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La realidad es que, desde la detonación del Caso Bankia, han goteado las informaciones sobre el fraude en la salida a bolsa de la entidad, en el negocio de las preferentes o en las retribuciones por encima del límite legal que se impusieron los principales directivos de la entidad, con Rato a la cabeza. La mayor parte de estas informaciones han venido de informes confidenciales y secretos de PWC. Pero el caso sigue abierto, y la auditora es una pieza clave para saber qué paso con las Cajas de Ahorros que se fusionaron en lo que hoy es Bankia.
Pablo Elorduy | Diagonal | 09/12/2015
El gazapo del secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, al llamar “House Water Watch Cooper”
a la consultora británica PricewaterhouseCoopers (PWC) se ha convertido
en viral después del debate entre representantes del PP, el PSOE,
Ciudadanos y Podemos del 7 de diciembre.
Las bromas después de la confusión de
Iglesias apenas se centraron en el mensaje del líder de Podemos: la
vinculación entre Jordi Sevilla, que será ministro de Economía si Pedro
Sánchez forma Gobierno, con una de las cuatro consultoras más importantes del mundo.
La página de Wikipedia de la empresa en
español apenas da más información de la que un buen servicio de prensa
puede aportar: los puestos de trabajo que crea en todo el mundo
(208.000) e ingresos (35.400 millones de euros). También indica que un
97% de las empresas del Ibex 35 han trabajado con
PricewaterhouseCoopers, la empresa de “servicios profesionales” más
prestigiosa del mundo, y que 462 de las 500 multinacionales más
importantes del mundo trabajaron con PWC en 2014. La versión inglesa, en
cambio, añade el clásico apartado de controversias, en el que se reseñan hasta 16 polémicas en las que ha estado envuelta la consultora.
Entre las razones para no olvidarse del nombre de esta compañía está su influencia en el diseño del mercado laboral,
de las pensiones o de la sanidad en la era del neoliberalismo, su
práctica de puertas giratorias o su “experticie” en los más avanzados
métodos de “elusión fiscal”.
Pablo Iglesias: House water watch cooper...
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La cuchara en los servicios públicos
Como explicaba recientemente Nueva Tribuna, “PWC marca las
líneas estratégicas en sanidad, innovación, educación, fiscalidad,
empleo, defensa, energía, ciberseguridad e incluso de las ONG a
través de la fundación Lealtad, controlada por PWC, las empresas del
Ibex 35 y la escuela de negocios ESADE”. El copago sanitario o las reformas del mercado de trabajo son algunos de los objetivos de PWC en su aterrizaje en la sociedad española.
Otro apunte (judicial): PWC está implicada en el caso de la venta de pisos del IVIMA por
parte de la Comunidad de Madrid a los fondos de inversión Goldman Sachs
y Azora. PWC asesores de negocios aconsejó sobre la venta al Gobierno
de Ignacio González mediante dos contratos realizados con una base de
licitación “justo en el límite que permite acudir al procedimiento
negociado sin publicidad”.
Regulación y desregulación fiscal
Tal y como señaló El Diario,
PWC es una de las encargadas de diseñar el sistema tributario catalán.
Un encargo que se produjo después de que saliese a la luz el escándalo
de los cables de Luxemburgo.
Desde el Consejo Internacional para el
Establecimiento de los Estándares de Contabilidad (IASB, por sus siglas
en inglés), PWC también vigila para evitar la regulación sobre el sector
financiero.
Esto explicaba la presidenta de honor de Attac Francia, Susan George, sobre el IASB en 2014:
Esto explicaba la presidenta de honor de Attac Francia, Susan George, sobre el IASB en 2014:
“Entré en contacto con la IASB para preguntar si estaba en su agenda
la cuestión de la presentación de los informes oficiales país por país y
recibí una cortés respuesta negativa. Las cuatro grandes empresas [el
Big Four], cuyos amigos y colegas hacen las leyes y los reglamentos,
perderían millones en ingresos si no pudieran aconsejar a sus clientes
sobre la mejor manera de evadir impuestos. Los
ciudadanos comunes seguirán soportando la carga tributaria. Los paraísos
fiscales donde, según estimaciones fiables, han sido escondidos por
corporaciones e individuos ricos unos 320.000.000.000.000 de dólares,
seguirán floreciendo”.
El caso Luxleaks
La filtración de los llamados papeles del escándalo financiero Luxembourg Leaks puso
en el centro del presunto caso de fraude fiscal a PWC, proveedora de
información confidencial –junto con las otras tres firmas con las que
compone el llamado “Big Four”– a 370 compañías multinacionales para
evadir impuestos mediante la domiciliación de sus actividades en
Luxemburgo, donde contaban con beneficios fiscales que convirtieron de
facto a ese Estado centroeuropeo en el mayor paraíso fiscal a nivel mundial.
Leer: la ingeniería fiscal ha ganado la partida
El papel de PWC ha sido preeminente en este caso, ya que fue un empleado de la firma, Antoine Deltour,
quien filtró los papeles. Deltour encontró en 2010 el sistema
establecido por la Luxemburgo de Jean Claude Juncker –a la sazón,
ministro de Finanzas y primer ministro de Luxemburgo entre 1995 y 2013–
para evitar que las empresas tributasen en los Estados europeos y en EE
UU. Como explicó la periodista Delphine Reuter
en Café Babel, “se les acusa de la práctica sistemática de confrontar
regímenes fiscales distintos con la intención de contribuir a la
optimización fiscal de una empresa”.
Empresas como Pepsi, IKEA, Burberry,
Skype, Disney, Black & Decker, la agencia de viajes Amadeus o Amazon
se aprovecharon del sistema que desvelaron los papeles de PWC filtrados
por Deltour y publicados el 6 de noviembre por un consorcio de medios
europeos. Posteriormente, se incluirían los acuerdos obtenidos por las
otras tres consultoras del Big Four: Deloitte, Ernst & Young y KPMG.
Una clave en el caso Bankia
El citado artículo de Nueva Tribuna recuerda que “PWC auditó la fusión de Bankia y de las cajas gallegas, que
supusieron un agujero de más de 30.000 millones de euros”. En el
Parlamento, el exvicepresidente Rodrigo Rato reconoció haber contratado a
PWC para que hiciera un cálculo “riguroso de las posibles pérdidas
esperadas y no cubiertas hasta el momento”. Pese a lo riguroso del
cálculo, Bankia tuvo que ser rescatada, lo que puso al Gobierno español a los pies de una intervención de sus cuentas.
La realidad es que, desde la detonación del Caso Bankia, han goteado las informaciones sobre el fraude en la salida a bolsa de la entidad, en el negocio de las preferentes o en las retribuciones por encima del límite legal que se impusieron los principales directivos de la entidad, con Rato a la cabeza. La mayor parte de estas informaciones han venido de informes confidenciales y secretos de PWC. Pero el caso sigue abierto, y la auditora es una pieza clave para saber qué paso con las Cajas de Ahorros que se fusionaron en lo que hoy es Bankia.
Las puertas giratorias
El exnúmero dos de Bankia en la era
Rato, Luis Maldonado, aparece en el estudio ‘forensic’ –sobre delitos
económicos y fraude empresarial– encargado por el Fondo de
Reestructuración Ordenada Bancaria que determinó la responsabilidades de
administradores y directivos en los injustificados aumentos de
retribución de altos cargos. Maldonado, responsable según Voz Pópuli de la salida a bolsa de Bankia, aparece entre los 17 altos cargos señalados por el informe… que elaboró la propia PWC y que se divulgó en diciembre de 2014.
Pero, desde 2013, Maldonado forma parte,
como director, del Centro del Sector Financiero de
PricewaterhouseCoopers e IE Business School. Ocupa la plaza que dejó
vacante el todavía ministro de Economía, Luis de Guindos, responsable entre 2008 y 2010 del sector financiero de PWC. Durante este período, la compañía llevaba a cabo su programa de tax rulings en lo que posteriormente sería conocido como el caso Lux Leaks.
En escala madrileña, en diciembre de
2014, el portavoz de UPyD en la asamblea de Madrid, Ramón Marcos,
solicitaba a Pricewaterhouse “un listado de sus plantilla completa en
España, una relación de las contrataciones realizadas entre 2010 y 2014 y
de las personas contratadas por PwC, directamente o a través de
empresas dependientes, con vínculos familiares con miembros del Gobierno y altos cargos de la Comunidad de Madrid, Administración General del Estado y/o personas vinculadas al Partido Popular”, según recogió el portal Política Local.
La denuncia del partido magenta estaba
motivada por la detención de José Martínez Nicolás, consejero delegado
de la Agencia de Informática y Comunicaciones de la Comunidad de Madrid,
en el marco del Caso Púnica. UPyD ponía bajo sospecha los contratos de
la Agencia de Informática de Madrid, por valor de 5,9 millones de euros,
que se adjudicaron a PWC entre los meses de junio y octubre de 2014. En
noviembre de 2015, la Audiencia Nacional ha rechazado incluirlos en la
pieza de la Púnica y los ha devuelto al juzgado de instrucción número 22 de Madrid.
‘Revolving Doors’
El caso de Jordi Sevilla es el más conocido de entre los directivos de PWC con pasado político, pese a que la compañía ya ha borrado el currículum del exministro de Administraciones Públicas.
Sin embargo, la práctica de “puertas
giratorias” no se detiene ni mucho menos en la división española de PWC.
En 2013, la consultora anunciaba el fichaje de Alan Milburn, exsecretario de Salud durante el Gobierno de Tony Blair.
Milburn había sido el encargado de la “modernización” (que en inglés
significa privatización) del NHS, sistema público inglés. También en
Reino Unido, este año se ha producido el fichaje por parte de PWC de
Stephen Soper, tras más de seis años en la agencia reguladora de las
pensiones, dependiente de la Secretaría británica de Trabajo y
Pensiones.
En febrero de este año, The Independent
publicaba un reportaje sobre las puertas giratorias entre PWC y el
Gobierno inglés. Entre las motivaciones de esa práctica: facilitar una
vía de entrada a las empresas a contratos públicos. El acceso a esos
contratos fue denunciado por Margaret Hodge, diputada laborista y responsable del Comité de Cuentas Públicas, quien llegó a sugerir en el Independent la posibilidad de que se prohibiese a PWC acceder a esos contratos tras el estallido del caso Lux Leaks.
Dicho caso hizo que PWC protagonizase a
su pesar la campaña electoral en Reino Unido. Las críticas laboristas a
David Cameron por “hacer la vista gorda” con PWC en el caso Lux Leaks se
convirtieron en un ‘boomerang’ cuando se conoció que PWC había donado 385.000 libras al contrincante de Cameron, Ed Milliband, del Partido Laborista.
Delito contra la Hacienda pública
Comparado con el caso Lux Leaks, el
juicio al que se enfrentan los socios de PWC en España es pecata minuta.
La Fiscalía acusa a 47 cargos de la división española de la empresa de
no haber declarado 21 millones de euros por la venta de la división de
Consultoría a la multinacional estadounidense IBM. El caso no está
cerrado todavía.
Caso Banesto
PWC salió bien parado de la denuncia que
interpuso el sindicato UGT por las auditorías que la firma llevó a cabo
en Banesto antes del rescate –a través del Fondo de Garantía de
Depósitos– por parte del Banco de España de la entidad presidida hasta
entonces por Mario Conde. La “cultura de la excelencia” de PWC no sirvió
para detectar “ninguna anomalía ni salvedad” en las cuentas de Banesto. Los 577.923 millones de pesetas que afloraron tras la intervención del BdE no aparecieron en los libros de la consultora.
Otras polémicas
Discriminación por no vestir como una mujer (1988)
El caso de Hopkins contra PWC sentó
jurisprudencia para casos de discriminación por motivos de género.
Corría el año 1988 cuando la firma fue demandada por Ann Hopkins, que
consideró que no se la promocionaba por no haber cumplido las órdenes de
arriba de “vestir, hablar, comportarse y andar” de forma más
“femenina”. El Tribunal Supremo de EE UU dio la razón a Hopkins frente a
la empresa.
Ayuda a Northern Rock (2007)
Otra de las controversias es por el papel de PWC en el estallido de la burbuja de las hipotecas subprime.
La compañía era consultora y auditora de Northern Rock, banco británico
que fue rescatado por el Gobierno de Gordon Brown. PWC fue acusada de
conflicto de intereses.
Privatización del agua en Delhi (2005)
La consultora incurrió en un caso de
corrupción para favorecer la privatización del sistema de agua en Nueva
Delhi, en la India. “Como era previsible, la sugerencia de PWC fue
privatizar la empresa estatal y entregar el servicio de las 21 zonas que
componen la ciudad a operadores privados como Degremont (Suez), Manila
Water (Bechtel) SAUR y Veolia, a través de ‘contratos de gestión'”,
según denunció el investigador Afsar Jafri.
Como señala La Izquierda Diario en un artículo sobre la corrupción en Brasil en el marco del caso Petrobrás,
[PWC] exhibe condenas en el mundo por fraudes contables y favoritismo
en las privatizaciones; fue condenada por fraude millonario a la
canadiense Tyco; en el fraude a la petrolera rusa Rosneft; en fraudes
que favorecieron la privatización del sistema de agua en Nueva Delhi en
la India, y por fraude contable a la JP Morgan, uno de los pivotes de la
crisis capitalista internacional.
Facturación en Los Ángeles (2015)
Una de las últimas polémicas se ha
producido por una denuncia de la Ciudad de Los Ángeles de marzo que
alega que la consultora ha causado cientos de millones de dólares en
daños a la ciudad al implementar un sistema defectuoso de facturación en
el Departamento de Agua y Energía.
http://iniciativadebate.org/2015/12/09/ocho-razones-no-olvidar-nombre-pricewaterhousecoopers/
http://iniciativadebate.org/2015/12/09/ocho-razones-no-olvidar-nombre-pricewaterhousecoopers/
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