El gobierno de Mariano Rajoy no va a acabar la legislatura. La victoria del PP en las generales está construida sobre la mentira y la ocultación de sus verdaderas intenciones. Semana tras semana ese "castillo de naipes" se ido desmoronando dejando en evidencia no sólo sus falacias sino la escasa talla política de Rajoy. Es un registrador de la propiedad que está ejerciendo como embajador de los "mercados" en España. No comparecer ante los medios a dar explicaciones el día que han tenido que pedir un recate demuestra su irresponsabilidad, su falta de coraje político, y un desprecio por los ciudadanos a los que está esquilmando que le van a pasar factura. Ha comparecido hoy, tarde y mal, después de un aluvión de críticas llegadas sobre todo desde los medios extranjeros. Y encima no ha dicho nada.
Su pésima gestión sobre Bankia aceleró un rescate exterior de nuestro sistema financiero que todos - salvo el gobierno y sus vasallos - dábamos por hecho hace semanas. Este recate, por más que insistan en negarlo y nos lo vendan como una maravillosa noticia para todos, supone la puntilla para el pusilánime presidente Rajoy. Este rescate supone la escenificación del fracaso más rápido de un gobierno en toda la democracia. El rescate era la línea roja que Mariano se propuso no rebasar nunca, y ha fracasado rotundamente. Ni siquiera el desahuciado Zapatero tuvo ese honor.
Mariano Rajoy y su gobierno no tienen ya ninguna credibilidad, su palabra no vale nada. Ya lo habían demostrado anteriormente con los recortes, pero ayer quedó fulminada definitivamente cuando apenas unas horas antes de la reunión en la que el gobierno iba a pedir el rescate de los Bancos, y cuando la noticia corría como la pólvora por todos los medios nacionales e internacionales, la vicepresidenta y el ministro de economía negaban de forma solemne que fueran a hacerlo. No tuvieron la honradez de decirle la verdad a los ciudadanos ni siquiera unos minutos antes de que todos conociéramos esa verdad. ¿Cómo podemos confiar en un gobierno que nos miente y que tiene una visión tan cortoplacista de las cosas?.
El presidente Mariano Rajoy, o lo que queda de él, tiene la obligación de explicar de forma inmediata cuáles serán los recortes - porque habrá recortes - que el FMI y la UE le han exijido por este rescate. Pensiones, prestación por desempleo, funcionarios, IVA, ...¿cuál es el sacrificio social que le vamos a ofrecer a los Dioses mercados?, ¿cuántos intereses vamos a tener que pagar?, ¿en cuánto va a aumentar nuestra deuda y nuestro déficit y cómo vamos a pagarla?. Preguntas fundamentales para el país que Rajoy no ha respondido. Esta mañana, ante el aluvión de críticas recibidas, ha improvisado una rueda de prensa para justificar su presencia en un partido de fúlbol, no para decirle la verdad a los ciudadanos.
Si viviéramos en una democracia real el presidente del gobierno estaría obligado a explicarnos cuáles serán esos sacrificios, ofrecer toda la información a los ciudadanos, ofrecer las cifras detalladas de los "sacrificios", debatir públicamente sobre los pros y los contras de ese rescate, y a continuación, convocar un referéndum vinculante para que los ciudadanos decidan democráticamente si están dispuestos a inmolarse o no, y a hipotecar el futuro de nuestros hijos y nietos o no. Esto es lo que se hace en una democracia. En este punto es obligado recordar que el gobierno no cuenta con el mandato popular para llevar a cabo las medidas que están imponiendo. No cuentan con ese mandato porque ninguna de esas medidas y recortes estaban incluidos en su programa electoral. Es más, cuando eran preguntados una y otra vez por periodistas y ciudadanos negaban rotundamente que fueran a aplicar las medidas que están imponiendo. No están legitimados para hacerlo, porque la legitimidad no la da el número de votos, la dá el cumplimento de todos los compromisos que ese partido adoptó con los ciudadanos cuando se presentó a las elecciones, y que se plasman en los programas electorales. Y este gobierno está aplicando lo contrario de lo que prometió. A eso se le llama fraude democrático.
Por eso insisto en que debe someterse a referéndum la decisión de si aceptamos o nó las condiciones de este rescate - como ocurrió en Irlanda - y el resto de medidas que están adoptando en contra de la población (el llamado memorando). Hay que hablar sin miedo de negarse a cumplir los recortes impuestos por la Troika. Hay que amenazar a la UE con salirnos del euro, sin miedo, porque en el caso hipotético de que eso ocurriera, serían los Bancos alemanes y franceses y las economías de sus países los que más tendrían que perder. Si pertenecer a la zona euro significa perder la soberanía para aplicar el catecismo neoliberal para enriquecer a la Banca y empobrecer a los ciudadanos hay que pensar en marcharse. No basta con decir que "si nos salimos del euro nos hundimos"; ¿acaso no estamos hundidos?, ¿acaso dentro del euro no estamos hundiendo el presente y el futuro de nuestros hijos?. ¿Por qué no ponemos las cifras encima de la mesa en lugar de amenazar con frases y titulares dogmáticos anunciando el apocalipsis?. ¿Por qué no miramos a Islandia, o a América Latina?. ¿Por qué los ciudadanos no decidimos nuestro futuro?. Pongamos contra las cuerdas a los dirigentes europeos y nó besemos la mano de quienes nos someten. Seamos valientes. Si nó estamos perdidos.
Mientras tanto Rajoy se va al fútbol, encantado, convencido de que el rescate ha sido un éxito. Nerón tocaba la lira mientras Roma ardía. Lo dicho, estamos perdidos.
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