Conflictos mundiales * Blog La cordura emprende la batalla


jueves, 1 de mayo de 2014

El abrazo * Y cómo venir... sino poquito a poco.

El abrazo

Fue el abrazo
fue la manera de dar
el abrazo
fue la fuerza del abrazo
fue la postura
la forma de guarida
de cavidad
la conducta del abrazo
responsable,
de sostener sin poseer
de brindar sin pedir.
Fue el color de bienvenida
fue ese primer instante
que le propuso a mi piel
cambiar la temperatura
intercambiar latidos.

Después nacieron las palabras

Graciela Wencelblat Wainbuch

El abrazo

Fue el abrazo
fue la manera de dar
el abrazo
fue la fuerza del abrazo
fue la postura
la forma de guarida
de cavidad
la conducta del abrazo
responsable,
de sostener sin poseer
de brindar sin pedir.



Fue el color de bienvenida
fue ese primer instante
que le propuso a mi piel
cambiar la temperatura
intercambiar latidos.



Después nacieron las palabras


Graciela Wencelblat Wainbuch



Y cómo venir...
 sino poquito a poco.
 llegando desde mis distancias,
 traspasando las heladas estancias,
 esas que me supieron a poco.

 Y cómo regreso, si aún no lo sé.
 Tal vez, con ayuda de amigos.
 Tal vez.
 Y sin horizontes uno puede llegar,
 pero sin alma, uno no puede llorar.
 Tal vez...

  No he de quedarme todavía,
  pues hay heridas que duran.
  Aún siento melancolía,
  de esa que perdura.
  Pero un breve saludo a mi gente,
  piernas flojas en soles puestos.
  No me hará daño ser yo mismo,
  y regresar por un momento.
  Veros un poco, saber de vosotros.

   y haceros saber que aún existo,
   cuando los hielos se van derritiendo,
   ahora que las maletas son abismo,
   y regreso a mi verde hogar,
   donde las palabras son nuevas.
   Y vuestras miradas perfectas.

  Aquí estoy. De nuevo.
  LoboAstur 2014. Lindando con regresos de caminos,


Y cómo venir...
sino poquito a poco.

Llegando desde mis distancias,
traspasando las heladas estancias,
esas que me supieron a poco.


Y cómo regreso, si aún no lo sé.
Tal vez, con ayuda de amigos.

Tal vez.
Y sin horizontes uno puede llegar,
pero sin alma, uno no puede llorar.

Tal vez...
No he de quedarme todavía,
pues hay heridas que duran.
Aún siento melancolía,
de esa que perdura.

Pero un breve saludo a mi gente,
piernas flojas en soles puestos.

No me hará daño ser yo mismo,
y regresar por un momento.

Veros un poco, saber de vosotros.
y haceros saber que aún existo,
cuando los hielos se van derritiendo,
ahora que las maletas son abismo,
y regreso a mi verde hogar,
donde las palabras son nuevas.


Y vuestras miradas perfectas.

Aquí estoy. De nuevo.


LoboAstur 2014.

 Lindando con regresos de caminos 







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