G. K. Chesterton, "Lo que está mal en el mundo".* El príncipe Felipe se confunde y le da la mano a una mujer que pedía limosna

Hay que empezar por algún sitio.

‎"Hay que empezar por algún sitio y yo empiezo por el pelo de una niña. Cualquier otra cosa es mala, pero el orgullo que siente una buena madre por la belleza de su hija es bueno. Es una de esas ternuras que son inexorables y que son la piedra de toque de toda época y raza. Si hay otras cosas en su contra, hay que acabar con esas otras cosas.

Si los terratenientes, las leyes y las ciencias están en su contra, habrá que acabar con los terratenientes, las leyes y las ciencias.

 Con el pelo rojo de una golfilla del arroyo prenderé fuego a toda la civilización moderna. Porque una niña debe tener el pelo largo, debe tener el pelo limpio. Porque debe tener el pelo limpio, no debe tener un hogar sucio; porque no debe tener un hogar sucio, debe tener una madre libre y disponible; porque debe tener una madre libre, no debe tener un terrateniente usurero; porque no debe haber un terrateniente usurero, debe haber una redistribución de la propiedad; porque debe haber una distribución de la propiedad, debe haber una revolución.

La pequeña golfilla del pelo rojo, a la que acabo de ver pasar junto a mi casa, no debe ser afeitada, ni lisiada, ni alterada; su pelo no debe ser cortado como el de un convicto; todos los reinos de la tierra deben ser mutilados y destrozados para servirle a ella. Ella es la imagen humana y sagrada; a su alrededor la trama social debe oscilar, romperse y caer; los pilares de la sociedad vacilarán y los tejados más antiguos caerán, pero no habrá de dañarse un pelo de su cabeza."

G. K. Chesterton, "Lo que está mal en el mundo".

 * El príncipe Felipe se confunde y le da la mano a una mujer que pedía limosna

El heredero de la Corona pensó que la mujer quería saludarla y como tal, le estrechó la mano.

Ser el heredero de la Corona puede traer algunas incómodas situaciones y si no que se lo digan al príncipe Felipe, que se enfrentó a uno de estos embarazosos momentos el pasado martes.
Don Felipe acudió al funeral en memoria de Iñigo de Arteaga que se celebró en la madrileña iglesia de San Francisco de Borja. Cuando el príncipe abandonó el templo por una de las puertas laterales se cruzó con una mujer que pedía limosna y que le tendió la mano para que le diera una moneda.
El heredero más acostumbrado a que la gente le pida saludos y no dinero, no lo dudó un segundo. Alargó su brazo, tendió su mano y le dio un fuerte apretón.

La mujer de origen rumano no daba crédito a la reacción real aunque correspondió al saludo de Don Felipe que muy satisfecho continuó su camino ajeno a la petición.


Está claro que el Príncipe de Asturias dió un nuevo siginifcado al concepto de 'limosna'. Lo que no sabemos es si la otra protagonista de la anécdota estará conforme con el cambio y a pesar de la crisis pensara que en lugar de unas monedas mejor un saludo real.

Funeral por Íñigo Arteaga

Al funeral en memoria del joven Íñigo de Arteaga (uno de los fallecidos en el accidente de avioneta ocurrido recientemente en la localidad toledana de San Pablo de Montes, marqués de Távara, hijo del duque del Infantado y hermano de la escritora Almudena Arteaga) acudieron familiares y amigos para rendir homenaje al fallecido. Entre ellos, el mencionado príncipe Felipe, que llevaba corbata negra en señal de luto y quiso acompañar a la familia en este día tan difícil.

Al Rey le "quita el sueño" el paro juvenil

.

Publicado el 14/03/2012 por libertaddigitaltv

Más información en http://www.libertaddigital.com/, http://www.libertaddigital.tv/ y http://www.esradio.fm/ En un acto de La Caixa, ha expresado su preocupación por el desempleo entre los jóvenes. Antes, se ha quejado de que la Reina le pidiera brevedad.

El rey Juan Carlos se duerme y juega con la cámara que le ha pillado - 14/3/2012

Publicado el 15/03/2012 por SirPetterLily

La dejadez y desidia del funcionario royal franquista es cada día más evidente, una decrepitud acompasada con el declive de la monarquía de Franco, envuelta en un régimen político plagado de corrupción y robo generalizado por parte de una casta política mediocre, mentirosa y ladrona.

 El funcionario royal duerme plácido, ausente de los problemas del país, demostrando el espíritu de vagancia y buen vivir típicos de estos personajes de opereta. Aunque la escena morfínica del royal no es una novedad, porque acostumbra a hacer lo mismo en todos los actos oficiales donde debe escuchar las intervenciones de otros, en este caso es doblemente grave pues, unos minutos antes de dormirse, proclamó que el desempleo de los jóvenes le quita el sueño (algo que no se lo cree ni él, obviamente).