Es un escándalo...El escándalo de hoy, pasmo de fariseos, es que el PSOE acaba de enterarse de que Francisco Franco está enterrado en el Valle de los Caídos
Es un escándalo...
En este país nunca falta un buen motivo para citar al capitán Renault
de Casablanca en ese momento mítico en que, en medio del casino de Rick,
recogía las ganancias al tiempo que exclamaba: “Qué escándalo, qué
escándalo, he descubierto que aquí se juega”. El otro día lo citaba Juan
Carlos Escudier a propósito de la fingida sorpresa de nuestros
mandamases al enterarse del espionaje de la Casa Blanca (por favor, no
confundir con la película, aunque las dos son made in USA). También
podría usarse en relación con el caso Bárcenas, el caso Urdangarín, el
caso de los ERES andaluces y prácticamente cualquier caso que se les
ocurra. Vamos, que, para ahorrar, las portadas de periódico españolas
podrían abrir cada día con una vieja foto de Claude Rains vestido de
gendarme y un bocadillo con el titular: “Qué escándalo, qué escándalo, etc.”
El escándalo de hoy, pasmo de fariseos, es que el PSOE acaba de
enterarse de que Francisco Franco está enterrado en el Valle de los
Caídos, al lado de José Antonio Primo de Rivera, y que el tal Franco era
un dictador, oyes. Se ve que en Ferraz no son muy aficionados al Canal
Historia, pero algún socialista avispado, recién enganchado a Juego de
tronos, ha sumado dos y dos y ha descubierto que la basílica más grande
de la península está consagrada a los restos de un enano. Yo, que soy
muy de Letras, he echado cuentas con los dedos y me salen como cuatro
décadas, casi cuarenta años para reaccionar y registrar una proposición
no de ley en el congreso de los diputados: han tardado más que Franco en
morirse. Lástima que lo hayan hecho justo en uno de esos turnos en que
les toca chupar banquillo en la oposición, porque han tenido como
dieciocho años de gobierno para presentarla pero, mira tú lo que son las
cosas, a nadie se le había ocurrido hasta ahora. Debe de ser que en
aquellos tiempos, en vez de Juego de tronos, en Ferraz veían Los
Botejara.
Me imagino al psocialista avispado al volante de su
automóvil, de ida hacia o de vuelta de uno de esos congresos que
organizan para catar morcillas; de repente atisba la cruz desmesurada
sobresaliendo en mitad del valle y le da por pensar: “Pero ¿esto qué es?
¿Un OVNI del Vaticano?” Y luego, después de aparcar el coche, acercarse
al monumento y leer un folleto: “¡Qué escándalo! ¡Qué escándalo! ¡Pero
si aquí está enterrado Franco! ¡Dónde vamos a ir a parar! ¿A que se lo
digo a Zapatero?”
Poco antes del PSOE se enteró hasta
Schwarzenegger, que fue hasta el Valle de los Caídos de visita y le
explicaron el monumento detalladamente, pero desde un punto de vista
artístico, o sea, igual que si vas a Auschwitz y te explican la
arquitectura. Dicen que hasta llegó a ver el cartelito aquel que dice
“Caídos por Dios y por España” y que preguntó: “Pero todos éstos, ¿dónde
se cayeron?” Del guindo, Arnold, del guindo.
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