Hay análisis de todo tipo sobre la consulta, manifestación, encuesta
--o como quiera que cada uno lo llame-- del 9-N en Cataluña. Desde un
éxito sin precedentes que dicen Más y su gente, a un fracaso rotundo
según Rajoy, su gobierno y su partido.
Modestamente no creo que haya habido unos resultados rotundos que hagan decir o una cosa o la contraria. Desde luego si se trata de una manifestación hablar de 2,3 millones de manifestantes no es ninguna tontería, es más: diría que se trata de un récord, aunque las condiciones en que se ha producido en evento, no debería servir para exagerar.
Sin embargo, ya sabemos todos que el análisis de los datos después de cualquier elección, consulta, manifestación, a pesar de tratarse de algo tan objetivo como los datos, siempre hace que ganen todos los participantes. Curioso pero verdad.
En este artículo no trato de dar mi opinión sobre qué se debería haber hecho antes del 9-N o qué sucederá ahora, después de esta fecha. Mi postura es clara, los catalanes tienen derecho a ser lo que quieran ser aunque para ello haya que cambiar la Constitución, que ya es hora. Y Rajoy tiene que dejar de esconderse y solucionar junto al gobierno catalán, dialogando, esta cuestión.
Pero claro ahí está Rajoy y sus muchachos manejando los datos e interpretándolos a su favor. Ya saben lo del Gran Capitán que, para justificar sus inmensos gastos en Nápoles al rey Fernando, redondeó a su manera y dijo aquello de: “entre picos, palas y azadones cien millones”.
Bueno pues aquí nuestro querido presidente dice una verdad a medias, muy a medias, y lo repite hasta la saciedad. He contado que lo ha dicho ocho veces en la intervención de hoy ante los periodistas. Y se trata de aquello de que: sólo ha votado un tercio de los catalanes. Y si vemos los número puros es así. Pero, si queremos hacer una verdadera valoración, sin manipulación, deberíamos tener en cuenta la abstención que se da habitualmente en Cataluña, que en las últimas elecciones ha sido de un tercio aproximadamente, o sea un 33%. Pues bien, si los que han votado son el 33% y la abstención media de Cataluña es de otro 33%, queda claro que en el mejor de los casos queda otro tercio de los que no estarían de acuerdo en participar.
O sea que debería decir que, si es que se puede hacer la cuenta en esta convocatoria ciudadana tan peculiar, los que no han ido a votar
–descontando la abstención media que se produce en todas la elecciones— es de un tercio.
O sea
aproximadamente los mismos que han ido a votar.
Pero voy más lejos, este cálculo tan peculiar del PP –curioso ver cómo ningún periodista se lo ha dicho y no he escuchado a nadie este hecho tan obvio— se le vuelve en contra. ¿Por qué?, porque el PP está gobernando este país con mayoría absoluta (le sobran 11 diputados) con sólo un 31,6% del electorado español, si hacemos las cuentas como él hace en el caso catalán. O sea con menos de los que han votado en Cataluña. Y la cosa es muy sencilla, el PP consiguió 10,8 millones de votos (el 44,6% sobre los votos válidos), pero si contamos lo que representa sobre el total del electorado (incluida la abstención) es el 31,6%.
Total: los partidarios de la consulta catalana (según Rajoy y el gobierno) han fracasado porque sólo han ido a votar el 33% del cuerpo electoral, sin embargo, el PP está gobernando España –machacándonos hasta la saciedad-- con mayoría absolutísima, con sólo el 31,6%.
Esta es la comparación que hay que hacer. Lo demás manipulación, pura manipulación.
Salud y República
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