El papa Francisco pidió una renovación de la iglesia Católica y atacó el capitalismo sin límites como “una nueva tiranía invisible”, instando a los líderes globales a combatir la pobreza y la creciente desigualdad, en el primer trabajo importante que ha escrito como pontífice.
El documento de 84 páginas, conocido como
una exhortación apostólica, equivale a una plataforma política para su
Papado, ampliando las visiones que ha difundido en sermones y
comentarios desde que se convirtió en marzo en el primer Papa no europeo
en 1.300 años.
En el documento, Francisco fue más allá
de los comentarios previos al criticar el sistema económico global,
atacar la “idolatría del dinero” y suplicar a los políticos que
garanticen a todos los ciudadanos “trabajo, educación y salud dignos”.
También pidió a los acaudalados que
compartan su riqueza. “Así como el mandamiento de ‘no matar’ pone un
límite claro para asegurar el valor de la vida humana, hoy tenemos que
decir ‘no a una economía de la exclusión y la inequidad’. Esa economía mata”, escribió Francisco en un documento publicado el martes.
“No puede ser que no sea noticia que
muere de frío un anciano en situación de calle y que sí lo sea una caída
de dos puntos en la bolsa”, agregó.
El Papa dijo que la renovación de la
iglesia no podía ser postergada y agregó que el Vaticano y su jerarquía
arraigada “también necesitaban escuchar la llamada de la conversión
pastoral”.
“Prefiero una Iglesia accidentada, herida
y manchada por salir a la calle, antes que una Iglesia enferma por el
encierro y la comodidad de aferrarse a las propias seguridades”,
escribió.
En julio, Francisco culminó una encíclica
comenzada por el Papa Benedicto VI, pero dejó claro que era mayormente
el trabajo de su predecesor, que renunció en febrero.
Llamada “Evangelii Gaudium” (La Alegría
del Evangelio), la exhortación está presentada en el estilo simple y
cálido de Francisco, distinto de los escritos más académicos de papas
anteriores, y subraya la misión central de la iglesia de predicar “la
belleza del amor salvador de Dios hecho manifiesto en Jesucristo”.
En el documento, Francisco reiteró
declaraciones previas de que la iglesia rechaza la ordenación de las
mujeres y no puede aceptar el aborto. El sacerdocio de los varones,
dijo, “es una cuestión que no se pone en discusión”, pero las mujeres
deben tener más influencia en el liderazgo de la institución.
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