Los padres de Andrea, en el hospital
Cuatro días después de que el hospital de Santiago accediese a dejar de
prolongar su vida artificialmente, la niña de 12 años ha fallecido.
Andrea descansa en paz. Cuatro días después de que
el hospital de Santiago accediera a dejar de prolongar su vida
artificialmente, la niña de 12 años falleció este viernes. Se ha
ido rodeada de su familia más próxima, la misma que en las últimas
semanas ha luchado en el hospital y en los tribunales para ponerle fin
al "sufrimiento" que la alimentación artificial le estaba provocando a
pesar de sufrir una enfermedad neurodegenerativa e irreversible.
La madre y el padre de Andrea, Astilla y Antonio, han
personificado durante semana y media la lucha de muchas familias por un
final "digno" para sus seres queridos con dolencias incurables. Ha
sido el tiempo que ha transcurrido desde que decidieron sacar a la luz
pública la lucha por la que estaban pasando: mientras el juzgado
condicionaba el futuro de su hija al dictamen del Comité de Ética
Asistencial, que apoyaba la reclamación de muerte digna, el Servicio de
Pediatría del Clínico de Santiago se negaba a concederla.
La apuesta de la familia de Andrea por recurrir a los
medios de comunicación para difundir el caso se ha revelado cómo
trascendental. "El sufrimiento de nuestra hija es insoportable", resumía
Estela el pasado 30 de septiembre en una entrevista con eldiario.es.
Habían decidido alzar la voz, explicaban, después de un ingreso
hospitalario de casi cuatro meses y cuando los propios facultativos
acreditaban que en el estado de su hija ya no había marcha atrás. "Si se
fuera apagando pero no tuviera sufrimiento estaríamos los meses que
hiciera falta y no nos pelearíamos", explicaba. Pero Andrea estaba
"retorciéndose de dolor".
Con el caso ocupando los
titulares el Servicio de Pediatría recibió el apoyo de la Xunta -la
ahora exconselleira de Sanidade, Rocío Mosquera, llegó a equiparar la
petición familiar con la eutanasia- pero, no obstante, optó por
dirigirse al juzgado de familia para pedir "orientación". Mientras, la
familia acudia también a los tribunales para reclamar la retirada de la
alimentación artificial.
En esta coyuntura, el
juzgado decidió que un forense del Instituto de Medicina Legal de
Galicia (Imelga) determinara el estado real de la paciente y, con esta
información sobre la mesa, el juez Roberto Soto convocó a los padres.
Cuando se encontraban en las dependencias judiciales, el pasado lunes,
recibieron una comunicación del hospital, según la cual existía "una
nueva posibilidad de tratamiento paliativo consistente en retirar la
alimentación y mantener únicamente la hidratación necesaria para
permitir la sedación". Se trataba, a efectos prácticos, de acceder a la
petición familiar, con un "plan" por cuyo "cumplimiento" veló el propio
juzgado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
GRACIAS POR TU OPINION-THANKS FOR YOUR OPINION