Ni terrorista ni kamikaze como decían por ahí
El maquinista del tren de Santiago ha
quedado en libertad con cargos... pero sin fianza, detalle éste, harto
significativo.
Los medios sólo dicen que ha reconocido
haber sufrido un despiste, que no una imprudencia; sin embargo si su declaración
ante el juez se hubiera limitado a eso, hoy no estaría en su casa. Aquí hay
mucho gato encerrado.
Es obvio que las otras cosas que habrá
dicho y que no nos cuentan, han provocado que el juez no haya tomado la decisión
que Rajoy, Feijóo, el ministro de Interior, la ministra de Fomento y los
presidentes de ADIF y RENFE ansiaban: cargarle todo el mochuelo. Penden de un
hilo contratos para vender alta velocidad a Rusia y China. Visto lo visto, yo no
la compraría.
También resulta evidente, al menos para
mí, que las redes sociales, difundiendo desde el primer momento toda clase de
información que fueron silenciadas durante los primeros días por la asquerosa
escena mediática, han tenido mucho que ver con este desenlace ¿No les da
vergüenza a esos perrodistas decir que, pese a todo, se sienten
orgullosos de ser españoles de esta España negra y macabra?
Ojalá veamos algún día a los criminales
de guante banco, responsables supremos de estas muertes, ante un juez. Habrá que
esperar a la España digna.



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