En primer lugar, queremos destacar la urgencia con la que el Gobierno de Mariano Rajoy ha aprobado este decreto. De prisa y mal. Nos encontramos ante un mero parche de carácter coyuntural que no da solución a un problema estructural. No toca la ley hipotecaria, no es retroactiva, y sigue sin garantizarse el derecho a la vivienda.
En segundo lugar, es la Banca quien dicta las reglas de juego y, por lo tanto, la que impone las condiciones y los límites de dicho decreto. Es decir, estamos ante una ley que conviene a los bancos. Los mismos que, hasta el momento, han realizado más de 400.000 ejecuciones hipotecarias y de 185.000 desahucios en todo el Estado español.
Es el verdugo quien dicta las normas, mientras que las víctimas, es decir, los y las ciudadanas, tienen que acatar la imposición de las entidades financieras. Mediante este decreto, el Gobierno del PP confirma una vez más, su apuesta decidida en defensa de los intereses del poder financiero, dejando a un lado a la ciudadanía. Las personas potencialmente candidatas a sufrir los desahucios y los desmanes de la banca, es decir, la inmensa mayoría de la población, sigue estando desprotegida.
Y sin embargo, aun con estos antecedentes, el Partido Popular no tiene reparo en decir que está dispuesto a estudiar otras propuestas pero... sin demagogia. Aquí el único que hace demagogia es el Gobierno español. Es más, su cinismo no tiene límites.
Con las leyes del PP, los empresarios que ven bajar sus beneficios, o simplemente, que sospechen puedan tener pérdidas en un futuro, están autorizados a reducir los sueldos de sus empleados, suspender sus contratos o, incluso, despedirlos. Sin embargo, las familias que ven disminuir sus ingresos no pueden reducir o suspender sus pagos o despedir a sus Bancos. Es la justicia del PP. Guante de seda para el banquero y patadón y desahucio para la gente de a pie.
Decíamos también que dicho decreto no pretende dar solución a un problema estructural, como es el de la vivienda, sino que viene a ser una medida de urgencia, para salir del paso. Es decir, el PP no cuestiona ni lo más mínimo el actual modelo del pelotazo y de la especulación. No toca ni la ley del duelo, ni la de arrendamiento, ni la hipotecaria. Una ley, esta última, recordemos, que data de hace ya un siglo.
El PP pretende reírse de la ciudadanía. Nos quiere hacer creer que estamos ante un problema técnico que requiere de una solución temporal. No. El problema no es técnico, sino político y social.
Ya lo hemos dicho en más de una ocasión, y no nos cansamos de repetirlo una y otra vez. El modelo económico que desde los sucesivos Gobiernos españoles (tanto el PSOE como el PP) se ha impulsado durante los últimos años, se ha basado en la especulación y en el ladrillo. Un modelo que no ha hecho más que agravar la situación de la vivienda. No tenemos duda de que esa política ha empujado a que miles de personas hayan sido desalojadas de sus viviendas, o estén ahora, en peligro de ser desahuciadas. Esas políticas han agravado el problema. Por lo tanto, la solución pasa por un modelo alternativo en el que se prime a los ciudadanos por encima de los bancos.
Los Presupuestos Generales del Estado son un claro ejemplo de todo lo que estamos comentando. Si realmente quería el PP darle una solución al problema de los desahucios, no tenía más que diseñar otro tipo de presupuestos. Más sociales, por supuesto. O simplemente, cambiar de arriba a abajo, de forma radical, la ley hipotecaria. Una ley, recordemos, tremendamente abusiva e injusta y que además, choca con las directrices europeas.
Nosotros, en Euskal Herria, ya hemos planteado la necesidad de un cambio de modelo socioeconómico. Y en ese camino, día a día, vamos elaborando ideas que adoptan formas de propuesta. Precisamente, abogamos por un cambio radical en la política de vivienda, apostando por el impulso del alquiler social. La creación de un "Instituto Público de la Vivienda" sería una buena fórmula para dar salida a los inmuebles desalojados y, por lo tanto, intentar dar solución al grave problema de la vivienda. Nosotros, apostamos por ello como lo hacemos por impulsar un debate a fondo entre los diferentes agentes sociales, sindicales y políticos.
Como decimos, se trata de una propuesta hecha en Euskal Herria y para Euskal Herria. Por supuesto, lo que no queremos para nuestro país, tampoco lo queremos para el resto.
Por ello, Amaiur apoyará cualquier propuesta seria, realista y honesta que pretenda darle un giro radical al actual modelo socioeconómico en general, y al financiero en particular ya que, el problema de la vivienda está estrechamente unido al mismo.

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