El nombramiento de Miguel Arias Cañete como
Comisario de Energía y Cambio Climático de la Comisión Europea es un
auténtico escándalo. Arias Cañete es empresario petrolero y ha sido
ministro de un gobierno que ha laminado a las energías renovables en
España. Por cierto que este nombramiento coincide con la publicación de
nuevos datos por parte de la Organización Meteorológica Mundial que
muestran que las concentraciones de CO2 en la atmósfera vuelven a batir
récords.
El Partido Popular, del que Cañete es
destacado dirigente, ni siquiera tiene una posición política clara sobre
el origen antropogénico del cambio climático. Todavía resuenan las
palabras de su líder haciendo referencia a las dudas de su primo sobre
el particular o la declaración en sede parlamentaria de uno de sus
dirigentes – en el debate sobre la Ley de Costas – comparando el cambio
climático con la teoría maya del fin del mundo.
Tal y
como denunció EQUO en su momento, Arias-Cañete es empresario petrolero.
Su empresa se dedica concretamente al bunkering de petróleo en el
Estrecho de Gibraltar. Precisamente el petróleo y la industria petrolera
son los grandes enemigos del clima ¿qué acción puede esperarse de quien
se lucra del comercio con este combustible?
La Unión
Europea lideró hace una década la política global contra el cambio
climático, pero con este nombramiento hunde su prestigio internacional
en la materia, ya que es un gesto que no puede ser entendido por nadie
que conozca minimamente la cuestión. Con la Cumbre de París de 2015 a la
vuelta de la esquina, Europa parece renunciar definitivamente al más
mínimo liderazgo global.
En un momento crítico en el
que es necesario un giro en la olítica energética, Europa opta por
nombrar a un Comisario cuya acción política reciente se ha desarrollado
en un gobierno que ha desmontado con sus políticas la industria
renovable española. Un gobierno que ha hecho del fracking, las
exploraciones petrolíferas y el alargamiento de la vida de las
nucleares, los ejes de sus políticas energéticas, condenando a muerte a
las fuentes de energía que Europa precisamente necesita más. Las
renovables.
Mención a parte merecen las políticas que
ha desarrollado Cañete desde su ministerio. En los últimos años hemos
asistido al desmantelamiento progresivo de las políticas ambientales en
España. Con la excusa del desarrollo económico se han vaciado de
contenido leyes clave, como la Ley de Costas o la de Evaluación
Ambiental.
Definitivamente, la Comisión Europea, con Juncker a la cabeza acaba de cometer un clamoroso y muy grave error.
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