El diario LA RAZÓN publicó en diciembre de 2009 una esquela en memoria de Irma G
rese, una criminal de guerra nazi acusada, entre otras cosas, de dejar que perros hambrientos se lanzaran encima de reclusas para devorarlas vivas, asesinar a internas a tiros a sangre fría, torturas a niños y abusos sexuales. Crímenes por los que fue condenada y ejecutada en 1945.
En la esquela publicada en la LA RAZÓN se podía leer: ''Tu muerte fue injusta e innecesaria y te debemos el recuerdo. Espero verte algún día ahí arriba, con tu dulce sonrisa''.
Más información sobre Irma Grese: http://www.asesinos-en-serie.com/irma-grese-el-angel-de-auschwitz/
HOLOCAUSTO SILENCIOSO
El obispo de San Sebastián, señor Munilla, dice que el aborto es un “holocausto silencioso”. Bien, hablemos de holocaustos silenciosos: este año el 21% de la población española vive por debajo del umbral de pobreza -lo que incluye a uno de cada cuatro menores de 16 años-, y esa tasa alcanza al 43,5% de los inmigrantes no comunitarios que residen en nuestro país.
Desde el 2008 hasta el tercer trimestre del 2012 se han notificado 334.080 desahucios y se estima que el 34% de los suicidios están causados directa o indirectamente por esta lacra social que arroja a las familias a la calle. El suicidio ya es la primera causa de muerte violenta en España, por delante de los accidentes de tráfico.
La tasa de desempleo en el 2013 alcanza el 26,20% y llega al 55,20% en los menores de 25 años. Se han recortado 1.592 millones destinados a los beneficiarios de la Ley de Dependencia. Cerca de 30.000 familias con niños pasan hambre en nuestro país y 60.000 menores de edad no comen casi nada durante el día y no cenan nunca por la noche.
¿No los oye su Iglesia, señor Munilla? Porque no son nasciturus, no son fetos, no son células en proceso de crecimiento, son personas vivas o a punto de morir, y están gritando en la calle, cada día.
“La masa de los pobres siempre vejada, siempre subyugada y siempre oprimida, jamás verá mejorada su condición recurriendo a medios pacíficos. Esto constituye, sin duda, una de las pruebas contundentes de que la riqueza influye en la elaboración de las leyes.
De otro lado, las leyes sólo rigen en tanto el pueblo quiera de buena gana someterse a ellas. Si el pueblo ha terminado con el yugo de la nobleza, puede igualmente acabar con el de la opulencia.
Todo consiste en ilustrarlo y hacerle comprender cuáles son sus derechos; entonces la revolución progresará infaliblemente, sin que ninguna fuerza humana la pueda detener”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
GRACIAS POR TU OPINION-THANKS FOR YOUR OPINION