Rajoy, con Feijóo y Ana Pastor en la inauguración
El presidente del Gobierno preside la puesta en servicio de 15
kilómetros de la autovía entre Santiago y Lugo, también comprometida por
Aznar y cuya construcción fue impulsada en la etapa de Zapatero.
Dos décadas después del lanzamiento del proyecto quedan abiertos menos de la mitad de sus 100 kilómetros y no se prevé que esté finalizada hasta 2018
Dos décadas después del lanzamiento del proyecto quedan abiertos menos de la mitad de sus 100 kilómetros y no se prevé que esté finalizada hasta 2018
La autovía entre Santiago y Lugo, la A-54, ha
adquirido en Galicia un carácter prácticamente mítico.
Es una de las
estrellas de todas las campañas electorales desde hace más de veinte
años y los gobiernos de turno han ofrecido cíclicamente plazos concretos
de finalización, incluso cuando ni siquiera se había comenzado a mover
la tierra.
El origen de la promesa hay que buscarlo en 1992, cuando el
entonces ministro de Obras Públicas de Felipe González, Josep Borrell,
aseguró que su departamento estudiaría la posibilidad de unir por
autovía ambas ciudades, separadas por apenas 100 kilómetros. Este
martes, más de dos décadas después, Mariano Rajoy ha incluído la
apertura de un tramo de unos 15 quilómetros de esta vía en su carrera
inaugural previa a las elecciones generales del 20 de diciembre.
Tras aquella primera y lejana promesa de Borrell esta autovía durmió
el sueño de los justos hasta finales de aquella década con serias dudas
sobre cuál sería su trazado. En vísperas de las municipales del año
Xacobeo de 1999 José María Aznar y Manuel Fraga inauguraban el que
después se confirmaría como primer tramo de la A-54, el que une la
capital gallega con el aeropuerto de Lavacolla.
Cinco meses después, el
entonces joven diputado socialista José Blanco conseguía la aprobación
de una proposición no de ley en el Congreso en la que instaba al
Ejecutivo a "la realización de un estudio informativo" sobre la
infraestructura. El PP aceptó el inicio de ese estudio en ese misño año y
se comprometió a que, una vez finalizado, "se proceda a la contratación
de los proyectos resultantes".
El gabinete de Aznar llegó a incluir la autovía en su
Plan de Infraestructuras 2000-2007, con Francisco Álvarez Cascos como
titular de Fomento. Volvió a sacarla a pasear tras la catástrofe del
Prestige, cuando en enero de 2003 Aznar reunió a su Consejo de Ministros
en el Ayuntamiento de A Coruña para, con Francisco Vázquez como
anfitrión, anunciar la aprobación del denominado Plan Galicia, un
amplísimo paquete de obras que en 2004 heredaría el gobierno de José
Luis Rodríguez Zapatero sin avances significativos.
La primera titular
de Fomento del nuevo gobierno del PSOE, Magdalena Álvarez, tildó el plan
literalmente de "mierda", y la prometidísima autovía siguió en un cajón
hasta que, en 2009, su impulsor parlamentario llegó a Fomento.
Con Blanco en el Ministerio la obra recobró impulso y comenzó a
realizarse. En su etapa fueron adjudicados y se iniciaron las obras
de varios tramos. Entre ellos estaba el que este martes ha abierto
oficialmente Rajoy, entre Guntín y Palas de Rei, pueblo natal del
exministro y actual eurodiputado socialista, que no ha sido invitado a
la inauguración pese a la costumbre de incluir en estos actos a
los ministros que las han impulsado.
La de este
martes es la tercera inauguración que la cúpula del PP organiza en lo
que va de un año en torno a la A-54, cuya financiación ha sido asumida
por Ana Pastor tras un comienzo de legislatura con más dudas que
certezas. El pasado marzo, en el último día en el que las inauguraciones
eran legales antes de las elecciones municipales, la ministra y el
presidente de la Xunta solemnizaban la puesta en servicio de 23
kilómetros entre Nadela y Guntín en las proximidades de Lugo, cuya
apertura, paradójicamente, ha supuesto un aumento del tiempo de viaje al
incluir un pequeño desvío.
El pasado septiembre Pastor y Feijóo
cortaban la cinta de un enlace con esta vía (Esperante-Vilamoure) de
apenas 4 kilómetros. E
Este martes, ya con Rajoy al
frente, han quedado abiertos 15 quilómetros más, lo que implica que más
de dos décadas después del lanzamiento del proyecto la A-54 tiene
abiertos al tráfico poco más de 42.
Las previsiones más optimistas del
Fomento indican que, si no hay cambios presupuestarios o de ritmo en las
obras, la infraestuctura no estará finalizada hasta 2018.
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