Conflictos mundiales * Blog La cordura emprende la batalla


jueves, 2 de enero de 2014

Amarga derrota * Pese a que el título de este post tenga una connotación ciertamente negativa, el espíritu es el contrario.

euskal-herria-callejon



Amarga derrota



Pese a que el título de este post tenga una connotación ciertamente negativa, el espíritu es el contrario. Una nota de optimismo ante este nuevo año que se nos abre.


Recientemente la patronal vascongadilla declaraba que el tema soberanista en Euskal Herria está muy tranquilo y que van a procurar que siga estando así ya que la independencia no es buena para la economía. Lo cierto es que tienen mucha razón. A parte de que la “economía” capitalista puede verse erosionada en el caso de darse una independencia en beneficio de la clase trabajadora, a día de hoy el proceso soberanista es tan inexistente como el proceso de paz. Por eso están tranquilos y quieren que la situación no cambie de coordenadas.


Euskal Herria ha dejado de ser el mayor problema para el estado español y nadie espera que se le pueda dar vuelta a la situación a corto plazo. Euskal Herria sedada, anestesiada, en vez de intensificar el conflicto político por las vías que fueran o fuesen, para gozo de la burguesía vasca y la oligarquía española reniega del conflicto y se busca la conciliación. En la carrera por la conciliación es donde se han ido perdiendo las oportunidades para intensificar una confrontación contra el capital y el estado.


El proceso de paz no es más que una auto-pacificación unilateral sin ninguna oportunidad de que se abra paso la bilateralidad si no es para llegar al punto cero del conflicto. Un reset inconexo de la historia. El pueblo vasco podrá ser todo lo pacífico que quiera pero eso por sí mismo no cambiará nada pues el pueblo vasco no ha sido ni es oprimido nacional y socialmente porque antes no lo fuera o fuese. La violencia permanecerá pues es intrínseca a la esencia brutal del estado.


Sin proceso soberanista, sin proceso de paz, con una crisis capitalista que va a seguir golpeando fuerte a las clases populares, con unos estados donde el autoritarismo, la represión y el recorte de derechos va a aumentar, es normal que se diga que no hay que mirar los estados porque las perspectivas de que salgan derrotados no se ven por ninguna parte. De esta manera , se puede jugar al solitario, hacer la del avestruz, poner las esperanzas en el juego electoral e institucional bien controlado por el chantaje de las armas del estado y poco más.


Pero lo cierto es que los estados deben salir derrotados para que Euskal Herria ejercite el derecho de autodeterminación que pueda abrir paso a la independencia nacional. Lo cierto es que el capital debe ser confrontado para que la clase trabajadora deje de perder. Y tanto lo uno como lo otro, no lo va a traer nadie de fuera.


Ante esta situación de derrota nacional y social hay dos opciones con resultados muy diferentes. Aceptar que nos encaminamos a un callejón sin salida como pueblo y como clase de no producirse un cambio radical o seguir alimentado un triunfalismo hipnótico sin ninguna base objetiva basado en el marketing inverso (el estado quiere desanimar por lo que hay que estar animados aunque no haya sustancia para ello).


¿Razones para el optimismo que se puedan extraer de la coyuntura política? Muy pocas. Entonces sagazmente os preguntaréis a que venía lo de la nota de optimismo que decía al principio después de esta exposición no apta para hooligans y cheerleaders del partidismo corporativo.


En cuanto a los objetivos estratégicos estamos tocando fondo y se acaba la mecha. La pared del callejón sin salida no está lejos. Que algunos lo vean o no lo vean es indiferente, el choque tarde o temprano llegará. Es muy difícil remar contra las leyes históricas. Claro que llegados al final del camino del callejón sin salida pueden darse dos resultados, la derrota final sin paliativos y prácticamente irreversible, que es la que se produce cuando se interioriza que has ganado pese a que hayas perdido o un cambio.


La primera opción se produce si el engaño ilusorio llegara a enquistarse. Ya que entonces la realidad deja de interesarnos. Nos duele. Se rechaza por el dolor que causa reconocer cualquier evidencia o prueba de que las cosas no son como se creían.


La otra opción es la del cambio. Eskorbuto cantaba que solo una casualidad hará desatar una reacción. Bertolt Brecht decía que las revoluciones se producen en los callejones sin salida. Soy de la opinión de que en Euskal Herria pese a todo, sigue estando latente el verdadero corazón rebelde de esta vieja y podrida europa capitalista y que al final venceremos porque tenemos todas las piezas para ello.

Hagamos que ese corazón lata con fuerza y llegará nuestra “casualidad”. No habrá otra opción.


 Autor: Borroka garaia da!


No hay comentarios:

Publicar un comentario

GRACIAS POR TU OPINION-THANKS FOR YOUR OPINION