucionar la situación, fue el detonador que lo hizo estallar todo. La situación argentina había llegado a un punto de no retorno y la gente salió a la calle a buscar culpables. Para cuando los argentinos pudieron recuperar su dinero, vieron que el hechizo se había roto: los pesos ya no eran dólares y valían 3 veces menos que antes. En general todo el país era el triple de pobre.
En su origen, la palabra «corralito» se usaba en Argentina para referirse al recinto de suelo acolchado y rodeado por barrotes donde se encierra a los niños pequeños (un «parque» en España). Una jaula infantil para que los niños no se escapen y permanezcan seguros. La ironía del periodista argentino Antonio Laje adoptó el término para referirse a los bancos: prisiones de las que el dinero no debía escaparse. Desde entonces cada vez que un gobierno limita o prohibe la libre circulación del crédito bancario, ese fenómeno es llamado «corralito».
Después del «corralito» vino el «corralón»: el Gobierno argentino confiscó y devaluó los depósitos a plazos fijos. Once años después de que ocurriera el «corralito», mucha gente continúa sin recibir el dinero perdido.
España y la crisis griega
El economista Paul Krugman insinuó la posibilidad de que se produjera un «corralito» en España e Italia derivado de una posible salida de Grecia del Euro, en su blog del periódico «New York Times». La idea fue rechazada categóricamente por el Ejecutivo y otros expertos.
El ministro de Economía, Luis de Guindos, tachó de «sinsentido» la posibilidad de que la incapacidad de Atenas para formar Gobierno pudiera provocar un «corralito» en nuestro país. El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy negó que fuera a producirse «una congelación de los fondos bancarios para evitar la huida de capitales». Y el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, ha asegurado que «un corralito en España es técnicamente imposible» y ha pedido «prudencia» al premio Nobel.
También el profesor de Columbia y presidente de Eurasia Group, Ian Bremmer ha acusado a Krugman «asustar para tener más gente en su blog y en el periódico, ya que los expertos coinciden en que «la mejor manera de provocar un "corralito" es tratar de predecirlo».
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