Después
de que los ajusticiamientos policiales a jóvenes negros se hayan
acelerado en Estados Unidos en los últimos meses, la comunidad
afroamericana parece que ha tomado conciencia de que, como enseñaron en
los años sesenta y setenta los conocidos como Panteras Negras, solo
ellos pueden garantizar su seguridad en un estado racista, opresor y
totalitario como Estados Unidos.
En realidad, como enseñó Lenin, la única garantía posible de democracia es
un fusil en el hombro de cada obrero, una enseñanza que se puede
aplicar también a la lucha de los trabajadores negros por su
emancipación de la explotación blanca.
Ciertamente,
toda lucha contra la explotación se enmarca en la lucha de clases entre
los capitalistas y los obreros, los que viven del trabajo ajeno y los
que producen la riqueza; y por eso no se trata en esencia de conflicto
entre razas, sexos, religiones o naciones, sino entre explotadores y
explotados, burgueses y trabajadores. En consecuencia, mientras los
trabajadores, independientemente de su raza, sexo, religión, o nación no
se armen para tomar el poder, derrocando la tiranía de la minoría
parasita, capitalista, seguirá sufriendo las consecuencias de la
barbarie del sistema.
El pasado
mes de agosto, tras el homicidio de Brown, varias decenas de ciudadanos
afroamericanos de Dallas decidieron poner fin a la inseguridad que
sufren a causa del color de su piel: así, el llamado Huey P. Newton Gun Club ha salido a las calles con fusiles de asalto. Su propósito es claro: defenderse de las agresiones con patrullas vecinales. Luchar con las armas en la mano.
Según
algunos de sus ideólogos, el principal objetivo es conseguir mantener a
salvo las vidas de la población negra, a la vez que denunciar la
brutalidad policial y su marcado carácter racista. Se basan en el derecho de la comunidad a la autodefensa armada, uno de los puntos, concretamente el séptimo, recogidos en su Ten-Point Program de
1966 (el Manifiesto de Panteras Negras). En consecuencias, vuelven los
gritos de "Black power", que dejan sitio a algún que otro "No more pigs
in our community", ecos de aquellos mitificados sesenta en los que se
institucionalizó el uso del término "pigs" (cerdos) para designar a los
policías blancos.
El Huey P. Newton Gun Club surge de la mano del New Black Panther Party de
la ciudad de Dallas. Esta escisión de la organización original trata de
hacer renacer los planteamientos ideológicos de la década de los 60,
aunque teniendo en cuenta que la fortaleza del movimiento en número y
estrategia ya no pueden ser las mismas.
El hecho de que estas patrullas se den en Texas no significa poco.
Aunque ciudades con fama de cosmopolitas como Nueva York y Los Angeles
tengan tengan sus propios Eric Garner o Rodney King, el sur
estadounidense sigue siendo un territorio más complicado para la
igualdad racial.
El Huey P. Newton Gun Club quiere dar un paso más. Ha convocado, para el próximo 16 de marzo, la jornada Arm up for self-defense, un día de patrullas ciudadanas en cada gran ciudad de EEUU, con armas allá donde fuera legal portarlas. En su comunicado, aconsejan los departamentos de policía y edificios federales como lugares apropiados a los que acercarse ese día.
El Huey P. Newton Gun Club se movilizó a favor de la justicia por Mike Brown |
Todo ello deja siempre abierta la
posibilidad de que los miembros sean arrastrados por tendencias
fascistas, que acentuen las razones raciales y el odio de unos grupos
contra otros en vez de tener el objetivo claro de que todos los
trabajadores son hermanos de clase y que el enemigo común es el
explotador (una estrategia que funcionó bastante bien en todo el mundo
cuando el capitalismo tuvo necesidad de desactivar y controlar el
movimiento obrero).
De momento, el propósito de la Huey P. Newton es poner freno a datos escalofriantes como este: los adolescentes negros tienen 21 veces más posibilidades de ser mortalmente disparados por la policía que los blancos.
Ante la
agresión policial, la comunidad negra parece querer encontrar igualdad
mediante las armas. A tenor de los datos y el último año de víctimas
afroamericanas en Estados Unidos, la brutalidad racista nunca
desapareció, pues jamás se acabó con la barbarie capitalista.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
GRACIAS POR TU OPINION-THANKS FOR YOUR OPINION