Niña siniestra vuelve loco a hombre normal
Comparto cuatro relatos del crimen de El Salobral vistos en cuatro medios diferentes con un denominador común: ninguno de ellos identifica que están ante un caso de violencia de género.
Y como no es violencia de género, nos encontramos una trágica historia de “amor”, en la que un hombre “normal” mata a una niña de 13 años con un perfil de Facebook “siniestro” y a otra persona que pilló por el camino.
Denuncias previas, una menor de edad, un autorretrato de intenciones de posesión (“voy a quedarme con ella”)… Todo eso es secundario en estos textos de La Razón, El Mundo, Público y ABC.
Empiezo por La Razón y su Amor fatal con 26 años de diferencia. Para este diario, el crimen de El Salobral responde a un “amor pasional”. No solo eso, sino que habla de un “móvil pasional”. En el segundo párrafo se dedica a explicar ampliamente que la relación era consentida, puesto que se les veía juntos de la mano. Para finalizar, nos explica que la víctima tenía un “siniestro perfil en Facebook” (ella no era normal, parece decir). Por supuesto, este artículo está en la sección de sucesos. Se ofrece nombre y apellidos de la víctima.
Desde la cuenta de Twitter de La Razón se mostraban sorprendidos ante las críticas de@feminicidio, que ha puesto en marcha el hashtag #periodismomachista. Simplemente, es un suceso. Simplemente, no ven violencia de género por ningún sitio.
En Público no se libran.
En la pieza Miedo en El Salobral por el asesino armado que ha matado a una niña y a un hombre aparecen comentarios de vecinos que dicen del asesino que era una persona “normal” (recordemos que ella no es normal, según los relatos periodísticos que hemos visto).
También ABC retrata a una persona cuya familia era “buena gente” y que sufrió una “enajenación” en este texto: Mata a una niña de 13 años y a un vecino en Albacete.
El relato está tan bien armado que algún lector cae en la trampa y concluye: “Es una historia deamor y locura con el peor de los finales”.
http://desbordamientos.wordpress.com/2012/10/22/nina-siniestra-vuelve-loco-a-hombre-normal-el-salobral-crime/
Denuncias previas, una menor de edad, un autorretrato de intenciones de posesión (“voy a quedarme con ella”)… Todo eso es secundario en estos textos de La Razón, El Mundo, Público y ABC.
Empiezo por La Razón y su Amor fatal con 26 años de diferencia. Para este diario, el crimen de El Salobral responde a un “amor pasional”. No solo eso, sino que habla de un “móvil pasional”. En el segundo párrafo se dedica a explicar ampliamente que la relación era consentida, puesto que se les veía juntos de la mano. Para finalizar, nos explica que la víctima tenía un “siniestro perfil en Facebook” (ella no era normal, parece decir). Por supuesto, este artículo está en la sección de sucesos. Se ofrece nombre y apellidos de la víctima.
Desde la cuenta de Twitter de La Razón se mostraban sorprendidos ante las críticas de@feminicidio, que ha puesto en marcha el hashtag #periodismomachista. Simplemente, es un suceso. Simplemente, no ven violencia de género por ningún sitio.
La violencia de género no es un suceso, sino un problema social. Por ello, no le daremos este tratamiento. No publicaremos fotos ni detalles morbosos.Vayamos a El Mundo y su tierno retrato de un asesino: La madre del fugitivo: “Estaba deprimido porque no le dejaban ver a la niña”. Gracias a este artículo sabemos que “la cría” consentía la relación con su asesino, y que éste era tan majo que estudiaba inglés para buscar trabajo. En los dos últimos párrafos aparece la palabra amor tres veces y, de paso, nos cuenta que la niña (“la cría”) pertenecía a una familia desestructurada (de nuevo, ella no era normal).
Nunca identificaremos a las víctimas ni incluiremos información que pueda perjudicarlas a ellas o a su entorno.
Nunca buscaremos justificaciones o “motivos” (alcohol, drogas, discusiones…). La causa de la violencia de género es el control y el dominio que determinados hombres ejercen contra sus compañeras.
En Público no se libran.
En la pieza Miedo en El Salobral por el asesino armado que ha matado a una niña y a un hombre aparecen comentarios de vecinos que dicen del asesino que era una persona “normal” (recordemos que ella no es normal, según los relatos periodísticos que hemos visto).
También ABC retrata a una persona cuya familia era “buena gente” y que sufrió una “enajenación” en este texto: Mata a una niña de 13 años y a un vecino en Albacete.
El relato está tan bien armado que algún lector cae en la trampa y concluye: “Es una historia deamor y locura con el peor de los finales”.
Evitaremos las opiniones de vecinos o familiares que no hayan sido testigos directos de los hechos. En cualquier caso, nunca recogeremos opiniones positivas sobre el agresor o la pareja.Los consejos para informar sobre violencia de género que he ido intercalando pertenecen aldecálogo de la redacción de Público.
Intentaremos ofrecer opiniones de personas expertas en la materia. Priorizaremos las fuentes policiales y de la investigación. No se informará con precipitación.
http://desbordamientos.wordpress.com/2012/10/22/nina-siniestra-vuelve-loco-a-hombre-normal-el-salobral-crime/
Amor fatal. Móvil pasional. Estaba loco. O era un chico normal y trabajador.
El lenguaje usado por muchos medios de comunicación para describir el asesinato por violencia machista perpetrado por un hombre de 39 años contra una niña de 13 en El Salobral (Albacete) recuerda a tiempos pasados, cuando a la violencia de género se le llamaba crímen pasional y el asesino era un pobre hombre que había perdido la cabeza por celos o por alguna disputa familiar. Y eso cuando la violencia contra las mujeres conseguía trascender las cuatro paredes de las casas.
El caso de El Salobral parece claro: obsesión, acoso, insultos hacia la niña, e incluso varias denuncias de la familia contra el agresor. Sin embargo, la definición de violencia de género o de violencia machista brilla por su ausencia. "Se está volviendo a privatizar el problema. A medida que se dan más detalles de la pareja, más se privatiza el asunto. Hay que investigar y tratar un delito, no la vida privada de nadie", explica Soledad Murillo, que fue secretaria general de Políticas de Igualdad entre 2004 y 2008 y es profesora de Sociología en la Universidad de Salamanca y miembro del Comité de la CEDAW.
Además, la familia del asesino ha encontrado un altavoz en los medios. A través de ellos han podido acusar a la niña y a su familia de presionar a Juan Carlos Alfaro, el asesino, del que llegan a decir que no hubiera cometido el crimen de no haber sido por esa presión: "Estaba deprimido por lo de la cría, porque no le dejaban estar con ella" o "La historia de este extraño amor habla de una niña "muy desarrollada".
Insisten también en que se trataba de una relación consentida, y tratan de normalizar el vínculo sentimental entre una menor y adulto: "Almudena, de 13 años, confesó en las redes sociales que seguía amando a su asesino". Pero, ¿hasta qué punto puede ser consentida una relación entre una niña de 13 años y un hombre de casi 40? Y, en cualquier caso, ¿qué importa eso a la hora de calificar un asesinato?
"Es violencia de género en toda su intensidad, e incluso más allá, puesto que se trata de una niña de 13 años, cuyo consentimiento para tener una relación, en el que caso de que la hubiera, estaría viciado. Está fuera de lugar hablar de si la niña consentía o no. Él es un asesino, punto y final, da igual lo que hubiera entre ellos", dice la vicepresidenta de la Coordinadora de Organizaciones de Mujeres para la Participación y la Igualdad (COMPI), Consuelo Abril, que critica con dureza que esté mostrándose como "noticia sensacionalista, sin atender al problema real que hay detrás". Abril se refiere al aumento de los casos de violencia de género entre las personas jóvenes.
Mónica Di Nuba, miembro de la Coordinadora de las Asociación de Mujeres Abogadas, señala que el asesinato "se ha disfrazado": "Se está recalcando la edad y que la relación era consentida. No he escuchado a nadie hablar de una relación desigual, como no puede ser de otra manera entre una niña de 13 y un hombre de 39, en la que estaban presentes todos los componentes de dominio. El respeto a la niña no aparece por ningún lado, parece un objeto en el que se ha perpetrado un asesinato".
Para Murillo, es intolerable que algunos familiares de la víctima aparezcan en los medios justificando el comportamiento del asesino: "La madre está en su papel de madre, pero por qué no se le pregunta si está justificando esa violencia. La falta de preguntas profesionales a estas personas legitima su discurso". Las expertas ven un retroceso en la forma en que se analizan los crímenes machistas. "Antes era más exahustivo, en este momento parece que es una noticia casi aséptica, con dramatismo, pero sin profundizar en lo importante", considera Abril. Las denuncias que interpuso la familia de la menor, por ejemplo, apenas han cobrado protagonismo.
Las asociaciones feministas se preguntan por qué en los casos de violencia machista siempre se ofrecen explicaciones para justificar de alguna manera el comportamiento del agresor -estaba loco, presionado, deprimido, loco de celos, no le dejaban acercarse a ella-, mientras que en otros tipos de violencia jamás se incluye expresión alguna que sirva para legitimar la agresión.
"Al que ha sido asesinado por una banda terrorista se le considera inmediatamente una víctima intocable, sin embargo, aquí se cuestiona el comportamiento de una niña de 13 años y de su familia. El tratamiento de esta violencia debería de ser el mismo que el del terrorismo de ETA", zanja Consuelo Abril.
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