La pesadilla es real en Guatemala. De las 1,637 reclusas en el país, el 16 por ciento está en prisiones junto a los centros de detención de hombres, en los que los reclusos cruzan en las noches o trasladan mujeres de un lado de la malla al otro, para violarlas. Fue denunciado por una jueza en 2013 y Presidios no hizo nada más que poner otras dos mallas. No hay una investigación. Además, también hay señalamientos de traslados de reclusas a cárceles masculinas para prostitución, o abusos sexuales.
La denuncia escrita, a la que tuvo acceso Nómada, no deja lugar a dudas.
“He constatado las violaciones a derechos humanos, mencionando un caso concreto de una situación anómala detectada en Puerto Barrios, donde pude verificar que el Centro de Rehabilitación de Puerto Barrios, sólo divide a reclusos hombres con reclusas mujeres, una malla en mal estado, que casi se está cayendo, por lo que un buen número de reclusas me solicitaron por escrito ser trasladadas al COF (Centro de Orientación Femenina, en Fraijanes) o a un centro más seguro, pues denunciaron ser violentadas sexualmente por reclusos”. El extracto es parte de un informe enviado por la jueza Mireya Batún a la Cámara Penal, el Sistema Penitenciario y la Procuraduría de Derechos Humanos, el 8 de julio del 2013.
Las Reglas Mínimas de Tratamiento de los Reclusos de las Naciones Unidas y el artículo 47 de la Ley del Régimen Penitenciario establecen que los internos tienen que estar absolutamente separados por género. Mujeres y hombres no se supone que convivan dentro de las cárceles. Muchos estudios académicos demuestran que es en las cárceles en las que los hombres pueden convertirse en su peor versión masculina, la más violenta. Y aunque el Sistema Penitenciario afirma que las delimitaciones entre los sectores de hombres y mujeres son claras, hay casos que evidencian que no es así.
Tenían miedo
Una de las reclusas de la cárcel de Puerto Barrios dijo ser testigo de que personal administrativo de la prisión trasladaba durante la noche a mujeres hacia el sector de hombres, y que en algunas ocasiones eran los internos quienes cruzaban la malla. Lo que vio fueron violaciones sexuales.Se lo comunicó a la jueza. El resto de las internas, con una actitud nerviosa se lo negaron, pero cinco de ellas pidieron ser trasladadas de cárcel. “Percibí que tenían miedo”, dijo Batún. Al mismo tiempo de denunciarlo en su informe, ordenó la construcción urgente de un muro perimetral.
Pero el caso no llegó al Ministerio Público. Yesenia Enríquez, comunicadora de la entidad, negó que hubiesen investigaciones, y en la PDH no existe ningún expediente abierto, según Gerardo Villamar, defensor del debido proceso. La mujer que le relató los hechos fue traslada de cárcel.
La jueza de ejecución, denunció el huracán que sucedía en la cárcel de Puerto Barrios y que se parece a lo que ocurre en todas las demás: anarquía total en la población reclusa, falta de agua, inexistencia de antenas bloqueadoras de señal de teléfonos, cobros ilegales por el ingreso de muebles y alimentos, trasiego de drogas y licor, y prostitución o violaciones.
Las denuncias por violaciones en las cárceles han llegado hasta el Congreso de la República y tampoco así se han empezado las pesquisas. El diputado Orlando Blanco dijo que ha recibido denuncias de traslados de privadas de libertad hacia el Preventivo para Varones de la Zona 18. Esto, parte de una “actividad voluntaria de prostitución”, dice. También afirma que nunca se han denunciado esos hechos en el Ministerio Público.
“Todo es mentira”
Andrea Barrios, directora de Casa Artesana, colectivo quetrabaja para mejorar las problemáticas de las mujeres presas, privadas de libertad, niega que en Puerto Barrios se hayan reportado violaciones. “Lo que hay es que tienen relaciones sentimentales con los hombres, que es distinto”. “Eso no es cierto”, dice tajante al hablarle de la denuncia de Batún. Según relata, en el año 2009 estaban recluidas seis féminas y dormían con las guardias. Durante el día se encontraban en el mismo sector de los hombres. Pero en su opinión la situación cambió porque ahora, “la pasan encerradas”.“Fue por culpa de esa jueza que aislaron más a las mujeres, ahora están más encerradas, hay tres puertas que las dividen de los hombres”, alegó y enseñó varias fotografías. En una de ellas se ve cómo las mujeres, por la parte de arriba de la malla de metal, pasan comida a un recluso hombre.
–¿Y eso? Si se pasan comida por encima de la malla bien se pueden saltar, se le cuestionó.
–No hay como. Tendrían que botar la malla, enfrente está la Dirección, concluye Barrios. Pero en las imágenes, las manos extendidas entre reclusos hombres y mujeres incluso pueden mover de un lado a otro un plato de comida.
La semana pasada, Andrea Barrios y el Ministro de Gobernación, Mauricio López Bonilla, anunciaron la convocatoria para el director de presidios y en una conferencia de prensa dijeron que buscan implementar programa para mejorar las condiciones de las mujeres presas.
Tres niños fueron víctimas
Aunque el Sistema Penitenciario y el colectivo afirman que en esa cárcel la situación está bajo control, en ese lugar ocurrió otra tragedia. El pasado 5 de julio de 2014, un niño de 5 años fue abusado sexualmente. No se sabe si por uno o varios privados de libertad. La víctima llegó junto a su madre a visitar a Luis Amílcar Pérez Coy, condenado por abusar de otra de sus hijas.
Leonel Dubón, director del Refugio de la Niñez, dijo que por el caso fueron presentadas dos denuncias en el Ministerio Público. Sin embargo, Pérez Coy ya está muerto. Al conocerse los hechos, Presidios lo trasladó a Fraijanes I y dos horas después fue encontrado muerto en el baño, atado con un lazo de plástico. Rudy Esquivel dice que el caso está en investigación, y que creen que Pérez Coy se suicidó.
El caso contra Byron Lima evidenció una vez más que el control de las cárceles la ejercen los reos. En una entrevista a una radio, Raúl Figueroa, fiscal contra las extorsiones, afirmó que el 80 por ciento de las extorsiones proviene desde las cárceles. Son 13 los directores que el Sistema Penitenciario ha tenido en los últimos diez años.
Es un sistema sin institucionalidad, donde incluso cuando las autoridades tratan de tomar el control, los presos responden con sangre. Carlos Menocal, ex ministro de Gobernación (2010-2011), recuerda el suceso del 10 de julio de 2010, cuando seis cabezas aparecieron tiradas en la calle, junto a mensajes denunciando “abusos e injusticias” contra privados de libertad.
Antes de estos a los hallazgos, hay denuncias presentadas de una funcionaria que fue violada por 30 mareros, y de dos niñas de 12 y 14 años fueron que abusadas en El Boquerón y en Pavoncito. Estos dos casos fueron el detonante para que Presidios prohibiera el ingreso de menores de edad a los centros, a menos que el abogado defensor certificara con documentación de Renap que los niños eran hijos de los presos. Además, para que restringiera las visitas en los sectores de la Mara Salvatrucha y Barrio 18, y trasladara a sus líderes a Fraijanes I. “Eso provocó que tiraran las cabezas, que en un viernes asesinaran a 6 pilotos, que se amotinaran, que hicieran todo eso”, dice Menocal.
La CSJ impide que se siga inspeccionando
Pese a la situación, la Corte Suprema de Justicia no permitió que una de las juezas de ejecución, encargada según la ley de supervisar la situación de los privados de libertad, continuara visitando los preventivos y centros de cumplimiento de condenas.El pasado 7 de marzo del 2014, la juzgadora Mireya Batún envió un oficio a Secretaría General de la Corte Suprema de Justicia, donde daba a conocer las fechas en que realizaría las visitas en las cárceles. En cuatro meses inspeccionaría 15 lugares. Pero la respuesta de la Corte fue que no le autorizaba porque “no contaban con un juez suplente”, por lo que ella debía permanecer trabajando desde su oficina. Batún insistió en más de tres ocasiones pero recibió tres no por respuesta.
Mientras tanto, en los nueve meses de 2014 han sido detenidas 366 personas dentro y en los alrededores de las cárceles (265 reos, 44 servidores públicos y 57 visitantes).
El doble del año pasado, cuando se consignó a 183 individuos. Las capturas van desde casos de posesión de drogas, teléfonos, extorsión y violencia sexual.
Mientras el Estado no controla las cárceles, las mujeres pagarán los peores platos.
http://nomada.gt/presas-violadas-por-presos-la-pesadilla-de-259-mujeres/
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