Como
siempre antes de unas elecciones, el sistema pone en marcha su
maquinaria de desinformación de masas que repiten karmas como “España va
bien”, “la economía crece”, “baja el paro”, “todo lo malo es herencia
del pasado”…
Pero España va bien para una minoría y sus intereses; la economía
crece, pero el reparto de la riqueza es cada vez más injusto; se repite
la mentira sobre la bajada del paro, obviando realidades como que este
año se han visto obligados a emigrar un 30% más del personas que el año
pasado, que perdemos población, que nuestra sociedad envejece, que los
trabajos tienen peores condiciones, que los sueldos son más bajos y las
jornadas laborales firmadas, o no, en contratos basura son más largas,
que muchas familias trabajadoras viven en la pobreza a pesar de tener
empleo.
Se calla que los obreros están desprotegidos ante la patronal y que las nuevas reformas antiobreras provocan más abusos; que la ley del miedo impera en las empresas; que muchas trabajadoras y trabajadores se ven “obligados” a trabajar enfermos; que la conciliación de la vida familiar y laboral es una gran mentira…
La única verdad es que todo esto es herencia del pasado: herencia de las políticas neoliberales del PP-PSOE, herencia de los gobiernos vendidos a las oligarquías y los poderes económicos nacionales y extranjeros, herencia del sistema capitalista que se basa en la explotación que la clase dominante somete a la clase obrera.
Hace ya un tiempo que los oligarcas se dieron cuenta de que esto podía estallar, las calles estaban llenas de manifestaciones y protestas, contra la corrupción, contra la represión, contra la monarquía, en definitiva contra el sistema.
En ese momento los amos, esos que mueven los hilos de las marionetas que son nuestros gobernantes de turno, se pusieron a trabajar y con la ayuda de los mamporreros del poder idearon un plan maestro, que tiene como máximo objetivo disolver, destruir, acabar con la izquierda organizada en el estado Español.
Por desgracia las cuentas les van saliendo, las movilizaciones en las calles casi han cesado, la segunda restauración borbónica se llevó finalmente adelante sin problemas y ahora toca una segunda transición que dé la impresión de cambiarlo todo para finalmente dejarlo todo igual.
Para llevar a cabo este plan necesitaban nuevos actores. Por un lado, uno que convenciese a la ciudadanía indignada y en rebeldía de que es posible hacer una revolución en las urnas y manifestándose en Internet. Y por el otro, uno que convenciese a la gente de la derecha, cansada de corrupción y desmanes, de que es posible una nueva derecha más jovial, y menos corrupta, cosa imposible pues la corrupción forma parte del sistema capitalista.
Los dos apelan a que la solución a los problemas es acabar con el bipartidismo y con la corrupción y los dos defienden la necesidad de una “nueva política”, sin explicarla, eso sí negando la existencia de izquierdas y derechas y, como no, la existencia y vigencia de la lucha de clases.
En este plan para la segunda transición y el desmantelamiento de la izquierda los medios de “desinformación de masas” juegan un papel fundamental. Si hace muy poco trabajaban duramente para convencernos de que en España solo se presentaban a las elecciones dos partidos y se votaba al azul o al rojo, ahora sus esfuerzos van encaminados a convencernos de algo muy parecido, de que solo hay cuatro partidos que se presentan a las elecciones, y de que con ello tenemos la fortuna de poder elegir entre el azul, el rojo, el naranja o el morado.
Con sus debates a cuatro, sus horas de televisión, su imagen hasta en la sopa, los poderes mediáticos tratan de implantar el cuatripartidismo.
Pero esta no será la solución para los problemas de la clase obrera, pues ninguno de estos pintores con sus colores tienen los pinceles o el lienzo para poder pintar el futuro, esos continuarán en manos de los amos del sistema.
La verdadera unidad popular capaz de cambiar las cosas, la única que puede pintar un futuro diferente a este presente, es la unidad de la izquierda rupturista, esa que defiende que el verdadero problema de la clase obrera continúa siendo el sistema capitalista, pinten como lo pinten.
Recuperemos la conciencia de clase para ser conscientes de nuestra propia fuerza.
Por André Abeledo Fernández*
*Concejal y Coordinador de EU Narón, y Sindicalista.
http://elcomunista.net/2015/12/05/las-mentiras-del-sistema-para-preparar-la-segunda-transicion/
Se calla que los obreros están desprotegidos ante la patronal y que las nuevas reformas antiobreras provocan más abusos; que la ley del miedo impera en las empresas; que muchas trabajadoras y trabajadores se ven “obligados” a trabajar enfermos; que la conciliación de la vida familiar y laboral es una gran mentira…
La única verdad es que todo esto es herencia del pasado: herencia de las políticas neoliberales del PP-PSOE, herencia de los gobiernos vendidos a las oligarquías y los poderes económicos nacionales y extranjeros, herencia del sistema capitalista que se basa en la explotación que la clase dominante somete a la clase obrera.
Hace ya un tiempo que los oligarcas se dieron cuenta de que esto podía estallar, las calles estaban llenas de manifestaciones y protestas, contra la corrupción, contra la represión, contra la monarquía, en definitiva contra el sistema.
En ese momento los amos, esos que mueven los hilos de las marionetas que son nuestros gobernantes de turno, se pusieron a trabajar y con la ayuda de los mamporreros del poder idearon un plan maestro, que tiene como máximo objetivo disolver, destruir, acabar con la izquierda organizada en el estado Español.
Por desgracia las cuentas les van saliendo, las movilizaciones en las calles casi han cesado, la segunda restauración borbónica se llevó finalmente adelante sin problemas y ahora toca una segunda transición que dé la impresión de cambiarlo todo para finalmente dejarlo todo igual.
Para llevar a cabo este plan necesitaban nuevos actores. Por un lado, uno que convenciese a la ciudadanía indignada y en rebeldía de que es posible hacer una revolución en las urnas y manifestándose en Internet. Y por el otro, uno que convenciese a la gente de la derecha, cansada de corrupción y desmanes, de que es posible una nueva derecha más jovial, y menos corrupta, cosa imposible pues la corrupción forma parte del sistema capitalista.
Los dos apelan a que la solución a los problemas es acabar con el bipartidismo y con la corrupción y los dos defienden la necesidad de una “nueva política”, sin explicarla, eso sí negando la existencia de izquierdas y derechas y, como no, la existencia y vigencia de la lucha de clases.
En este plan para la segunda transición y el desmantelamiento de la izquierda los medios de “desinformación de masas” juegan un papel fundamental. Si hace muy poco trabajaban duramente para convencernos de que en España solo se presentaban a las elecciones dos partidos y se votaba al azul o al rojo, ahora sus esfuerzos van encaminados a convencernos de algo muy parecido, de que solo hay cuatro partidos que se presentan a las elecciones, y de que con ello tenemos la fortuna de poder elegir entre el azul, el rojo, el naranja o el morado.
Con sus debates a cuatro, sus horas de televisión, su imagen hasta en la sopa, los poderes mediáticos tratan de implantar el cuatripartidismo.
Pero esta no será la solución para los problemas de la clase obrera, pues ninguno de estos pintores con sus colores tienen los pinceles o el lienzo para poder pintar el futuro, esos continuarán en manos de los amos del sistema.
La verdadera unidad popular capaz de cambiar las cosas, la única que puede pintar un futuro diferente a este presente, es la unidad de la izquierda rupturista, esa que defiende que el verdadero problema de la clase obrera continúa siendo el sistema capitalista, pinten como lo pinten.
Recuperemos la conciencia de clase para ser conscientes de nuestra propia fuerza.
Por André Abeledo Fernández*
*Concejal y Coordinador de EU Narón, y Sindicalista.
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