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jueves, 10 de enero de 2013

Los recortes dejan a los discapacitados en situación de emergencia.

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¿A qué tiempos nos quieren hacer regresar?


Los recortes dejan a los discapacitados en situación de emergencia.

La drástica reducción de ayudas amenaza con echar por tierra los logros conquistados durante 30 años en términos de derechos, inclusión y bienestar.

El colectivo de los discapacitados se halla en una auténtica situación de emergencia. Al día a día lleno de obstáculos y dificultades que les impone la sociedad, se suma ahora la crisis económica y unos recortes del Gobierno que amenazan con echar por tierra los logros conquistados durante los últimos 30 años en términos de derechos, inclusión y bienestar. La drástica reducción de las ayudas, el cierre de centros o la ausencia de políticas activas de inclusión laboral conducen a este colectivo -casi cuatro millones de personas en España- a la exclusión, dejando a la familia como su único apoyo, pese a que cada vez éste es más frágil por el elevado nivel de desempleo y la falta de protección social por parte del Estado.

Futuro incierto
Con sólo 37 años, Miguel Ángel Cimarra es uno de los cientos de miles de discapacitados que ve con preocupación su futuro debido a la draconiana reducción de las ayudas que reciben. Desde 2005 está postrado en una silla de ruedas debido a una paraparesia espástica, enfermedad degenerativa que padece desde que nació. "Yo de pequeño andaba bien y corría como el resto de los niños; sin embargo, hace años comenzó a manifestarse esta enfermedad. Trabajaba como operador telefónico hasta que me concedieron la jubilación por incapacidad permanente por el que cobro una pensión", cuenta este joven madrileño.

Miguel Ángel recibe una prestación económica, uno de los beneficios de la Ley de Dependencia destinado a cuidados en el entorno familiar y de apoyo a cuidadores no profesionales. El cuidador de Miguel Ángel es su pareja, quien le puede cuidar y asistir a tiempo completo al hallarse en situación de desempleo. Sin embargo, muchos discapacitados no pueden contar con el apoyo de un cuidador familiar a tiempo completo. Algunos familiares tienen que pedir una reducción de la jornada laboral, y, por tanto, renunciar a una parte de su sueldo, para poder atender a sus necesidades.

La ayuda de 300 euros que viene recibiendo desde hace dos años se ha reducido en más de un 10% desde septiembre. Pero lo peor para Miguel Ángel llegó a partir del pasado 1 de enero cuando comenzó a cobrar apenas 100 euros por la rebaja en un 15% de la ayuda económica que se otorga a los cuidadores no profesionales (rebaja contemplada en la nueva Ley de Dependencia), así como el pago íntegro de las cuotas a la seguridad social que hasta este año pagaba el Gobierno.

Recortes y deudas

Olvidados por el Estado, las familias y las asociaciones quedan como sus únicas redes de apoyo
Los Presupuestos Generales del Estado para el año que viene confirman un recorte de 200 millones de euros en las transferencias a las Comunidades Autónomas, pasando de 1.028 millones en 2012 a 1.028 en 2013. A esta cifra hay que sumarle además la deuda contraída por Sanidad con la Seguridad Social por no haber abonado las cotizaciones de los cuidadores familiares durante todos estos años, en total 1.034 millones. Ante este impago, la única solución que dio el Ministerio fue anunciar que el Estado dejaría de hacerse cargo de esas cuotas y serían los propios cuidadores no profesionales los que voluntariamente tendrían que hacer frente al 100% de las cotizaciones a partir de enero de 2013.

Abandonados y olvidados por el Estado, las familias y las asociaciones quedan como únicas redes de apoyo a este colectivo. En el caso de Miguel Ángel, la Federación de Asociaciones de Personas con Discapacidad Física y Orgánica de la Comunidad de Madrid (FAMMA-Cocemfe Madrid) le facilita la asistencia a domicilio de una limpiadora que le ayuda con las tareas domésticas un día a la semana.

"Siempre recortan a los mismos, a los más vulnerables; antes éramos apestados pero ahora somos apestados y recortados", denuncia Miguel Ángel. Considera que los gobiernos de este país "siempre se han preocupado muy poco" de este colectivo, por lo que ahora los pocos avances conseguidos comienzan a tambalearse ante tanto recorte y falta de sensibilidad. "Yo pondría a todos los políticos en una silla de ruedas para que entendieran como es nuestro día a día y las dificultades y barreras con las que nos encontramos", subraya. Él como muchos ve su futuro muy negro y da las gracias por poder contar con su familia, una suerte de la que no gozan todos los discapacitados.




 La drástica reducción de ayudas amenaza con echar por tierra los logros conquistados durante 30 años en términos de derechos, inclusión y bienestar.
El colectivo de los discapacitados se halla en una auténtica situación de emergencia. Al día a día lleno de obstáculos y dificultades que les impone la sociedad, se suma ahora la crisis económica y unos recortes del Gobierno que amenazan con echar por tierra los logros conquistados durante los últimos 30 años en términos de derechos, inclusión y bienestar. La drástica reducción de las ayudas, el cierre de centros o la ausencia de políticas activas de inclusión laboral conducen a este colectivo -casi cuatro millones de personas en España- a la exclusión, dejando a la familia como su único apoyo, pese a que cada vez éste es más frágil por el elevado nivel de desempleo y la falta de protección social por parte del Estado.

Futuro incierto
Con sólo 37 años, Miguel Ángel Cimarra es uno de los cientos de miles de discapacitados que ve con preocupación su futuro debido a la draconiana reducción de las ayudas que reciben. Desde 2005 está postrado en una silla de ruedas debido a una paraparesia espástica, enfermedad degenerativa que padece desde que nació. "Yo de pequeño andaba bien y corría como el resto de los niños; sin embargo, hace años comenzó a manifestarse esta enfermedad. Trabajaba como operador telefónico hasta que me concedieron la jubilación por incapacidad permanente por el que cobro una pensión", cuenta este joven madrileño.

Miguel Ángel recibe una prestación económica, uno de los beneficios de la Ley de Dependencia destinado a cuidados en el entorno familiar y de apoyo a cuidadores no profesionales. El cuidador de Miguel Ángel es su pareja, quien le puede cuidar y asistir a tiempo completo al hallarse en situación de desempleo. Sin embargo, muchos discapacitados no pueden contar con el apoyo de un cuidador familiar a tiempo completo. Algunos familiares tienen que pedir una reducción de la jornada laboral, y, por tanto, renunciar a una parte de su sueldo, para poder atender a sus necesidades.

La ayuda de 300 euros que viene recibiendo desde hace dos años se ha reducido en más de un 10% desde septiembre. Pero lo peor para Miguel Ángel llegó a partir del pasado 1 de enero cuando comenzó a cobrar apenas 100 euros por la rebaja en un 15% de la ayuda económica que se otorga a los cuidadores no profesionales (rebaja contemplada en la nueva Ley de Dependencia), así como el pago íntegro de las cuotas a la seguridad social que hasta este año pagaba el Gobierno.

Recortes y deudas

Olvidados por el Estado, las familias y las asociaciones quedan como sus únicas redes de apoyo
Los Presupuestos Generales del Estado para el año que viene confirman un recorte de 200 millones de euros en las transferencias a las Comunidades Autónomas, pasando de 1.028 millones en 2012 a 1.028 en 2013. A esta cifra hay que sumarle además la deuda contraída por Sanidad con la Seguridad Social por no haber abonado las cotizaciones de los cuidadores familiares durante todos estos años, en total 1.034 millones. Ante este impago, la única solución que dio el Ministerio fue anunciar que el Estado dejaría de hacerse cargo de esas cuotas y serían los propios cuidadores no profesionales los que voluntariamente tendrían que hacer frente al 100% de las cotizaciones a partir de enero de 2013.

Abandonados y olvidados por el Estado, las familias y las asociaciones quedan como únicas redes de apoyo a este colectivo. En el caso de Miguel Ángel, la Federación de Asociaciones de Personas con Discapacidad Física y Orgánica de la Comunidad de Madrid (FAMMA-Cocemfe Madrid) le facilita la asistencia a domicilio de una limpiadora que le ayuda con las tareas domésticas un día a la semana.

"Siempre recortan a los mismos, a los más vulnerables; antes éramos apestados pero ahora somos apestados y recortados", denuncia Miguel Ángel. Considera que los gobiernos de este país "siempre se han preocupado muy poco" de este colectivo, por lo que ahora los pocos avances conseguidos comienzan a tambalearse ante tanto recorte y falta de sensibilidad. "Yo pondría a todos los políticos en una silla de ruedas para que entendieran como es nuestro día a día y las dificultades y barreras con las que nos encontramos", subraya. Él como muchos ve su futuro muy negro y da las gracias por poder contar con su familia, una suerte de la que no gozan todos los discapacitados.


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