"Tenemos el país que nos merecemos" una frase repetida hasta la saciedad y que nos gustaría que no fuera cierta. La crisis económica que ha golpeado a nuestro país ha hecho que la población se vuelva más sensible frente a actos indecorosos y nuestros políticos están empezando a sufrir sus consecuencias en forma de estancias penitenciarias o castigos electorales.


Sin embargo, la doble moralidad que caracteriza a nuestro país es difícil de cambiar a golpe de crisis e, inevitablemente, seguimos sintiendo cierta admiración y empatía por las personas que actúan fuera o al límite de la ley. En general, somos partidarios del pensamiento de Maquiavelo y nos cautiva su frase "el fin justifica los medios".



Ante la aparición de políticos corruptos, muchos son los que ponen el grito en el cielo, sin embargo, muchos más son los que sienten cierta admiración y envidia ajena por lo bien que se lo han montado para poder amasar estas fortunas y no dudan en aplicarles el calificativo de "listos".




Quizás debido a esta fascinación por lo impropio, Telecinco ha decidido dar una lección a la audiencia de GH VIP y apoyar sin fisuras el lema antes mencionado de Maquiavelo. El simulacro y amaño de Gran Final del concurso que vivimos ayer para que ganara Belén Esteban demuestra que da igual los valores que defiendas y que todo vale para llevarte el maletín, pero sobre todo, el motín de la fama.



Da igual que para ganar la fama hayas tenido que recurrir a la coacción, al chantaje, al acoso, al engaño sobre tu salud, a la calumnia, a la injuria, y a un largo etcétera de actitudes que ninguno quisiéramos para nuestros hijos. Lo importante y el único valor para ganar GH VIP ha sido dar espectáculo, aunque sea lamentable, y rellenar horas y horas de momentos televisivos para elevar la audiencia de una cadena que va a cumplir 25 años.



Y los "belenistas" o cualquier otro incauto admirado por la generosidad espontanea de Belén me recriminará "pues es una excelente persona, mira como ha donado el premio a obras sociales y de caridad". Sí, esto es cierto, pero en el asunto que nos ocupa la banalidad del dinero pasa a un segundo plano. La "propina" del maletín si lo comparamos con lo que Belén Esteban se ha llevado por participar en el programa bien puede ser sacrificado en aras de lavar su imagen. No olviden que la princesa del pueblo vive del show televisivo y este, en principio, inocente y espontaneo asunto de la donación del premio le va a repercutir en mucho más dinero del que contenía este "paupérrimo" maletín.



Lo importante, o mejor dicho, lo preocupante de todo este asunto es que una cadena con 25 años ha demostrado que todavía no es mayor de edad y que todo su aparato logístico ha sido cómplice de una causa por la que estamos luchando millones de españoles. Dirán que se trata sólo de un juego, y también es verdad, sin embargo, las lecciones que Telecinco ha dado a nuestros jóvenes es que da igual como seas o como actúes, y que lo único importante es llevarte la pasta.




Un "cero patatero" para la cadena del cinco y para Mediaset y esperemos que dentro de otros 25 años, en sus Bodas de Oro, la cadena haya reflexionado y madurado, y que para entonces, apoye actitudes más loables como la bondad, el saber estar, el oponerse al acoso, la sinceridad bien entendida, el huir de protagonismo grotesco, en fin, todos aquellos apelativos que se podrían englobar dentro del término moralidad.