De la mina salgo, amigo, de la mina compañero.
Soy minero, barrenero.
Ven conmigo.
Como ayer contigo fui,
hoy contigo también voy,
que no sería quien soy
si no te siguiera a ti.
Mi mano y mi corazón,
¡contigo!, que Asturias grita,
como ayer:¡Viva el Nalón
y viva la dinamita!
Rafael Alberti, 1934
Ahí viene el hombre, ahí viene
embarrado, enrabiado contra la desventura, furioso
contra la explotación, muerto de hambre, allí viene
debajo de su poncho de Castilla.
Ah, minero inmortal, ésta es tu casa
de roble, que tú mismo construiste. Adelante:
te he venido a esperar, yo soy el séptimo de tus hijos.
No importa que hayan pasado tantas estrellas por el cielo de estos años,
que hayamos enterrado a tu mujer en un terrible agosto,
porque tú y ella estáis multiplicados.
No importa que la noche nos haya sido negra por igual a los dos.
Pasa, no estés ahí
mirándome, sin verme,
debajo de la lluvia.
Gonzalo Rojas, 1964
Soy minero, barrenero.
Ven conmigo.
Como ayer contigo fui,
hoy contigo también voy,
que no sería quien soy
si no te siguiera a ti.
Mi mano y mi corazón,
¡contigo!, que Asturias grita,
como ayer:¡Viva el Nalón
y viva la dinamita!
Rafael Alberti, 1934
Ahí viene el hombre, ahí viene
embarrado, enrabiado contra la desventura, furioso
contra la explotación, muerto de hambre, allí viene
debajo de su poncho de Castilla.
Ah, minero inmortal, ésta es tu casa
de roble, que tú mismo construiste. Adelante:
te he venido a esperar, yo soy el séptimo de tus hijos.
No importa que hayan pasado tantas estrellas por el cielo de estos años,
que hayamos enterrado a tu mujer en un terrible agosto,
porque tú y ella estáis multiplicados.
No importa que la noche nos haya sido negra por igual a los dos.
Pasa, no estés ahí
mirándome, sin verme,
debajo de la lluvia.
Gonzalo Rojas, 1964
homenaje a los mineros de todo el mundo
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