DIARIO DE UN PERRO * (Esta es la historia, a través del diario de vida de un perro, de muchos animales que fueron adquiridos sin amor ni compromiso...)
DIARIO DE UN PERRO.........................
7 Días: Cumplí 7 días... ¡Que alegría llegar a este mundo!
1 Mes: Mi mamá me cuida muy bien. Es una mamá ejemplar.
2 Meses de mi Diario: Hoy estoy triste, me separaron de mi mamá. Ella
me dijo adiós, con los ojos, deseando que mi nueva familia humana me
cuidara tan bien como ella.
4 Meses de mi Diario: Todo me llama
la atención. Los niños de la casa son como mis hermanitos, me tiran la
cola y yo los muerdo jugando.
5 Meses: Hoy me retaron. Mi ama
se molestó porque me hice pipí en la casa, pero nunca me enseñaron donde
debo hacerlo. Además, duermo en el dormitorio... ¡ya no me aguantaba!
8 Meses: ¡Soy feliz! Tengo el calor de un hogar, me siento querido y
protegido. Creo que mis amos me quieren: cuando están comiendo me
convidan. El patio es para mí solito. Nunca me educan. Debe estar bien
todo lo que hago...
12 Meses: Hoy cumplí un año. Mis dueños dicen que crecí más de lo que ellos pensaban. ¡Qué orgullosos estarán!
13 Meses: ¡Qué mal me siento!... Mi hermanito me quitó la pelota, así
que se la quité, pero mis mandíbulas se han hecho muy fuertes y le hice
daño sin querer. Por eso me encadenaron, casi sin poder moverme; al sol.
Dicen que me van a tener en observación y que soy muy ingrato. No
entiendo nada.
15 Meses: Ya nada es igual... vivo en la azotea
sin techo y cuando llueve me mojo. Me siento muy solo... mi familia ya
no me quiere. A veces se les olvida que tengo hambre y sed.
16
Meses: Hoy me bajaron de la azotea, pensando que me habían perdonado,
salté de la alegría. Encima de eso, me llevaron con ellos de paseo. Nos
enfilamos por una carretera y de pronto se pararon. Abrieron la puerta y
yo me bajé feliz. Rápidamente cerraron la puerta y se fueron...
¡Esperen!, ladré... Se olvidan de mí... Corrí detrás del auto con todas
mis fuerzas. Mi angustia crecía al darme cuenta que...
¡¡¡ME HABÍAN ABANDONADO!!!
17 Meses: A diario he tratado en vano de regresar a casa. Encuentro
gente buena que me ve con tristeza y me da algo de comer. Yo les
agradezco desde el alma con la mirada. Quisiera que alguien me adoptara,
pero sólo dicen pobre perro, se habrá perdido.
18 Meses: Hace
unos días pasé por una escuela y un grupo de niños riéndose, me lanzó
una lluvia de piedras. Una de ellas me lastimó un ojo y desde entonces
no veo por él.
19 Meses: Parece mentira, cuando estaba más
bonito se compadecían de mi. Ahora que estoy flaco, sucio, y perdí un
ojo la gente me saca a escobazos cuando busco refugio.
20
Meses: Hoy en la calle un auto me atropelló. Creí estar en un lugar
seguro llamado cuneta, pero nunca olvidaré la cara de satisfacción del
conductor, que hasta se desvió para pegarme. Ojalá me hubiera matado,
pero sólo me dislocó la cadera. El dolor es terrible, mis patas traseras
no me responden y con dificultad me arrastré a un costado del camino.
Tengo diez días bajo el sol, la lluvia, y sin agua ni comida. Ya no me
puedo mover. El dolor es insoportable. Me siento muy mal... Ya casi
estoy inconsciente; pero la dulzura de una voz me hizo reaccionar. Pobre
perrito, decía... junto a ella había un señor, que dijo: Lo siento.
Este perro no tiene remedio, es mejor que deje de sufrir. Ella asintió
con lágrimas en los ojos. Como pude, moví, mi colita y la miré
agradeciéndole que me ayudara a descansar. Sólo sentí el pinchazo de la
inyección y me dormí para siempre pensando que para qué tuve que nacer
si nadie me quería.
(Esta es la historia, a través del diario
de vida de un perro, de muchos animales que fueron adquiridos sin amor
ni compromiso...)
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