Conflictos mundiales * Blog La cordura emprende la batalla


viernes, 8 de febrero de 2013

BARCENAS Y EL ESTRAPERLO * Salvando las enormes distancias, podemos encontrar alguna similitud entre aquellos acontecimientos y la actualidad política presente, sobre todo teniendo en cuenta que en ambos nos encontramos con una tremenda crisis económica y con un brutal número de parados, que conllevan una gran tensión social, similitudes que de alguna forma dan la razón a aquellos que sostienen que la Historia muchas veces se repite.

El “Caso Bárcenas” ha colocado contra las cuerdas al gobierno del PP. Hace casi 80 años otro escándalo en el que también se manejaron pagos a políticos acabaría con el periodo de gobiernos de derechas conocido como el “Bienio Negro”, sería conocido como el “Caso del Estraperlo”. (Haga clic sobre la imagen para verla ampliada).
BÁRCENAS Y EL ESTRAPERLO
El otro caso de los sobres en la II República.

El denominado Caso Barcenas no es el primero ni será el último de los escándalos relacionados con la clase política española. Entre este caso y otro que tuvo lugar en 1935, hace ahora casi 80 años, podemos encontrar algunas curiosas, y tal vez inquietantes, similitudes. En aquel año España estaba dirigida por un gobierno de derechas presidido por Alejandro Lerroux, líder del Partido Republicano Radical, que tenía como principal apoyo a la CEDA (Confederación Española de Derechas Autónomas) de Gil Robles.
 Este gobierno, cogido casi con alfileres, tendría que abordar un buen número de problemas durante su mandato. A finales de 1935 se haría público un caso de corrupción que afectaba a varios políticos y que haría tambalearse al gabinete. A consecuencia del escándalo, Lerroux se vería obligado a abandonar el cargo y la coalición en la que se asentaba el gobierno comenzó a hacer aguas. Ante este panorama el Presidente de la República, Niceto Alcalá Zamora, optaría por disolver las Cortes y convocar nuevas elecciones que se celebrarían en febrero de 1936. Aquel escándalo político sería conocido como el Caso del Estraperlo.


En los primeros años 30 la situación económica y social de España presentaba ciertas similitudes con la situación actual. La crisis de 1929 había golpeado a las economías de los países de medio mundo, entre ellos España. A esta crisis global había que sumar el secular atraso del país, con una economía basada principalmente en una agricultura escasamente productiva, lo que hacía mucho más crítica la situación. El panorama no era mucho mejor en lo social, la pobreza castigaba a muchas familias, principalmente en el medio rural y en los barrios de las periferias de las grandes ciudades. La llegada de la República en 1931 había despertado grandes expectativas en amplias capas de la sociedad. Las anunciadas reformas y mejoras no acababan de llegar, o si lo hacían no acababan de colmar las aspiraciones de todos.
 La llegada al poder de una coalición de centro-derecha en diciembre de 1933, supondría un duro revés para las expectativas de muchos colectivos, como por ejemplo los campesinos, que veían como la Reforma Agraria aprobada en 1932, era reemplazada por otra norma que desandaba gran parte del camino recorrido. En otros ámbitos el descontento no era menor, y las huelgas y manifestaciones se sucedían de manera continua. Para amplios sectores, encabezados por los sindicatos, partidos obreros, republicanos de izquierda y nacionalistas, el gobierno de Lerroux apoyado por la CEDA, representaba un serio revés a sus aspiraciones e incluso una amenaza a la propia existencia de la República.
 En 1935 Joaquín Chapaprieta ocupaba la cartera de Hacienda, el equivalente a los actuales Montoro y de Guindos, un tecnócrata que centra sus prioridades en la contención del gasto para reducir el déficit y en la contención de la inflación, así como en aplicar otras medidas como la reducción de ministerios, la bajada de las pensiones y reducir el número de funcionarios, medidas que seguramente les suenen, sin embargo todas estas medidas no conseguirían resolver uno de los mayores problemas para gran parte de la población: el elevado paro. Este descontento acabaría culminando con los acontecimientos de octubre de 1934.
Tropas africanas desfilan por Gijón tras ser sofocada la revuelta de Asturias de octubre de 1934. (Haga clic sobre la imagen para verla ampliada).

Pero centrémonos en el escándalo que acabaría dando la puntilla al gobierno de Lerroux. La historia comienza en Holanda en los primeros años treinta donde un nuevo tipo de ruleta causa furor en diversos casinos. Sus promotores son Daniel Strauss y su socio apellidado Perlowitz (según otras fuentes el nombre del socio era Jules Perel). Daniel Strauss es un personaje de biografía confusa, en algunos lugares aparece como un judío alemán que abandonaría Alemania para establecerse en Holanda ante el imparable auge que estaba alcanzando el nazismo.
Otras fuentes afirman que se trataba de un jugador de ventaja de nacionalidad holandesa. También parece confirmado que Strauss pasó una temporada en México, sería allí donde aprendería el castellano antes de tener que abandonar el país al verse involucrado en un turbio asunto relacionado con un robo de joyas.


La nueva ruleta creada por Strauss y sus socios que recibiría el nombre de Straperlo. (Haga clic sobre la imagen para verla ampliada).




Strauss y Perlowitz comercializaban un nuevo tipo de juego de mesa en los casinos. Se trataba de una variación de la tradicional ruleta, que combinaba el azar con distintos cálculos matemáticos, lo que le permitía presentarlo como un juego de diversión donde se utilizaba la destreza mental, lo que permitía bordear la prohibición que sobre los juegos de azar permanecía en vigor desde la dictadura de Primo de Rivera.
 Para que se hagan una idea de su funcionamiento, rescatamos parte de una noticia de la época: “Figúrense una ruleta con el disco fijo. En torno al plato, un canal metálico, por donde sale disparada la bola desde un pequeño cañón, con muelle, disparado eléctricamente. El canal imprime a la bola un movimiento de rotación; esta pasa al plato y sigue su carrera. Cuatro puentes interceptan su paso y detienen paulatinamente su impulso. Según el número de puentes salvados antes de caer la bola en el punto, hay que hacer el cálculo de la jugada siguiente”.
 La ruleta recibiría el nombre de Straperlo, un nombre que nace mezclar los apellidos de los dos socios, Strauss y Perlovitz, aunque otras fuentes incluyen el apellido de la esposa de Strauss, Frieda Lowmann.
El hotel Terramar de Sitges se convertiría en el centro neurálgico de las actividades de Strauss en Cataluña. (Haga clic sobre la imagen para verla ampliada).

El primer lugar en el que se empezó a jugar al Straperlo fue el Hotel Quellenhof de Aachen el Alemania con buenos resultados, sin embargo el auge del nazismo impulsó a Strauss, que era judío, a trasladarse a la vecina Holanda en 1933. Allí comenzaría a funcionar en tres casinos (Scheveningen, Zandvoort y Noordwijk) con un notable éxito que lo convirtió en el juego de moda en aquel país. Sin embargo el éxito les duró escasamente seis meses, y la presión de las autoridades locales daría al traste con la aventura holandesa. Sin embargo este revés no desanimaría a los socios que intentarían continuar con su negocio en España. Daniel Strauss había vivido varios años en México y hablaba español, lo que sin duda influyó en la decisión. Su primer objetivo fue Cataluña donde trataría de convencer a las autoridades de la Generalitat presidida por Lluis Companys, para que le permitieran la explotación de su invento.


Para conseguir su objetivo Strauss iniciaría una intensa campaña de promoción, tratando de presentarse como un emprendedor empresario capaz de generar riqueza y de dinamizar la economía y la vida social catalana. Para introducirse en sociedad, Daniel Strauss recurriría a un viejo conocido residente por aquella época en Cataluña. Se trataba de Jack Bilbo, un alemán de familia judía con una apasionante biografía a sus espaldas. Su verdadero nombre era Hugo Cyril Kulp Baruch, nacido en 1907 con solo 16 años emigraría a los Estados Unidos, donde acabaría trabajando de guardaespaldas de Al Capone hasta ser detenido en 1931. Regresaría a Europa, primero a Londres y posteriormente a Berlín, donde colaboraría en la fundación de los Comités de Combate contra el Fascismo, unos grupos formados por comunistas, socialistas y anarquistas, creados para enfrentarse a los nazis al comienzo de la década de los 30.
 La situación política de su país le llevaría hasta Mallorca, donde abriría un bar en Cala Ratjada, el Wikiki Bar, que se convertiría en punto de encuentro de los antifascistas de la isla. Posteriormente se trasladaría a Sitges acompañado de su novia Billi, donde tras estar una temporada alojado en el nuevo hotel Terramar, se construye una casa a la que llama Fort Bill, y en marzo de 1934 inaugura en la localidad un bar llamado SOS. A la inauguración acudirá Daniel Strauss, quien ya conocía a Bilbo con anterioridad. Gracias a su trayectoria en la lucha antifascista, Jack Bilbo tenía algunos buenos contactos entre las fuerzas de izquierda catalanas, principalmente en las filas de Esquerra Republicana, así como entre diferentes personas influyentes en diversos ámbitos.

En la fotografía podemos ver a Daniel Strauss (i), el boxeador Max Schmeling junto a su esposa, la famosa actriz Anny Ondra, y al popular torero Rafael “El Gallo”, en uno de los actos de promoción que se celebraron en el hotel Terramar de Sitges. (Haga clic sobre la imagen para verla ampliada).



Strauss, su esposa y su socio Perlovitz llegan a Barcelona acompañados de su séquito, entre quienes se encontraba la espectacular vedette mejicana Margarita del Castillo, con la que Strauss al parecer tenía algo más que una buena amistad. Como ya hemos dicho, siguiendo los consejos de Bilbo, Daniel Strauss tratará de presentarse a las autoridades locales como un avezado empresario y promotor, dispuesto a trabajar y a realizar inversiones para relanzar el turismo en la región. La puesta en escena que eligen los socios para darse a conocer no podría haber sido más espectacular y con mayor eco mediático: un gran combate de boxeo.


Daniel Strauss llegó a Barcelona acompañado de su socio, su esposa y de una vedette mejicana de nombre Margarita del Castillo, en la imagen, a la que alojaría en una suite de su mismo hotel. (Haga clic sobre la imagen para verla ampliada).
Bilbo pone en contacto a Strauss con el conocido promotor de combates de boxeo Joaquín Gasa. Ambos deciden apostar fuerte y organizar una velada con dos de los púgiles más populares de aquel momento, dos auténticos mitos vivientes en una época en la que el boxeo era un deporte de gran popularidad. Se enfrentarían el español Paulino Uzcudum, campeón de Europa de los pesos pesados en aquel momento y el alemán Max Schmeling, que había sido campeón del mundo al derrotar a en 1930 Jack Sharkey, quien recuperaría el título nuevamente en 1932. Schmeling pasaría posteriormente a la historia con mayúsculas de este deporte al vencer al mítico boxeador negro Joe Louis por KO en 1936.
 En la revancha que se celebró en 1938 y Joe Louis recuperaría el título en un combate que se utilizó políticamente como un enfrentamiento entre Estados Unidos y la Alemania Nazi. La derrota de Schmeling ante un boxeador negro le haría caer en desgracia en Alemania.




El combate organizado por Strauss entre dos de las principales figuras del boxeo del momento, como eran Paulino Uzcudun y Max Schmeling, le serviría para promocionarse e intentar de ese modo conseguir la autorización para instalar sus ruletas en los casinos españoles. (Haga clic sobre la imagen para verla ampliada).



La expectación desatada por el acontecimiento es inmensa. Max Schmeling llega acompañado de su esposa, la popular actriz Anny Ondra, y ambos se alojaran en el Hotel Terramar de Sitges, territorio de Jack Bilbo, quien hará de sparring para el púgil alemán. Acude gente atraída desde los más diversos lugares, entre ellos el famoso actor Douglas Fairbanks y su hijo del mismo nombre, la localidad de Sitges se convierte en un centro de atención internacional. La estrategia de Strauss y Gasa comienza a dar sus frutos.


La campaña de promoción continua, Strauss, Perlowitz y el matrimonio Schmeling son recibidos por el alcalde de Barcelona. Posteriormente se organizará una gran banquete en el Terramar con gran presencia de los medios de comunicación, al que acudirán ambos púgiles y diversas personalidades, así como los Fairbanks o el popular torero Rafael “el Gallo”. El plan continua según lo previsto y llega el momento esperado. Pocos días antes del combate se organiza otro ágape en el mismo hotel, y en esta ocasión entre los invitados se encuentran el Presidente de la Generalitat, Lluis Companys, que acudirá acompañado de varios de sus consejeros así como del Alcalde de Barcelona, Pi y Sunyer.
 En una de las habitaciones del hotel se ha preparado una de las ruletas para realizar una demostración a las autoridades, el círculo se cerraba y el cuidadoso plan organizado estaba a punto de culminar. Sin embargo de manera inesperada y pese a haber confirmado su asistencia, finalmente las autoridades no se presentan. Al parecer alguien les ha advertido sobre las intenciones de Strauss y les ha puesto en antecedentes sobre la figura del promotor y sus andanzas en Méjico y Holanda. El plan, tan meticulosamente elaborado, se viene abajo de golpe.


En la fotografía podemos ver a Daniel Strauss, Joaquin Gasa y Jules Perlowitz en Barcelona.
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El combate se celebra finalmente el 13 de Mayo de 1934 en el estadio de Montjuic, terminando en tablas. Se logra una buena entrada, pero no se recauda lo suficiente para cubrir los gastos, finalmente los socios no consiguen ninguno de sus objetivos en tierras catalanas. Sin embargo no tiran la toalla y deciden continuar con el proyecto. Esta vez apuntarán más alto y su objetivo será el gobierno de la nación, también cambiarán los métodos que ahora serán más directos, menos sutiles, a la hora de tratar con los políticos. Esta vez no se iban a andar con rodeos, había llegado la hora del socorrido “sobre”.




Pese a que la velada celebrada en el nuevo estadio de Montjuic registró una buena entrada, los gastos superaron a los ingresos y los organizadores registraron notables pérdidas. (Haga clic sobre la imagen para verla ampliada).



Por medio de Gasa entran en contacto con Joan Pich i Pon, quien desempeñaba el cargo de subsecretario de Marina y era la cabeza visible en Cataluña del Partido Republicano Radical, el partido de Lerroux. Por medio de Pich i Pon, Strauss conoce en Madrid a Aurelio Lerroux, sobrino de Alejandro Lerroux, aunque en realidad es como un hijo para él, ya que fue adoptado al quedar huérfano con apenas un año. Ambos, atraídos por las supuestas ganancias que podrían obtener, acuerdan con Strauss montar una sociedad para repartirse los beneficios que generen las ruletas, a cambio ellos harán valer sus influencias para conseguir los permisos necesarios para que estas pueden funcionar.
En esta sociedad participarían también Joaquin Gasa y Paulino Uzcudum, que desde el combate de Barcelona ejerce de chofer y hombre de confianza de Staruss, así como Miguel Galante, un militar muy bien relacionado en el Ministerio de la Gobernación que es el ministerio encargado de entregar los permisos, y también participa el periodista Santiago Vinardell que se encargará de dar a conocer el nuevo juego en diferentes círculos. El 50% de los beneficios serán para Strauss y Perlowitz, que deberán entregar un 5% a Gasa y Uzcudum respectivamente. El otro 50% sería para Aurelio Lerroux y Pich i Pon, que entregarían a su vez un 5% a Galante y Vinardell. Por su parte Strauss se comprometía a aportar las cantidades de dinero que posteriormente se entregarían a los políticos y funcionarios que intervinieran en la tramitación de los permisos necesarios, en otras palabras, Strauss sería el encargado de rellenar los sobres.



Joan Pich i Pon era Subsecretario de Marina y hombre fuerte del Partido Republicano Radical, que lideraba Lerroux, en Cataluña. Gracias a su colaboración, Strauss pudo establecer una red de contactos entre políticos y personas influyentes en Madrid. (Haga clic sobre la imagen para verla ampliada).




Las cantidades que se manejan son las siguientes; Pich i Pon se comprometió a dar 100.000 pesetas al ministro de Gobernación, Salazar Alonso. Al subsecretario Eduardo Benzo se le entregarían 50.000. La misma cantidad se reservó para el Director General de Seguridad, José Valdivia. Por su parte, Sigfrido Blaco Ibáñez, hijo del afamado novelista valenciano y líder del Partido de Unión Republicana Autonomista, que formaba parte de la coalición de gobierno, se ofrecía a interceder ante Ricardo Samper, en aquel momento Presidente del Gobierno, a cambio de 400.000 pesetas. Además Alejandro Lerroux y Salazar Alonso fueron obsequiados con un reloj de oro.


Finalmente Strauss y sus socios consiguen un informe favorable de la Subsecretaría de Gobernación para explotar su juego, sin embargo este informe debe de ser ratificado en consejo de ministros. Benzo, convencido de la aprobación del consejo, informa a Strauss, que rápidamente inicia las gestiones para instalar dos ruletas en el Casino de San Sebastián, que vuelve a abrir sus puertas a los jugadores el 12 de septiembre. Cuando Salazar Alonso se entera de ello ordena al Gobernador Civil de Guipúzcoa la clausura inmediata, lo que se produce el mismo día de la inauguración.

Pese al revés, Pich i Pon y Aurelio Lerroux piden a Strauss continuar con el proyecto. Una crisis de gobierno parece inminente y todo apunta a que será Alejandro Lerroux el nuevo presidente, con lo que su influencia sería decisiva para sus planes. El cambio de gobierno se produce finalmente el 4 de octubre de 1934, Salazar Alonso es sustituido en Gobernación por Eloy Vaquero. Los cambios en algunos puestos claves obligan a Strauss a realizar un nuevo reparto de “sobres”.




Alejandro Lerroux sería el principal perjudicado por el “Escándalo del Estraperlo”, la implicación de su hijo adoptivo y la de varios miembros de su partido, así como la gestión que hizo de la crisis, provocaron su abandono de la presidencia del gobierno y su desaparición de la escena política. (Haga clic sobre la imagen para verla ampliada).



Confiados en la nueva situación política que les es favorable, los socios deciden repetir suerte, esta vez en el casino del Hotel Formentor de Pollensa, Mallorca. El 1 de diciembre de 1934 comienzan a funcionar las ruletas, pero diez días más tarde, tras una queja del líder de la CEDA, Gil Robles, las instalaciones son clausuradas. Tras el nuevo fracaso Strauss y sus socios deciden abandonar el proyecto, no sin antes reclamar el holandés parte del dinero invertido a sus socios españoles, que en esta ocasión se hicieron los suecos. Strauss abandonaría España, pero llevando consigo un buen número de documentos comprometedores, algo que se podría considerar el equivalente de la actual “lista de Bárcenas”.


Unos meses después, en la primavera de 1935, cuando todo el asunto de aquellas extrañas ruletas parecía olvidado, Lerroux recibe una carta remitida por Strauss acompañada de un detallado informe con todas las “gestiones” realizadas para conseguir que sus ruletas fueran autorizadas. Strauss solicita una compensación de parte de las pérdidas, Lerroux lo entiende como una extorsión y no contesta. Strauss pone el asunto en manos de un abogado francés, que es a su vez conocido de Alejandro Lerroux, Henri Torres, quien envía a Madrid a un ayudante con diferentes pruebas y documentos que comprometen seriamente a varias personas del entorno de Lerroux. Su misión es clara: tratar de llegar a un acuerdo y evitar que aquello sea conocido y se acabe convirtiendo en un escándalo. Sin embargo Lerroux se mantiene firme y se niega a entrar en el juego.


Henri Torres estaba muy bien relacionado con la izquierda española y pone en contacto a Strauss con Indalecio Prieto (que se encontraba fuera de España desde los sucesos de octubre del 34). Ambos se reúnen en Ostende, y Strauss le hace entrega de copia de todos los documentos. Por otro lado Strauss contacta con Martín Luis Guzmán “el Generalito”, un escritor y periodista mejicano que había luchado junto a Pancho Villa y que en ese momento se encontraba exiliado en España, “El Generalito” es buen amigo de Manuel Azaña. Informado Azaña del asunto, se desplaza a Bruselas con motivo de una exposición internacional y allí se reúne con Strauss, quien le facilita copia de toda la documentación.


Niceto Alcalá Zamora jugaría un importante papel durante toda la crisis. Su decisión de disolver las Cortes, llevaría a las elecciones de febrero de 1936 que serían ganadas por el Frente Popular. (Haga clic sobre la imagen para verla ampliada).



Strauss, posiblemente siguiendo los consejos de Prieto o de Azaña, envía en septiembre de 1935 una carta al Presidente de la República, Niceto Alcalá Zamora, en la que le informa de todo el asunto. El Presidente, aprovecha la dimisión de dos ministros para realizar una remodelación del gobierno y aparta a Lerroux de la presidencia, nombrándole Ministro de Estado, siendo sustituido en la presidencia por Joaquín Chapaprieta, aunque tanto Chapaprieta como Gil Robles, principal socio de la coalición gubernamental, todavía desconocían la carta de Strauss, Alcalá Zamora les informará con posterioridad de todo el asunto y de sus consecuencias.


La sospecha de que todo el asunto era conocido tanto por Prieto como por Azaña, hizo que el Consejo de Ministros pusiera el asunto en manos de la Fiscalia y se presentara una denuncia en el Tribunal Supremo y de esta forma cubrirse de alguna manera las espaldas cuando el “affaire” transcendiera a la opinión pública. Paralelamente, y ante la dimensión que comenzaba a tomar el escándalo, se creó una comisión de investigación para tratar de depurar responsabilidades en sede parlamentaria. Los debates fueron muy duros e intensos, Lerroux aprovechó para presentarse como víctima inocente de un complot orquestado por Azaña y aunque finalmente la comisión no encontró ninguna culpabilidad en su actuación, Alejandro Lerroux saldría maltrecho del trance.
No correría la misma suerte Aurelio Lerroux, Pich i Pon, Santiago Vinardell, Eduardo Benzo, José Valdivia y Sigfrido Blasco Ibáñez que serían apartados de sus cargos públicos. Alejandro Lerroux dimitiría como ministro pocos días después. El gobierno de quedaría muy debilitado tras este escándalo.


Una imagen de los intensos debates que tuvieron lugar en el Congreso de los Diputados a raiz de destaparse el “Escándalo del Estraperlo”. (Haga clic sobre la imagen para verla ampliada).




Por si todo esto no hubiera sido suficiente, pocas semanas después estallaba un nuevo escándalo que volvería a poner contra las cuerdas al malherido gabinete que sería conocido como “el escándalo Tayá” o “el asunto Nombela”. En esta ocasión Antonio Nombela, un funcionario de colonias, acusaba a diversos dirigentes del partido de Lerroux de haber resuelto fraudulentamente un expediente para indemnizar al empresario catalán Antonio Tayá, por la pérdida de dos buques de su propiedad en la Guinea Española.
 Este escándalo supondría la puntilla tanto para el gobierno como para la coalición, lo que fue aprovechado por Gil Robles para erigirse como paladín de la regeneración (alguien con cierta maldad podría encontrar alguna similitud con la conducta en la actualidad de Esperanza Aguirre) y exigir a Alcalá Zamora que le nombrara nuevo jefe del gobierno. Sin embargo Alcalá Zamora no accedió a las pretensiones del líder de la CEDA y propuso a Portela Valladares, que formó un gobierno de centro derecha sin contar con Gil Robles. Tras el rechazo de las Cortes al nuevo gabinete, Alcalá Zamora disolvería las Cortes el 7 de enero de 1936 y convocaría elecciones para el 12 de febrero que serían ganadas por una coalición de fuerzas de izquierdas agrupadas en el Frente Popular.




Los escándalos del Estraperlo y el “Caso Nombela” acabarían desembocando en la disolución de las Cortes y en la convocatoria de elecciones en febrero de 1936, que fueron precedidas de una tensa campaña. En la fotografía podemos ver una gigantesco cartel de propaganda de la coalición de Gil Robles en la madrileña Puerta del Sol. (Haga clic sobre la imagen para verla ampliada).



El escándalo del Straperlo acabaría precipitando el fin del periodo de gobiernos derechistas conocido como el “Bienio Negro”, y de alguna forma también dejaría seriamente dañada a la propia República, que a los pocos meses tendría que hacer frente al golpe militar que desencadenaría la Guerra Civil. Salvando las enormes distancias, podemos encontrar alguna similitud entre aquellos acontecimientos y la actualidad política presente, sobre todo teniendo en cuenta que en ambos nos encontramos con una tremenda crisis económica y con un brutal número de parados, que conllevan una gran tensión social, similitudes que de alguna forma dan la razón a aquellos que sostienen que la Historia muchas veces se repite.

Florentino Areneros.

BIBLIOGRAFÍA:

- “EL CASO STRAUSS. El escándalo que precipitó el final de la II República” de José Carlos García Rodríguez.
- “LA AVENTURA DE LA HISTORIA” número 120.

Paulino Uzcudun Eizmendi

Nació en Régil, Guipúzcoa y era el más pequeño de 9 hermanos. En su juventud comenzó a destacar como aizcolari, para pasar a continuación a practicar boxeo. Como boxeador demostró con gran poderío físico, fuerte pegada y notable capacidad de encaje. Sus primeros pasos como boxeador los da en Francia, donde acudió porque en ese país los combates profesionales se pagaban a 200 francos. Su primera pelea fue en 1923 frente al campeón de la URSS, Touroff. En muy poco tiempo, venció a los campeones de Francia (Journée), Holanda (Schouvermann) e Inglaterra (Goddard).


Entre estos combates reseñados, el 14 de junio de 1924 vence en París al campeón de España de los pesos pesados, el catalán José Teixidor por K.O. técnico. El combate se celebra en París porque Teixidor alega que su esposa está allí a punto de dar a luz, mientras que otros sostienen que es prófugo del servicio militar. Aunque erróneamente se cita como el único título de España fuera de territorio nacional, lo cierto es que la Federación Española de Boxeo no llega a reconocerlo, y no es hasta la reunión del 5 de febrero de 1925 cuando, al no haber acordado un nuevo combate dentro de los plazos asignados, se desposee oficialmente a Teixidor y se nombra campeón a Uzcudun, teniendo en cuenta para ello tanto la victoria de junio como el restante historial del guipuzcoano.[1]

http://es.wikipedia.org/wiki/Paulino_Uzcudun


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