El coraje de una mujer joven que fue desahuciada injustamente de su vivienda y que se enfrentó al sistema para evitar que le quitaran a sus cuatro hij@s. El apoyo recibido por el equipo educativo del CEIP de Tenoya en Gran Canaria, sobre todo de su directora, una mujer valiente y comprometida, que no permitió que la oscura y fría burocracia destruyera esta familia, una más que este podrido sistema intenta cargarse y colocar en la lista de la absoluta indigencia.
Unos hechos sencillos y heroicos en unos tiempos de egoísmo y corrupción, que refuerzan conciencias para seguir luchando, enfrentando cada día la depredación de gobiernos al servicio de los regidores de esta dictadura financiera.
Estos sinvergüenzas desahuciaron de sus hogares solo en el estado español en 2011 a 58.241 familias, la cifra más alta de la historia. Personas humildes que están siendo desalojadas por policías y jueces, simplemente por haberse quedado en paro y no poder pagar sus hipotecas o el alquiler de sus casas. Un drama social que contrasta con las cientos de miles de viviendas desocupadas que los gobernantes evitan investigar, prefiriendo aplastar con el peso de la absurda “justicia” a las personas más desfavorecidas de la sociedad.
Según datos de un informe de la Defensora del Pueblo del año 2011 en la España de las maravillas para unos pocos, hay actualmente más de 50.000 personas sin techo y cientos de miles que habitan en infraviviendas o en casas en condiciones muy deficientes, sin contar a las miles de familias que se enfrentan a un inminente desahucio. Estos datos contrastan con el 1,3 millones de viviendas vacías, 600.000 terminadas y no vendidas, 30.000 en construcción y casi 400.000 paradas, mientras los hogares tienen que destinar el 30% de su presupuesto a la vivienda.
Dicho informe afirma de forma demoledora que “no es admisible que se tenga que dedicar a la vivienda un monto tan elevado de ingresos en detrimento de los que se podría destinar a la educación de los hijos, a la protección de la salud o al desarrollo personal y familiar...”.
Es inmoral que haya bancos que no acepten la dación en pago, que un gobierno supuestamente democrático no tome medidas urgentes para evitar que tantas familias se queden tiradas en la calle. Que personas como Jennifer en Tenoya se vean desprotegidas y en manos de oscuros tecnócratas, cuya única alternativa ante esta injusticia era desmembrar una familia y dejarla sin hogar.
Afortunadamente entre tanta basura existen seres con un concepto revolucionario de la solidaridad, que convierten en ternura sus acciones para evitar que una familia tan unida se vea separada. Vaya para ellas todo mi apoyo solidario, mi satisfacción por saber que otras personas igual de humildes de este barrio grancanario, se están acercando por su nuevo hogar para llevarles comida y juguetes para l@s chiquill@s.
La unión hace la fuerza frente a tanto despropósito.
Un abrazo fraterno de alguien que no ha perdido la capacidad de emocionarse ante los gestos nobles.
Estos sinvergüenzas desahuciaron de sus hogares solo en el estado español en 2011 a 58.241 familias, la cifra más alta de la historia. Personas humildes que están siendo desalojadas por policías y jueces, simplemente por haberse quedado en paro y no poder pagar sus hipotecas o el alquiler de sus casas. Un drama social que contrasta con las cientos de miles de viviendas desocupadas que los gobernantes evitan investigar, prefiriendo aplastar con el peso de la absurda “justicia” a las personas más desfavorecidas de la sociedad.
Según datos de un informe de la Defensora del Pueblo del año 2011 en la España de las maravillas para unos pocos, hay actualmente más de 50.000 personas sin techo y cientos de miles que habitan en infraviviendas o en casas en condiciones muy deficientes, sin contar a las miles de familias que se enfrentan a un inminente desahucio. Estos datos contrastan con el 1,3 millones de viviendas vacías, 600.000 terminadas y no vendidas, 30.000 en construcción y casi 400.000 paradas, mientras los hogares tienen que destinar el 30% de su presupuesto a la vivienda.
Dicho informe afirma de forma demoledora que “no es admisible que se tenga que dedicar a la vivienda un monto tan elevado de ingresos en detrimento de los que se podría destinar a la educación de los hijos, a la protección de la salud o al desarrollo personal y familiar...”.
Es inmoral que haya bancos que no acepten la dación en pago, que un gobierno supuestamente democrático no tome medidas urgentes para evitar que tantas familias se queden tiradas en la calle. Que personas como Jennifer en Tenoya se vean desprotegidas y en manos de oscuros tecnócratas, cuya única alternativa ante esta injusticia era desmembrar una familia y dejarla sin hogar.
Afortunadamente entre tanta basura existen seres con un concepto revolucionario de la solidaridad, que convierten en ternura sus acciones para evitar que una familia tan unida se vea separada. Vaya para ellas todo mi apoyo solidario, mi satisfacción por saber que otras personas igual de humildes de este barrio grancanario, se están acercando por su nuevo hogar para llevarles comida y juguetes para l@s chiquill@s.
La unión hace la fuerza frente a tanto despropósito.
Un abrazo fraterno de alguien que no ha perdido la capacidad de emocionarse ante los gestos nobles.
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