Los nuevos términos de uso de WhatsApp son todavía más liberales con los
datos íntimos de sus usuarios que la red social que la compró en 2014.
“A partir de ahora, esto es lo que cambiará para vosotros, usuarios: NADA”. Eso dijo Jan Koum, cofundador de WhatsApp, cuando Facebook compró su compañía en febrero de 2014, por 19.000 millones de dólares. Un mes después, WhatsApp colgaba otro comunicado en su blog oficial tranquilizando a los usuarios. La app seguiría siendo independiente.
Hasta ahora había sido verdad. El jueves pasado, sin embargo, WhatsApp actualizó sus Términos de Servicio y la Política de Privacidad por
primera vez en cuatro años. El nuevo documento son 22 páginas en las
que la compañía explica cómo transferirá los datos de sus usuarios a
Facebook y a las otras nueve empresas que posee Mark Zuckerberg como
Instagram y MSQRD. La mudanza solo dejará fuera el nombre, la foto de
perfil y el estado. El número de teléfono, así como la hora de conexión,
serán susceptibles de ser compartidos y explotados por la red social.
Poco después de la adquisición, un ingeniero de telecomunicaciones barcelonés de 30 años se convertía en el primer español en trabajar para la compañía.
Elies Campo llegó para ser el responsable de la empresa en España y
América Latina, pero dos años y medio después ya no trabaja
en WhatsApp. “Se han traicionado a sí mismos”, cuenta a eldiario.es.
WhatsApp
sabe qué hora nos conectamos, desde dónde lo hacemos o con qué
frecuencia, y ahora Facebook también lo sabrá. WhatsApp asegura que no
pueden leer nuestros mensajes, ya que van cifrados de extremo a extremo,
pero “como mínimo, saben desde que IPs estás conectándote, por lo que
saben tu localización, saben los tiempos y horas a las que te conectas,
la cantidad de datos que consumes, las otras identidades con las que te
comunicas”, explica Campo.
Aunque
de momento los usuarios se pueden negar a aceptar los nuevos términos,
después de 30 días estarán obligados a hacerlo si quieren seguir
utilizando el servicio. Incluso los que no sean usuarios de Facebook
tendrán que darle al gigante puntocom jurisdicción sobre sus
comunicaciones.
Campo recuerda que ni siquiera podemos fiarnos de que el cifrado de extremo a extremo sea verdad. “No es open source y por tanto no podemos saber muy bien qué está pasando allí dentro”.
Aunque la red de mensajería instantánea utiliza código abierto,
el cliente que instalamos en cada dispositivo Android o iOS no lo es.
“Podrían hacer mil cosas, desde tener algún mecanismo remoto para que
ciertos dispositivos envíen la comunicación descifrada a los servidores
de Facebook hasta tener algún sistema en la propia app que haga data mining en el contenido y envíe los datos procesados directamente a Facebook”.
Peor
todavía. “Conociendo un número de teléfono concreto se podría, de
manera temporal, monitorizar la comunicación de un número durante un
tiempo”.
Leer no, mirar… quién sabe
En 2008, se legalizó que Google pueda revisar los correos de Gmail.
Si bien la compañía aseguraba que no leía el contenido de los emails,
más tarde se vio obligada a confesar que “escaneaba automáticamente” la
información contenida en ellos. WhatsApp también asegura que no lee
nuestros mensajes, pero ¿qué hay sobre escanearlos? “Existen técnicas
que permiten procesar datos encriptados para interpretar ciertas
propiedades sin descifrar los contenidos, como el tipo de cifrado homomórfico“, dice Campo.
La
Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) confirmó a este diario
que ya ha recibido una denuncia relacionada con la nueva política de
WhatsApp, así como que está “investigando el caso”.
Salim Virani, fundador del Source Institute, explica en Medium que
toda la información que recopila la aplicación de mensajería es
analizada estadísticamente y luego extrapolada “prediciendo tu estado
mental, salud, orientación sexual y tendencias políticas”. Virani
concluye que toda esa información es usada “para más cosas que generar
anuncios” y filtrada a terceras partes “que no cubren las políticas de
privacidad de la compañía”.
“Facebook irá hasta los
mismísimos límites de la legalidad y la ética (y frecuentemente no tiene
reparos en cruzarlos) para conseguir tus datos y conseguir que pases
mas tiempo poniendo tu atención en alguno de sus productos”, dice Campo.
Ahora lo tendrá más fácil para predecir el comportamiento de sus
usuarios y darles justo lo que quieren. Mientras que Facebook sabe quiénes son nuestros amigos,
cuáles son nuestros intereses o nuestros hobbies, “WhatsApp sabe, en
general, todos los metadatos de nuestras comunicaciones”, advierte
Campo. Las dos empresas conocen el contenido de nuestras vidas tanto
como el continente.
La utopía frente al dinero
“A mí me sigue
encantando WhatsApp, sus fundadores tuvieron una visión sobre cómo
tenían que ser las comunicaciones humanas y la ejecutaron
impecablemente”, continúa Campo. Pero Koum vendió la empresa por 19.000
millones de dólares y por una silla propia en el consejo de dirección de Facebook.
“Subestimaron la estrategia corporativa sin escrúpulos de Facebook y
fueron seducidos por los cantos de sirena”, añade su exempleado.
La resistencia ha durado dos años y
medio. Su grado de cooperación con la red de los 1.800 millones de
usuarios es un hecho, y así queda reflejado en los nuevos términos del
servicio: “Podemos usar la información que recibimos de Facebook y su
familia de empresas, y ellas pueden usar la información que compartimos
con ellas, para ayudar a operar, proveer, mejorar, entender,
personalizar y comercializar nuestros servicios y sus ofertas”.
Según sus nuevos términos de servicio,
WhatsApp también “recibe o recopila información de nuestros usuarios
cuando operamos y proveemos nuestros Servicios, incluso durante la
instalación. (…) Compartes tu información mientras usas nuestros
Servicios y te comunicas a través de ellos, y nosotros compartimos tu
información para ayudarnos a operar, mejorar, entender, personalizar,
dar soporte y comercializar nuestros Servicios”.
El documento recalca que “Facebook y las
demás empresas de la familia de Facebook también pueden usar nuestra
información para mejorar tus experiencias con sus servicios, así como
sugerencias (por ejemplo, de amigos o conexiones, o de contenido
interesante), mostrar anuncios y ofertas relevantes”.
Además de todo esto, también se guarda
el derecho de borrarte la cuenta cuando considere oportuno y de enviar
tu información en caso de que un Gobierno se lo solicite, sin necesidad
de avisarte después.
Medios CC/C
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