Empleada de Canal 9 se derrumba al declarar ante el juez sobre la corrupción en la visita del papa a Valencia

"Era algo escandaloso... Era un gasto muy gordo que no podía estar encima de la mesa, tenía que estar oculto, que no se viera mucho... Me decían que tuviera cuidado con ello...". Son declaraciones de Carmen Beltrán, auxiliar administrativa de Canal 9, en su comparecencia ante el juez como testigo en el caso Gürtel. Carmen se derrumba y rompe a llorar cuando habla de las facturas que pasaban por sus manos referidas a los gastos de la visita del papa a Valencia en 2006.

Empleada de Canal 9 rompe a llorar tras confesar corrupción en la visita del Papa.

Interrogatorio a la administrativa de Canal 9 Carmen Beltrán que rompió a llorar [5m:25s] ante la insistencia del juez y del fiscal en el interrogatorio, Carmen dijo que le obligaron a tapar los pagos a 'Gürtel' por el Papa. «La factura que llegó de las pantallas una semana antes de la visita nos escandalizó a todos, era un gasto de un importe muy gordo que no podía estar encima de la mesa, tenía que estar oculto. Que no se viera mucho», señaló.

Algunos trabajadores de Radio Televisió Valenciana (RTVV) conocían el precio «escandaloso» que la cadena pagaría por la retransmisión y sonorización de la visita del Papa a Valencia en 2006. Mandos intermedios de los departamentos económicos tuvieron constancia de las presuntas irregularidades e, incluso, ordenaron ocultar las facturas para evitar filtraciones que destaparan la irrupción de Gürtel en la casa cuando Pedro García, imputado por sus relaciones con la banda de Francisco Correa -que se embolsó 500.000 euros de comisión, según la Policía- la dirigía.

Así lo aseguró una de las secretarias de la cadena a la que interrogó el juez José Ceres en secreto. Carmen Beltrán era auxiliar administrativa del departamento económico en la etapa que se investiga. Ricardo Calatayud, imputado por la Audiencia Nacional en Gürtel, era su jefe directo. Calatayud fue señalado por el ex director del equipo técnico de Canal 9, Luis Sabater (también imputado), como la persona que ordenó que se manipulara el informe para adjudicar a Teconsa 7,4 millones de euros (en realidad, costaron poco más de tres millones). Pero antes fue el propio ex director quien le señaló como responsable del contrato.

Las declaraciones no pasaron inadvertidas ni para el juez ni para el fiscal, pese a que la testigo intentó minimizar su testimonio. «Era algo escandaloso (...) Me decían que tuviera cuidado con ello», insistió poco después. Marisa Manglano, trabajadora de RTVV y superior inmediata de la testigo, sería la persona que pidió discreción con los pagos a la banda que dirigía Correa y que se ocultó en Teconsa, la constructora que se utilizó de pantalla para obtener el contrato.