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jueves, 29 de mayo de 2014

"Quien siembra miseria recoge la rabia” * Interior envía 200 agentes a Barcelona, con nuevas protestas por el desalojo de Sants


"Quien siembra miseria recoge la rabia”

El titular recoger uno de los lemas de la lucha antifascista que se riega por Barcelona y otras ciudades de Cataluña y cuenta con el apoyo y simpatía de la mayor parte de la población. Dice el Consejero de Interior de la Generalitat que el límite de las negociaciones para calmar los ánimos lo marca la violencia pero ésta no ha sido la vía escogida por los pobres y oprimidos les ha venido impuesta por el estado opresor burgués. Tercera noche de lucha de clases llevada a su máxima expresión por el desalojo y derrumbre del CSO Can Vies. Can Vies, Gamonal.

Barricadas de fuego, cargas policiales y miles de manifestantes han protagonizado la tercera noche de altercados en el barrio barcelonés de Sants, tras el desalojo del centro okupa de Can Vies el pasado lunes. Las protestas se extendieron este miércoles a las cuatro provincias catalanas de forma pacífica, salvo en Barcelona, con decenas de concentraciones convocadas en unas 50 localidades. También ha habido actos de solidaridad en Valencia, Palma de Mallorca y el barrio burgalés de El Gamonal, cuya continuada protesta vecinal consiguió la retirada del proyecto de construcción de un gran aparcamiento subterráneo. En Barcelona los Mossos d'Esquadra han detenido a 25 personas.

Las cargas en el barrio de Sants comenzaron a las diez de la noche cuando en la zona coincidieron frente a frente manifestantes llegados en columnas organizadas desde el resto de barrios de la ciudad y las dotaciones antidisturbios de la policía autonómica. La tensión estalló cuando un grupo de jóvenes levantaron una barrera con contenedores, además de incendiar alguno de ellos. Media hora después, Sants era una una batalla campal, con duras cargas policiales y más de un millar de personas corriendo por sus callejuelas. Decenas de manifestantes atacaron a los agentes con piedras y todo tipo de objetos.

El Ministerio del Interior ha enviado a unos 200 policías nacionales antidisturbios para proteger las instalaciones del Estado en Barcelona. La Administración central ha puesto a disposición de la Generalitat estos agentes por si el Ejecutivo catalán los precisaba para reforzar a los Mossos. El Departamento de Interior catalán ha contestado que no era necesario y se ha valido solo de su policía.

El País



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Interior envía 200 agentes a Barcelona, con nuevas protestas por el desalojo de Sants




Los enfrentamientos en el barrio de Sants




El Ministerio del Interior ha enviado a Barcelona alrededor de 200 antidisturbios para apoyar a los Mossos tras los incidentes registrados las dos últimas noches por el desalojo el pasado lunes del centro social Can Vies del barrio de Sants.

Fuentes policiales han informado de que se han trasladado hasta la capital catalana agentes de las Unidades de Intervención Policial (UIP) de Madrid, Valladolid, Zaragoza y Valencia. Según fuentes de Interior, la decisión ha sido tomada como medida de prevención. Este contingente se suma a los 90 agentes que el cuerpo estatal de Policía ya tiene en Barcelona.

Barricadas de fuego, cargas policiales y miles de manifestantes han vuelto a surgir este miércoles en la tercera noche de altercados en Barcelona, con protestas que se han extendido a las cuatro provincias catalanas y a Valencia, Palma de Mallorca y al barrio burgalés de El Gamonal. En Barcelona los Mossos d'Esquadra han detenido a una veintena de personas.

El balance de las dos noches enterires de incidentes y violentos enfrentamientos entre los Mossos y grupos de activistas es de ocho personas detenidas, que han quedado en libertad con cargos, y varios heridos, entre los que destaca un joven al que un agente golpeó con la porra en la cabeza que podría suponer la pérdida de una oreja.

Los manifestantes han quemado contenedores y mobiliario urbano, con roturas de lunas de oficinas bancarias. Ayer lograron quemar la grúa que estaba derribando el edificio donde se albergaba el centro social, un inmueble de propiedad pública, que llevaba 17 años en funcionamiento.

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