Conflictos mundiales * Blog La cordura emprende la batalla


domingo, 3 de febrero de 2013

De verdad hay que ser ignorante o extremadamente cándido para llegar a creer que el cambio lo puede traer un personaje como Rosa Díez que lleva (nada más y nada... menos) 33 años saltando de escaño en escaño.

De verdad hay que ser ignorante o extremadamente cándido para llegar a creer que el cambio lo puede traer un personaje como Rosa Díez que lleva (nada más y nada menos) 33 años saltando de escaño en escaño. 

Si observamos su trayectoria un poco más de cerca, no puede dejar de sorprendernos que durante bastante tiempo perteneciese al ala más vasquista del Partido Socialista de Euskadi (PSE), llegando a ser Consejera (1991-1998) en un gobierno de coalición PNV-PSE. Más asombroso todavía es que formara parte de un gobierno en el que, además del PNV, participaba Eusko Alkartasuna (1994-1998), partido ahora integrado en Bildu/Amauir al que Rosa Díez y su partido no dudan en calificar de terrorista. Por lo tanto, según sus renovados criterios, Rosa Díez gobernó durante cuatro años con terroristas. Paradojas del destino. Tampoco puede dejar de sorprendernos que en el año 2000 Rosa Díez fuera candidata a secretaria general del PSOE, cayendo estrepitosamente derrotada. Aunque bien pensado no debemos sorprendernos tanto. Esta señora es la viva imagen del oportunismo; una chaquetera ambiciosa sin ningún tipo de escrúpulo que lo único que quiere es poder.

Que semejante personaje y su muñeco de trapo, el actor fracasado Toni Cantó, sean percibidos como un cambio real por amplios sectores de la sociedad española no es más que la enésima muestra de hasta qué punto está extendido el analfabetismo político en este país.


De verdad hay que ser ignorante o extremadamente cándido para llegar a creer que el cambio lo puede traer un personaje como Rosa Díez que lleva (nada más y nada menos) 33 años saltando de escaño en escaño.

Si observamos su trayectoria un poco más de cerca, no puede dejar de sorprendernos que durante bastante tiempo perteneciese al ala más vasquista del Partido Socialista de Euskadi (PSE), llegando a ser Consejera (1991-1998) en un gobierno de coalición PNV-PSE. Más asombroso todavía es que formara parte de un gobierno en el que, además del PNV, participaba Eusko Alkartasuna (1994-1998), partido ahora integrado en Bildu/Amauir al que Rosa Díez y su partido no dudan en calificar de terrorista. Por lo tanto, según sus renovados criterios, Rosa Díez gobernó durante cuatro años con terroristas.
 
Paradojas del destino. Tampoco puede dejar de sorprendernos que en el año 2000 Rosa Díez fuera candidata a secretaria general del PSOE, cayendo estrepitosamente derrotada. Aunque bien pensado no debemos sorprendernos tanto. Esta señora es la viva imagen del oportunismo; una chaquetera ambiciosa sin ningún tipo de escrúpulo que lo único que quiere es poder.

Que semejante personaje y su muñeco de trapo, el actor fracasado Toni Cantó, sean percibidos como un cambio real por amplios sectores de la sociedad española no es más que la enésima muestra de hasta qué punto está extendido el analfabetismo político en este país.
 
 
 
 

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