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domingo, 27 de abril de 2014

El 1 de mayo de cada año se recuerda el Día Internacional del Trabajo en homenaje a los Mártires de Chicago, manifestantes que murieron durante las represiones policiales

Homenaje a Mártires de Chicago 




Foto: Homenaje a Mártires de Chicago 
Por: Webguerrillero Sandinista
El 1 de mayo de cada año se recuerda el Día Internacional del Trabajo en homenaje a los Mártires de Chicago, manifestantes que murieron durante las represiones policiales de las protestas que reclamaban una jornada laboral de ocho horas en Estados Unidos en 1886. En 1884, la Federación de Trabajadores de EE. UU. y Canadá convocó a los trabajadores para luchar por una jornada laboral de ocho horas y no más, y declaró en forma unilateral que los obreros iban a cumplirla a partir del 1 de mayo de 1886. El lema era: “Ocho horas para el trabajo, ocho para el sueño y ocho para la casa”. En 1868, el presidente de Estados Unidos, Andrew Johnson, promulgó la llamada Ley Ingersoll, que establecía la jornada de ocho horas. Al poco tiempo, 19 estados sancionaron leyes con jornadas máximas de ocho y 10 horas. Aun así, debido a la falta de cumplimiento de esa ley, las organizaciones laborales y sindicales de Estados Unidos se movilizaron. Como los empleadores se negaron a acatarla, los trabajadores de la ciudad industrial de Chicago empezaron una huelga el 1 de mayo de 1886, que comenzó con una manifestación de más de 80 mil trabajadores liderados por Albert Parsons. Los reclamos se extendieron a otras ciudades de Estados Unidos; entraron en paro más de 400 mil obreros en cinco mil huelgas simultáneas. La magnitud del conflicto causó preocupación al Gobierno y al sector empresarial, que creyeron ver en las manifestaciones y huelgas el comienzo de una revolución anarquista. Protestas El centro de todas las movilizaciones fue la ciudad de Chicago, en donde las protestas se extendieron por varios días. El 3 de mayo los manifestantes se enfrentaron a golpes con los reemplazantes de una fábrica, mientras la Policía disparó contra la multitud, acción que dejó seis muertos y decenas de heridos. En reacción, líderes obreros y anarquistas organizaron una multitudinaria marcha la noche del 4 de mayo. Al concluir el acto, la Policía intentó dispersar la manifestación en forma violenta, pero una persona lanzó un explosivo que mató a un uniformado. La Policía disparó contra la multitud, represión que mató e hirió a un número desconocido de personas. Se declaró el estado de Sitio y toque de queda. Se detuvo y torturó a cientos de obreros. El 21 de junio de 1886 comenzó el juicio a 31 obreros acusados de haber sido los promotores del conflicto. Todos fueron condenados, dos de ellos a cadena perpetua, uno a 15 años de trabajos forzados y cinco a la horca. El fiscal le pidió al jurado: “Castigue a estos hombres, haga un ejemplo de ellos, cuélguelos y salve nuestras instituciones”. La ejecución tuvo lugar el 11 de noviembre de 1887. De los ocho dirigentes, fueron identificados el británico Samuel Fielden, los alemanes Auguste Spies, Michael Schwab, George Engel, Adolphe Fischer y Louis Lingg, y los estadounidenses, Óscar Neebe y Albert R. Parsons. En Boston y en algunas otras ciudades estadounidenses había una fuerte corriente contra los trabajadores extranjeros que reclamaban por sus derechos laborales y sociales junto a sus hermanos estadounidenses. Logro Luego, las empresas comenzaron a aceptar la jornada de ocho horas, que se extendió a todo el mundo. En 1889, en París, durante el Primer Congreso de la Segunda Internacional Socialista, se acordó un homenaje a los Mártires de Chicago cada 1 de mayo, como solidaridad laboral. Paradójicamente, en Estados Unidos, Canadá, Reino Unido y Andorra no se celebra el 1 de mayo como Día Internacional del Trabajo. El presidente estadounidense, Grover Cleveland (1837-1908), auspició otra fecha de celebración por miedo a que el 1 de mayo reforzara en su país el movimiento socialista: el primer lunes de septiembre se recuerda el Día del Trabajo.




El 1 de mayo de cada año se recuerda el Día Internacional del Trabajo en homenaje a los Mártires de Chicago, manifestantes que murieron durante las represiones policiales de las protestas que reclamaban una jornada laboral de ocho horas en Estados Unidos en 1886. 

En 1884, la Federación de Trabajadores de EE. UU. y Canadá convocó a los trabajadores para luchar por una jornada laboral de ocho horas y no más, y declaró en forma unilateral que los obreros iban a cumplirla a partir del 1 de mayo de 1886.
 El lema era: “Ocho horas para el trabajo, ocho para el sueño y ocho para la casa”. En 1868, el presidente de Estados Unidos, Andrew Johnson, promulgó la llamada Ley Ingersoll, que establecía la jornada de ocho horas. Al poco tiempo, 19 estados sancionaron leyes con jornadas máximas de ocho y 10 horas.
 Aun así, debido a la falta de cumplimiento de esa ley, las organizaciones laborales y sindicales de Estados Unidos se movilizaron. Como los empleadores se negaron a acatarla, los trabajadores de la ciudad industrial de Chicago empezaron una huelga el 1 de mayo de 1886, que comenzó con una manifestación de más de 80 mil trabajadores liderados por Albert Parsons. 
Los reclamos se extendieron a otras ciudades de Estados Unidos; entraron en paro más de 400 mil obreros en cinco mil huelgas simultáneas. La magnitud del conflicto causó preocupación al Gobierno y al sector empresarial, que creyeron ver en las manifestaciones y huelgas el comienzo de una revolución anarquista. Protestas El centro de todas las movilizaciones fue la ciudad de Chicago, en donde las protestas se extendieron por varios días. 
El 3 de mayo los manifestantes se enfrentaron a golpes con los reemplazantes de una fábrica, mientras la Policía disparó contra la multitud, acción que dejó seis muertos y decenas de heridos. En reacción, líderes obreros y anarquistas organizaron una multitudinaria marcha la noche del 4 de mayo.
 Al concluir el acto, la Policía intentó dispersar la manifestación en forma violenta, pero una persona lanzó un explosivo que mató a un uniformado. La Policía disparó contra la multitud, represión que mató e hirió a un número desconocido de personas. Se declaró el estado de Sitio y toque de queda. Se detuvo y torturó a cientos de obreros. El 21 de junio de 1886 comenzó el juicio a 31 obreros acusados de haber sido los promotores del conflicto. 
Todos fueron condenados, dos de ellos a cadena perpetua, uno a 15 años de trabajos forzados y cinco a la horca. El fiscal le pidió al jurado: “Castigue a estos hombres, haga un ejemplo de ellos, cuélguelos y salve nuestras instituciones”. La ejecución tuvo lugar el 11 de noviembre de 1887. De los ocho dirigentes, fueron identificados el británico Samuel Fielden, los alemanes Auguste Spies, Michael Schwab, George Engel, Adolphe Fischer y Louis Lingg, y los estadounidenses, Óscar Neebe y Albert R. Parsons.
 En Boston y en algunas otras ciudades estadounidenses había una fuerte corriente contra los trabajadores extranjeros que reclamaban por sus derechos laborales y sociales junto a sus hermanos estadounidenses. 
Logro Luego, las empresas comenzaron a aceptar la jornada de ocho horas, que se extendió a todo el mundo.
 En 1889, en París, durante el Primer Congreso de la Segunda Internacional Socialista, se acordó un homenaje a los Mártires de Chicago cada 1 de mayo, como solidaridad laboral. 
Paradójicamente, en Estados Unidos, Canadá, Reino Unido y Andorra no se celebra el 1 de mayo como Día Internacional del Trabajo.
 El presidente estadounidense, Grover Cleveland (1837-1908), auspició otra fecha de celebración por miedo a que el 1 de mayo reforzara en su país el movimiento socialista: el primer lunes de septiembre se recuerda el Día del Trabajo.
— con Webguerrillero Sandinista





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