Conflictos mundiales * Blog La cordura emprende la batalla


jueves, 23 de octubre de 2014

Nicolás, ese hombre…El tal Nicolás me tiene estupefacto.



El tal Nicolás me tiene estupefacto.


Le doy vueltas y vueltas a la cabeza. Y me pregunto, como supongo harán muchos como yo: ¿cómo es posible que un niñato, con aspecto de niñato, haya podido ingresar en la vida de tanto preboste nacional?


Le han apodado “el pequeño Nicolás”.


Y con esa denominación se va a quedar, aunque pasen los años.

Mira, Nicolás… Como vives en un país de pillos y admiradores de pillos, te has ganado las simpatías de una buena parte de la población.

Los españoles te tienen ahora mismo en los altares. Les has encandilado con tu facilidad para estar presente en todos los saraos patrios.



 Con empresarios, alcaldes, políticos de primera categoría y de segunda división… Hasta tuviste los santos cojones de presentarte en la proclamación de Felipe VI.


Permíteme, pequeño-gran Nicolás, que me descubra.


Eres el paradigma de español por los cuatro costados que tanto abunda en estos últimos tiempos: bribón, autosuficiente e ingenioso.


Todos nos preguntamos, pequeño-gran Nicolás, quién está detrás de tus andanzas.


Porque convendrás conmigo, chavalín, que todo lo que has hecho lo has llevado a cabo tú solito…


Al mismo tiempo, todos nos preguntamos, pequeño-gran Nicolás, por qué no estás en prisión preventiva.


Porque, vale, sí… Muy gracioso y muy molón lo de los montajes con tu foto, eso de estar en todos los rincones de las redes sociales… 


Pero es que yo me pongo en lo peor y me pregunto qué hubiera pasado en el besamanos de los Reyes si en lugar de ir de guay y dar el cabezazo, hubieras sacado a relucir una navaja, por poner un ejemplo.


No sé si eres consciente, pequeño-gran Nicolás, de la que se ha empezado a montar en este país en torno a tu figura de semi-pijo de barrio semi-rico de la capital.


Todos queremos saber quién eres y quienes son los que te han echado una mano para que hayas llevado ese nivelazo de vida a tu corta edad.


Y si no te ha dirigido nadie, nos quitamos todos el sombrero ficticio y realizamos una genuflexión colectiva.


Lo tuyo acaba de empezar. Traerá cola.


Habla, Nicolás. Cuéntanos todo, que estamos ávidos de aprender.


 http://www.tintaextinta.es/2014/10/nicolas-ese-hombre/




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