Uno de los comentarios que escucho a
menudo entre las personas más sensibles, o con habilidades psíquicas, es
la sensación de que están retrocediendo. Si se dan cuenta de que tienen
problemas de dinero de nuevo, dicen algo así: “¡Ya estoy otra vez con
mis patrones de carencia económica, yo que creía que ya estaba avanzando
y estaba llegando a alguna parte!”. Siempre estamos llegando a alguna
parte, aunque sólo se trate del más mínimo atisbo de progreso.
Lo que en realidad nos ocurre a todos es
que nuestra existencia consiste en una trayectoria en espiral, y los
chamanes lo saben. No avanzamos en una línea recta que va dejando
definitivamente atrás todo lo anterior.
No quisiera contradecir a todos aquellos
que sienten que ya dieron un salto y ya se encuentran viviendo una vida
completamente diferente; aunque, siempre habrá cuestiones en el camino
de nuestra alma y de nuestro aprendizaje que serán temas recurrentes a
lo largo de toda nuestra vida (incluso aunque el final de ésta pueda
parecernos muy distinto a cómo fue cuando empezamos). Por ese motivo, no
podemos retroceder; lo que ocurre es que sí pueden regresar ecos de
antiguos patrones de conducta o de pensamiento.
Este miedo a estar retrocediendo suele
aparecer cuando las cosas nos van mal; no nos preocupa en absoluto estar
retrocediendo cuando volvemos a experimentar la misma alegría que
sentimos hace tres años, la alegría no nos molesta (se ríe). Debemos
comprender que es nuestro juez interno quien intenta evaluarnos con la
pregunta: “¿Estoy evolucionando? ¿Estoy evolucionando?”. La respuesta
es: obviamente, sí.
Por el simple hecho de estar en el
planeta Tierra, cada día hay algo nuevo y aprendemos algo nuevo; podemos
dejar de preocuparnos por eso y pasar otra cosa. Pero, si somos capaces
de detectar este mecanismo en espiral dentro de nuestra mente, nuestra
transformación interior será incluso más rápida, porque nos daremos
cuenta de qué nos ocurre en el mismo momento en que está aconteciendo.
Por ejemplo, supongamos que esta semana
sucede algo que desencadena una dificultad económica, algo que ya
experimentamos a lo largo de nuestra vida, y pensamos: “ ¡Ya está aquí
otra vez mi miedo con el dinero!”. Es cierto que, una vez más, se trata
de nuestro miedo relativo al dinero, porque tenemos una relación
histórica con ese miedo en concreto.
Pero, si lo miramos más de cerca, nos
daremos cuenta de que, o bien se trata de un eco más pequeño respecto a
lo que sucedió en el pasado y se reproduce en menor medida, o bien se
trata de lo que yo denomino “una poderosa limpieza” de ese patrón.
Por eso, en ocasiones, ese miedo se
manifiesta con mayor fuerza de lo que ha hecho nunca: porque ahora nos
permitimos sentirlo más que antes. Cuanto más despertamos, en mayor
medida comenzamos también a sentir todo. Si teníamos un esquema negativo
con el dinero, es muy probable que antes lo pudiéramos sentir con menos
fuerza que ahora, en el presente. Recordemos también que, todo lo que
sucede en nuestra mente tiene su origen en las emociones, y se encuentra
en relación directa con cómo nos sentimos. Si comenzamos a sentirnos
mal, empezaremos a tener pensamientos negativos que reflejen esas
emociones como en un espejo.
Si tienes la sensación de que has
entrado en un estado de regresión, te sugeriría que dejaras de
considerarlo como algo negativo. Te invitaría a que lo considerases más
bien como una oportunidad que te estás dando para trabajar de una manera
muy intensa sobre esa energía en particular.
Podemos preguntarnos: “Muy bien, ¿qué es
lo que me da miedo normalmente?”, y podremos comenzar a trabajar a
partir de ahí con las emociones, sin permitir que los pensamientos nos
hagan dar vueltas (Ver para ello mi artículo anterior de esta serie: “
El exceso de pensamientos y caos emocional”).
No estás retrocediendo, estás
evolucionando. Solemos traer esas cuestiones pendientes a la superficie
de una manera muy poderosa cuando estamos preparados para sentirlas y
para llegar a abrirnos hasta ese punto. Resulta curioso que, mientras
que en determinados círculos espirituales y de autoconocimiento existe
la creencia de que podemos llegar a ser inmunes a cualquier desafío, esa
no es la realidad que he visto manifestarse en mí, ni tampoco en muchos
de vosotros. Lo que sí podemos mejorar es nuestra capacidad de asumir
enteramente nuestra propia energía y podemos volvernos más conscientes
de quiénes somos en relación con este magnífico mundo que nos rodea.
Podemos volvernos más centrados en nuestras propias emociones y en
nuestra manera personal de afrontar las cosas.
Es ahí donde reside el
verdadero progreso, porque las circunstancias exteriores seguirán
apareciendo en nuestro camino, tanto para desafiarnos como para
apoyarnos. Y cada desafío suele presentarse como una oportunidad que nos
ayuda a quitarnos de encima la pena y los sentimientos negativos que
llevamos a cuestas, para que así podamos seguir adelante más ligeros y
más libres. Por lo tanto, no estás retrocediendo, estás evolucionando;
sin embargo, podrías estar lidiando con el eco de alguna antigua
cuestión con la que ya trabajaste durante mucho tiempo en el pasado.
-¿Está llamando nuestra atención en el presente alguna emoción o experiencia del pasado?
-Desafíos= oportunidades para un poderoso cambio y más libertad.
-Ajuste energético- escritura automática. Escribe:
1. -El mayor desafío que estás atravesando.
2. -La sensación o emoción que se encuentra detrás del desafío.
3. -¿Es esta sensación o emoción un eco del pasado?
4. -¿Cuál es su origen?
-Ajuste energético: Para suavizar la resistencia
1. Reconoce a tu juez interno y libérate de sus valoraciones.
Espero que les sea de ayuda. Mucho amor para todos.
Por Lee Harris
Difusión: El Manantial del Caduceo
No hay comentarios:
Publicar un comentario
GRACIAS POR TU OPINION-THANKS FOR YOUR OPINION