Al ingreso del cementerio. Calculan que el perro tenía entre 12 y 14 años.
Murió el perro que en 9 años jamás se alejó de la tumba de su amo en La Piedad
Lo encontraron el lunes aullando de dolor. Fue llevado a una veterinaria, pero falleció al día siguiente. Todos lo conocían en el cementerio del oeste de Rosario donde llegó el día en que sepultaron a su dueño.
Se hizo famoso cuando fue tapa de La Capital, aunque
ya muchos lo conocían. Collie, el perro del cementerio La Piedad, fue
protagonista de una historia de fidelidad impresionante. Desde hace
nueve años no se movía de allí, donde llegó el día en que sepultaron a
su dueño. Sin embargo, el paso del tiempo y el hecho de vivir
deambulando, le jugaron una mala pasada: tras ser internado en una
veterinaria, falleció ayer a la mañana.
Un día antes, un grupo de proteccionistas pedía ayuda
a través de las redes para ocuparse de su salud. Es que había sido
encontrado aullando de dolor. Por eso, algunas personas se comunicaron
con el Instituto Municipal de Salud Animal (Imusa) para que fueran a
retirarlo de la necrópolis. Según se supo, la repartición municipal
tenía un inconveniente con los traslados, por lo que se activó la red de
contactos de quienes velan por los animales de La Piedad y dieron con
el veterinario Federico Bonino. El especialista llegó hasta el lugar y,
de inmediato, decidió internarlo.
Cerca del mediodía del lunes, Bonino llegó tras el
llamado de Marisa, integrante de una agrupación proteccionista. El perro
"estaba en muy mal estado, deshidratado", dijo el veterinario quien,
una vez en la clínica, detectó que tenía una insuficiencia renal grave
que evidentemente fue avanzando con el tiempo sin ser detectada a
tiempo.
Si bien recibió todos los cuidados, Collie hizo dos
convulsiones durante la noche y falleció al día siguiente. "Al menos
pudimos hidratarlo y compensarlo, por lo que tuvo una muerte con
dignidad", expresó Bonino compungido.
Es posible que los últimos días de calor hayan
agravado el estado del perro que tendría entre 12 y 14 años. Al cierre
de esta edición, se esperaba que referentes del cementerio fueran al
centro de salud animal para llevarlo al mismo lugar donde vivió en los
últimos tiempos.
Collie había llegado a La Piedad hace unos nueve
años, el mismo día en que enterraron a su amo. Esa noche se quedó junto a
la tumba y al día siguiente, cuando los familiares fueron por él, no
hubo forma de llevarlo. Hubo unos días de pausa y regresaron, en este
caso con una soga. No obstante, eso fue en vano.
Siempre volvía. Dicen que al dueño
lo cremaron y que eso lo desorientó, aunque Collie seguía yendo al
sector donde comenzó la historia y el resto del tiempo se quedaba cerca
de las oficinas de entrada, el mismo sector donde ayer todos lamentaron
su partida.
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