Organizaciones de la sociedad civil alertan sobre la reunión de biotecnología de la FAO.
Justo cuando las empresas
biotecnológicas que producen semillas transgénicas se están fusionando,
la visión corporativa de la biotecnología asoma en la FAO. En el día
inaugural de un simposio internacional sobre biotecnologías agrícolas de
tres días de duración, organizado por la Organización de las Naciones
Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en Roma, más de 100
movimientos sociales y organizaciones de la sociedad civil (OSC) de
cuatro continentes han promulgado una declaración denunciando tanto la
esencia como la estructura de la reunión, que parece ser un intento más
por la agroindustria multinacional para reorientar las políticas de la
agencia de la ONU hacia el apoyo a cultivos y animales genéticamente
modificados.
El movimiento mundial campesino y de agricultura familiar, La Vía Campesina, invitó a las OSC a firmar la carta (http://viacampesina.org/es/im ages/stories/pdf/Declaracin%20 Conjunta%20de%20la%20Sociedad% 20Civil.pdf)
cuando se hizo público el programa del simposio.
Dos de los ponentes
magistrales de la FAO son conocidos defensores de los transgénicos, y el
programa y los eventos paralelos de los tres días incluyen portavoces
de la Biotechnology Industry Organization (un grupo comercial
biotecnológico de los EE.UU.), Crop Life Internacional (la asociación
comercial mundial agroquímica), DuPont (una de las mayores compañías
mundiales biotecnológicas de semillas) y CEVA (una gran corporación
médico-veterinaria), entre otros. La FAO sólo ha invitado a un orador o
panelista abiertamente crítico con los transgénicos.
Peor aún, uno de
los dos ponentes en la sesión de apertura es un ex-subdirector general
de la FAO, que ha presionado a favor de las llamadas semillas Terminator
(semillas transgénicas programadas para morir en el momento de su
cosecha, obligando a los agricultores a comprar nuevas semillas cada
temporada), en oposición a las propias declaraciones públicas de la FAO.
El discurso del segundo orador principal se titula, “Poniendo fin al
desviado debate global sobre la Biotecnología” – lo que sugiere que el
simposio FAO debería ser el momento de cierre de la crítica a la
biotecnología.
En la convocatoria del
sesgado simposio, la FAO está cediendo a la presión de la industria que
se intensificó después de las reuniones internacionales sobre
agroecología organizadas por la FAO en 2014 y 2015. Las reuniones de
agroecología fueron un modelo de apertura a todos los puntos de vista,
desde campesinos hasta la industria. Pero la industria de la
biotecnología, al parecer, prefiere tener ahora una reunión que puedan
controlar. Esta no es la primera vez que la FAO ha entrado en este
juego. En 2010, la FAO convocó una conferencia sobre biotecnología en
Guadalajara, México, donde vetó la presencia de agricultores en su
comité organizador, y luego trató de impedir su asistencia a la
conferencia misma.
“Nos alarma que la FAO se
coloque una vez más al frente con las mismas corporaciones, justo cuando
estas compañías están hablando de nuevas fusiones entre ellas mismas,
que concentrarían el sector de las semillas comerciales en aun menos
manos”, denuncia la declaración de las OSC.
Es evidente, de acuerdo
con la Declaración de la Sociedad Civil, que la industria desea utilizar
la FAO para relanzar su falso mensaje de que los cultivos modificados
genéticamente pueden alimentar al mundo y enfriar el planeta, mientras
que la realidad es que nada ha cambiado en el frente biotecnológico. Los
OGM no alimentan a la gente, en su mayoría se cultivan en un puñado de
países en plantaciones industriales de agrocombustibles y alimentos para
animales, aumentan el uso de plaguicidas, y expulsan a los campesinos
de las tierras. Las empresas biotecnológicas transnacionales están
tratando de patentar la biodiversidad del planeta, lo que demuestra que
su interés principal es lograr enormes ganancias, y no garantizar la
seguridad o la soberanía alimentaria.
El sistema alimentaria industrial
que promueven estas empresas es también uno de los principales
responsables del cambio climático. Confrontada con el rechazo de los OGM
por muchos consumidores y productores, la industria está ahora
inventando nuevas, y posiblemente peligrosas, técnicas de modificar
genéticamente las plantas, sin llamarlas OGM. Al hacerlo, están tratando
de evitar las regulaciones de los OGM y engañara a los consumidores y a
los agricultores.
Las actividades de
agroecología estaban mucho más cerca de la forma en que la FAO debería
actuar, señala la Declaración, “como un centro de intercambio de
conocimiento, sin una agenda oculta en nombre de unos pocos.” ¿Por qué
la FAO se autolimita ahora de nuevo a la biotecnología corporativa y
niega la existencia de tecnologías campesinas? La FAO debería apoyar las
tecnologías campesinas, que ofrecen la vía más innovadora, de código
abierto, y efectiva para acabar con el hambre y la desnutrición. Es hora
de dejar de apoyar una estrecha agenda corporativa, dice la Sociedad
Civil. “La gran mayoría de los agricultores del mundo son campesinos, y
son los campesinos quienes alimentan al mundo. Necesitamos tecnologías
de base campesina, no biotecnologías corporativas.”
“Ya es hora de que la FAO
ponga fin a la biopiratería y a su apoyo a los cultivos modificados
genéticamente, que sólo sirven para permitir que un puñado de empresas
transnacionales patenten y acaparen toda la biodiversidad existente,”
dijo Guy Kastler, líder de la Vía Campesina. “Por el contrario, la FAO
debería apoyar a las organizaciones campesinas y a los investigadores
que trabajan en el fitomejoramiento colaborativo al servicio de la
soberanía alimentaria y la agroecología campesina”.
La declaración y la lista de firmantes se pueden descargar (http://viacampesina.org/es/ima ges/stories/pdf/Declaracin%20C onjunta%20de%20la%20Sociedad% 20Civil.pdf).
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